Ingrese o regístrese acá para seguir este blog.
Qué pasa si Usted ha estado trabajando por más de 20 años para una o dos empresas y llegando a los 45 le anuncian que le agradecen sus servicios pero lo invitan a dejar la institución a causa de una reorganización, reducción, automatización o alguna cosa por el estilo?
Qué pasa si Usted se descuidó, pasaron los años y se dejó volver obsoleto? Cómo está la situación de desempleo en el país o en la industria o en la especialidad que Usted domina? Contra cuantos jóvenes de 20 a 25 años compite Usted en el momento en que salga a buscar empleo? Contra cuantos, más expertos, se enfrentará en la competencia por el puesto?
Simpáticas preguntas verdad? Cuantos amigos tiene Usted en esa condición o similar? Cuántos familiares? Que solución ve?
Este es un problema típico, muy frecuente por estos días en el planeta tierra y en Colombia mucho más. El problema se agrava si la persona tiene 50 años o más, sobre todo para cargos de mediano rango hacia abajo. Los cargos altos o ejecutivos tienen más oportunidad porque se llega a ellos en esas edades, aunque las posiciones u oportunidades disponibles son un número reducido.
Que pasa si se trata de una mujer? Es más fácil o más difícil conseguir empleo después de los 45? Y de los 50?…Sucede algo similar pero puede ser más difícil si la habilidad de la mujer no es una vocación exclusiva de su género. Hay empresas que buscan y gustan contratar mujeres que ya hayan madurado lo suficiente, tengan una condición de cabeza de familia y posean buena experiencia. Hay otras empresas donde las mujeres no son la primera prioridad en las búsquedas para una oportunidad de trabajo. Todo depende del momento y de las circunstancias, pero hay que reconocer que a veces es un poco más difícil para las mujeres de edad madura conseguir un empleo.
Hablando de opciones y oportunidades se me ocurre que puede haber, al menos, tres perspectivas, una la de la empresa que quiere contratar o despedir personal, otra la de los “caza talentos” que ayudan en la búsqueda y selección o colaboran en el manejo de las salida o períodos de transición y la tercera es la de los directos involucrados, posibles empleados o desempleados.
Las empresas reducen personal para optimizar procesos, para competir más eficientemente, para reducir costos o para hacer grandes reformas en la manera de hacer las cosas.
Un cambio en la dirección estratégica de una la empresa puede llevar a tener una buena cantidad de personal sobrante porque muchos ya no aplican para las nuevas tareas, condición que lleva a tener una necesidad de contratar nuevos tipos de personal para atender el futuro. A veces no es fácil re-entrenar o reeducar a los empleados para las nuevas asignaciones. Hay veces que la competencia obliga a hacer mejoras tecnológicas en los procesos y procedimientos, eso no da espera, y ello motiva las reducciones de personal.
La gente con el tiempo se va volviendo costosa, entre más años llevan se incrementa el salario y el peso en los costos. Suele suceder con mucha frecuencia que por el precio de uno se pueden contratar dos o tres más jóvenes, entusiastas, dispuestos al cambio y a los retos, colaboradores y calificados, aunque no muy experimentados.
Si afuera de la empresa hubiera una oferta atractiva de personas mayores, con el perfil requerido, pero dispuestas a trabajar con alegría por la tercera parte del sueldo y con la flexibilidad requerida, no habría duda que las empresas las contratarían. El problema es que así no sucede la mayoría de las veces…
Por su lado los “caza talentos” suelen ofrecer personal “fresco” de primera calidad a sus clientes o bien los clientes se los solicitan y por eso pagan una buena cantidad de dinero, gente activa (no desocupada), con experiencia y joven, entre los 25 y los 35.
Los “caza talentos” no ofrecen gente mayor de 45 porque sienten que pueden dar mala imagen a sus clientes y, en consecuencia, las empresas no los vuelven a contratar por ofrecer gente pasada de moda o vieja o inactiva. Los “caza talentos” están obligados a trabajar en rangos de limitada edad. Si Usted es mayor de 45, puede olvidarse que un “caza talentos” le ayude para una oportunidad en un cargo de mediana jerarquía o inferior, salvo que se trate de un cargo de primera línea que aguanta edades hasta los 50s o su especialización sea tal que haya gran demanda por ella o escasez en el mercado.
El voz a voz suele ser una medida y un camino posible para aquellos que buscan emplearse, es decir, informar a todas las personas con las que se tiene relación que ayuden a conseguir o informen dónde hay una oportunidad funciona y a veces es muy efectivo, aunque suene un poco artesanal. En este método sucede algo parecido a la persona que grita cuando percibe un peligro…Al hacerse notar se aumenta la probabilidad que alguien ayude. El único problema con este método es que no se sabe cuando puede funcionar por ser informal.
Las reflexiones anteriores también nos llevan a pensar en varias alternativas y en algunas limitaciones que vale la pena analizar.
La primera idea a estudiar, sin importar la edad, es qué tan flexibles y amables o adaptables somos o nos hemos vuelto? Somos los portadores de la experiencia y la sabiduría? Somos o nos hemos vuelto hostiles sin que lo notemos? Nos volvimos tercos? O por el contrario somos la más fina expresión de rápida adaptabilidad a todo tipo de situaciones y personas, somos la flexibilidad “en pasta”, aceptamos muy positivamente que los demás piensen y actúen diferente a lo que consideramos correcto o adecuado o apropiado? Respetamos las ideas de los demás? Las compramos? A todo le hacemos chiste y nada nos afecta anímicamente, somos de buen humor el 100% del tiempo, digan lo que digan o pase lo que pase? Dejamos ganar a los demás con frecuencia? No nos incomoda trabajar de día o de noche o los fines de semana? No nos incomoda trabajar con jefes más jóvenes, bien sea mujeres u hombres?
La verdad es que yo he tenido que presenciar y sufrir que un buen número de las personas mayores de 40 son difíciles de tratar en un ambiente moderno o nuevo o descomplicado.
Veo, muchas veces, a las personas mayores de 40 llenas de prevenciones, muy procedimentales, irascibles, complejas, desconfiadas, poseedoras de la sabiduría y la verdad en el 99% de los casos y el 1% restante sujeto a comprobación, excesivamente cuidadosas y poco dispuestas a cambiar o a negociar una posición en la que no salgan ganando.
Entre más se acerca la persona a los 50, más difícil le es lidiar con compañeros de 25 años que les parecen irreverentes, arriesgados, desordenados, descuidados, groseros, poco serios e irresponsables.
Son contadas las excepciones de gente que siendo mayor de 40 años conserva la flexibilidad para aprender de los demás, para mantenerse a la moda, para conservar la flexibilidad, para gozar del entusiasmo de la juventud, para trabajar con la energía y velocidad de los muchachos, para no temer fallar o ensayar nuevas formas de hacer las cosas, para trasnochar, para trabajar los sábados y los domingos, para no temer avanzar sin tener el conocimiento o la experiencia necesaria etc.
Ahora que tal si hablamos de lo que están dispuestos a hacer a esa edad de 40 o 50 y más años? Será que aceptan un empleo de aprendiz? Están dispuestos a volver a arrancar de cero? Pueden trabajar por la tercera parte o la quinta parte del sueldo que ganaban en el empleo inmediatamente anterior? Los jóvenes cambian de un empleo a otro sin problema y no les cuesta mucho trabajo volver a iniciar porque cada nuevo empleo es una rica experiencia a ganar, para los jóvenes todo es aprendizaje y el pago mientras sea decente o razonable no les preocupa mucho. Los mayores de 45 o 50 o más, quieren que el empleador les pague el ritmo de vida que están acostumbrados a llevar y en adición consideran su experiencia muy valiosa, lo que los hace costosos, mínimo más de dos veces que los jóvenes.
El desempleo aumenta para las personas mayores de 40 o 50 porque no caen en cuenta que cada nueva experiencia laboral requiere, en general, estar dispuestos a volver a iniciar casi de cero o de cero mismo. Solo unos cuantos consiguen un empleo similar al que acaban de dejar y un mínimo número obtienen una mejor oportunidad de la que tenían; el resto, si no moderan sus requerimientos y si no flexibilizan su actitud y forma de relacionarse, difícilmente conseguirán una vinculación.
El punto es sencillo, uno vuelve a comenzar en un nuevo empleo y con el tiempo va volviendo a escalar posiciones por mérito. Digamos que si de verdad uno es útil por su experiencia, muy pronto empezará a destacarse en las tareas y los reconocimientos y el precio no se harán esperar, pero eso no se lo dan a uno en los primeros cinco minutos de un nuevo empleo y menos en una entrevista.
Yo prefiero recomendarle a la gente que borre de su mente la historia de sus muchos años de vinculación a un empleo y empiece de nuevo de cero, con nobleza, de tal manera que si las cosas se dan o aparecen como las desea o sueña todo irá bien y si solo se aparecen oportunidades menores, no las desaprovechará.
Recuerde que no hay nada más des-estabilizador que llevar muchos meses sin conseguir empleo y verse descapitalizado. Es mejor tener un pequeño empleo que alcance para el mercado y dormir sin tantos afanes o estrés, pensando que algo nuevo o mejor puede aparecer, pero no nos angustia.
Por eso en los 40 o los 50, más vale pájaro en mano…que ciento volando!
Las anteriores reflexiones son las que han llevado a exigirnos como personas y profesionales, porque la competencia afuera es cada vez más dura. Para una oportunidad de trabajo se presentan 100 o más personas calificadas y se elige la mejor y la menos costosa. Salvo que un tenga una especialización difícilmente localizable, que nos asegure larga vida empresarial y gran atractivo en el mercado, sin importar la edad (Conocimiento técnico profundo), el resto sale a competir con gente joven que viene más actualizada, tiene el doble de ganas y no posee límites, ni resabios, aparte de costar la tercera parte y tener una gran capacidad de adaptación a lo nuevo, o no tener problema para que los mande un joven o una joven ejecutiva, que es otra cosa que pasa con frecuencia por estos días.
Lo positivo, aparte de saber que tenemos que mantenernos al día y bien entrenados, flexibles, adaptables y económicos para poder optar por una re-vinculación, es que si después de los 40 no encontramos oportunidad, no nos queda más camino que emprender la independencia y la generación de empresa, lo que, a la larga, termina ayudando a la generación de empleo y apoya el crecimiento del país. Todo esfuerzo es bienvenido!
Muchos de los que hemos tenido ese reto de optar por la independencia, hemos terminado volviéndonos empresarios, con gran sacrificio y hasta con dolor, sin que ello hubiera estado en nuestros objetivos, pero obligados por la vida o la necesidad.
El problema de la independencia es que muchos fracasan y unos pocos logran el éxito, pero los que lo hacen tienen presente que los mayores de 40 son una alternativa y una oportunidad muy atractiva para las empresas nacientes, porque ya vienen entrenados, pueden negociarse en un costo razonable, si se les hace tomar conciencia de su condición, y la mayoría terminan siendo muy agradecidos con las organizaciones que les dan la opción de iniciar una nueva vida empresarial, porque después de pasar las angustias de la calle y las urgencias que trae el desempleo, los mayores terminan por entender que lo clave es tener una ocupación digna, mantenerse activos y sentirse útiles.
En resumen hay lecciones para todos los involucrados y retos de cambio.
Las empresas deben volver a considerar los mayores de 40, siempre y cuando aporten la experiencia, sean flexibles y económicos; los “caza talentos” deben proponer con mayor frecuencia la alternativa de usar “seniors” como un “Standard bonus”, a la terna que siempre le presentan a sus clientes; los mayores de 40, deben estar dispuestos a iniciar de nuevo con muchas ganas, y con las flexibilidades y fortalezas de una persona de 25, recordando que en el precio deben ser competitivos.
Si nos apresuramos a cambiar, pronto lograremos que la franja de los 40s y 50s sea apetecida, como ocurre en muchos de los países desarrollados, donde hasta los jubilados son un bocado empresarial exquisito!
