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Cuando se pretende hacer un diagnóstico de una empresa, es apropiado mirar los componentes fundamentales que la forman. Por un lado, se debe considerar la estructura como persona jurídica, su misión, su visión, las políticas y métodos que encierra la productividad, y el impacto ambiental y social que fomenta en la sociedad. Por el otro, también resulta conveniente observar a las personas naturales que laboran en la empresa, su estado de salud, educación, preparación para desarrollar las funciones encomendadas.
Si este diagnóstico no se realiza de manera objetiva, resultará en situaciones no previstas que incidirán en la productividad de la empresa. Es por ello, que los invito a iniciar una exploración profunda acerca de cómo acercarnos y promover la salud de quienes integran la empresa, con el objetivo de mejorar cada vez más las condiciones de productividad e impacto social que debe causar la empresa en la sociedad.
Definición
¿Recuerda ese día que tenía un fuerte dolor de cabeza y no logro hacer nada en todo el día? ¿O quizás el fin de semana que tenía que entregar un proyecto y justo tuvo una pelea con su esposo(a)? No tenemos que estar muy enfermos para notar cómo nuestra salud, física y mental, afecta directamente nuestra productividad.
Comencemos entonces nuestro camino definiendo qué es salud, presentándoles un nuevo acercamiento. La salud es el resultado final de una vida en armonía. No es algo que, una vez alcanzado, se pueda dejar a un lado, puesto que requiere atención y dedicación constante. Esta armonía debe expresarse en nuestra alimentación, nuestros patrones de sueño, nuestra familia y en nuestro trabajo. Por consiguiente, la enfermedad es el resultado natural de estar fuera de equilibrio, es una manera que el cuerpo nos comunica que hay algo mal.
La salud de cada empleado afecta directamente la salud general de la empresa. A continuación les comparto unas pautas sencillas:
1) Haga de su hora de almuerzo una experiencia profunda y coordine su horario alrededor de esto. Idealmente, nunca coma en su oficina (especialmente en su escritorio). Si reservamos este espacio para nosotros mismos, cuando regresemos al trabajo en la tarde, tendremos una mejor digestión y disposición para hacer nuestras tareas. La excusa de todo ejecutivo es un “no hay tiempo”. Pero no por eso cierre la posibilidad, trátelo por una semana y verá cómo su mente está mucho más despejada y usted será mucho más productivo. Una caminata lenta después del almuerzo refresca nuestra manera de ver los conflictos y nos ayuda a tomar decisiones más acertadas. Nunca se salte el almuerzo por trabajo.
2) Tómese unos minutos de descanso. Después de estar mucho tiempo en el computador, párese por unos minutos y haga otro tipo de movimientos oculares. También puede encontrar útil realizar una serie de ejercicios de cuello o estiramientos. Tome su tiempo para ir al baño y mantenerse hidratado mientras trabaja. Una vez retome sus tareas, enfóquese en una a la vez y no trate de cumplir una docena de trabajos al tiempo.
3) Con cierta regularidad, tome unos días para rejuvenecerse e incluso para desintoxicarse. Una serie de terapias relajantes (como un masaje sincronizado con aceite o una terapia de vapor herbal) pueden ser muy apropiadas para comenzar un nuevo mes de trabajo. En vez de llenar sus vacaciones con más estrés para cumplir itinerarios de aviones y tours, dedique algunos días para aprender un poco de Yoga o Tai Chi o seguir un proceso de desintoxicación.
Un buen empresario aprende con la experiencia la importancia de las inversiones, del ahorro y de abrir nuestras mentes a nuevos retos y rutinas. Es hora de rediseñar su inversión en salud, cada minuto que invierta, hará que sus tareas sean más placenteras y productivas.
Santiago Suárez Rubio, C.A.S.
Especialista Clínico de Ayurveda y psicólogo
santiago(arroba)ayurmed.org
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