Cerrar Menú
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingrese o regístrese acá para seguir este blog.

Seguir este blog

cgalvarezg@gmail.com

@comunicador

¿Qué pasaría se acaba el trancón en Bogotá?

La pregunta es pertinente al ver que cada día la ciudad avanza en su inmovilidad, entran a sus calles miles de automóviles, se entorpece y retrasa la productividad y las distancias entre los hogares y los sitios de trabajo se vuelven interminables. La movilidad es un punto preciso en la agenda de los candidatos a la Alcaldía Mayor, sin que hasta ahora brille una propuesta clara, contundente y definitiva para desactivar el atasco.

Sin embargo, hay que ser más cautelosos, y preguntarse: ¿qué haríamos sin el trancón? Me permito reflexionar sobre esa pesadilla (acabarlo):

El trancón es una fuente básica de empleo, aunque sea informal. Una cadena de ingresos se sostiene en el semáforo y se expande en oleadas perfectamente organizadas a lo largo del trancón. El rojo es para los artistas –malabaristas, forzudos, funámbulos, ilusionistas, jóvenes que salen de sus colegios y forman pequeñas compañías de encantamiento. También para los pordioseros, que en la parada se desplazan en sus sillas de ruedas o con sus lazarillos, muchos en proezas de movimiento que el circular raudo convertiría en tragedia.

Luego vienen los técnicos. Son los que venden  accesorios para celulares, juegos infantiles, libros piratas y fajas abdominales. Su lema básico, como el de casi todos sus colegas, es el “se le tiene”. Cuando de algo carecen acuden a un voz a voz que lo trae de la nada.

Más allá están los de la zona de alimentación y decoración. Son los que con piquitos, chicharrones, y agua y refrescos alivian el hambre y la sed que causa el trancón, los que sacan un ramo de flores o una fruta de temporada a un precio irrisorio.

¿Qué será de todas esas personas si el tráfico se vuelve fluido y expedito, si una cantidad ínfima de automóviles se detienen cuando cambie el semáforo?

El trancón ha permitido subir la sintonía de las cadenas radiales. Para ir del hogar al trabajo una persona puede escucharse completico, por ejemplo, “6 a.m. – 9 a.m.” y una parte de “Hoy por Hoy”. Y para regresar, oye completa “La luciérnaga”, “Hora 20” y puede llegar hasta “El alargue” si se le vara en la vía una grúa de empresa pública. La gente llama desde su celular a las emisoras, para contar cositas y proponer temas, qué se le va a hacer, rico.

Si se acaba el trancón, ¿qué vamos a hacer con el Secretario de Movilidad”?

Gracias al trancón las mujeres se maquillan, los niños duermen y las mascotas se aburren. Nuevos espacios se han creado entre familias y parejas para maldecir, denigrar y hacer diversos tipos de catarsis, liberando así las relaciones y los hogares de tensiones y disputas. Claro que eso ocurre en poquísimos carros, porque la mayoría va con un pasajero íngrimo dedicado a la radio, como ya se dijo, o a hablar por celular, sector que también se beneficia del trancón.

Si se acaba el trancón, ¿qué vamos a hacer con la más recurrente excusa utilizada para justificar nuestra vergonzosa impuntualidad? Todo el que llega tarde –-al trabajo, a la casa, a una reunión, a un coctel, a la cita médica–, halla en el trancón su cómplice más verosímil. Pero ante las caras estrictas de quienes lo esperan, refiere su tardanza en términos de ese monstruo inapelable e invencible que es “el trancón”, culpable de distancias mínimas recorridas en tiempos máximos, y listo: todo el mundo entiende, todos están de acuerdo, porque todos sufren «el trancón».

Hay, pues, que pensar bien eso del trancón. ¿Acabarlo? “No hay derecho, caray”, como diría alarmado Godofredo Cínico Caspa. Seamos creativos. Optimicémoslo. Veamos el vaso medio vacío, no el vaso medio lleno. Convirtámoslo en una oportunidad.

¿Qué tal, por ejemplo, utilizarlo como un atractivo turístico? Vender paquetes con los bellos y múltiples hoteles de Bogotá, sus fascinantes restaurantes, nuestros lindos museos y de ñapa, sin tener que pagar un excedente, ¡uno o varios trancones! Digamos, desde el Palacio de Nariño hasta Andrés Carne de Res en Chía: tres horas inolvidables con la verdadera cultura nacional.

Como ven, hay que mirar de otra forma el asunto. Y dejar de estar con ese cuento que “vamos a acabar con el trancón”. Porque va para largo. Y pronto será peor.

(Visited 2 times, 1 visits today)

Etiquetas

PERFIL
Profile image

Carlos Gustavo Álvarez G. nació en Bogotá en 1957. Es periodista, escritor, libretista de TV, asesor de comunicaciones y compositor. Se ha desempeñado como Director de Elenco, Editor Cultural y Editor Dominical de El Tiempo, Editor de revista Credencial y Subdirector de Cromos. Entre otros, escribió los libretos de la comedia "Don Camilo" y de la telenovela "Calamar", y con Bernardo Romero Pereiro (q.e.p.d.) creó al personaje "Guri Guri". Entre sus libros están: Bogotá de memoria, Paisas en Bogotá, La Vuelta a Bogotá en un poco más de 500 años, Angelita, Historia de una voluntad y En boca cerrada. Ha compuesto dos CD de canciones: "Son de Colombia" (2009) y "Tu amor" (2010) y "Palabras de amor", que circuló con "En boca cerrada". Ha sido columnista de Elenco, Lecturas Dominicales, El Tiempo, El Colombiano y en 2011 cumplirá siete años como columnista de Portafolio. Su página web es: www.carlosgustavoalvarez.net

    Siga a este bloguero en sus redes sociales:

Más posts de este Blog

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

Lo primero que debemos saber es que la información exógena es el(...)

2

En un entorno cada vez más rápido, más volátil y más incontrolable,(...)

3

Es fin de semana, así que en vez de hablar de temas(...)

0 Comentarios
Ingrese aquí para que pueda comentar este post
Reglamento de comentarios

PORTAFOLIO no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto por comentario.
Acepto
¿Encontró un error?

Para PORTAFOLIO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítanos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de nuestra compañía.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Su calificación ha sido registrada.
Su participación ya fue registrada.
Haga su reporte
Cerrar
Debe escribir su reporte.
Su reporte ha sido enviado con éxito.
Debe ser un usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar