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La vergonzosa captura de ocho concejales en Neiva, en plena sesión, por supuestamente haber recibido sobornos para elegir a los actuales contralor y personera del municipio, dejó al descubierto otra gran olla podrida que se cocina a lo largo y ancho del país: pagar para hacerse elegir en dichos cargos.
En muchos casos, como sucedió en Neiva, este hecho es un grito a voces.
Estas elecciones, al parecer, se han convertido en un carrusel de sobornos y prebendas en la cual participarían los aspirantes y los miembros de los concejos y las asambleas departamentales.
Es decir, el que más plata ofrezca se queda con el cargo. Esto fue, precisamente, lo que motivó la investigación de la Fiscalía en Neiva y que llevó a la captura de estos ocho concejales, además del contralor Hildebran Perdomo y de la personera Heydi Lorena Sánchez, entre otras personas involucradas.
Por lo ocurrido en Neiva, donde según la Fiscalía se entregaron dávidas hasta por 12 millones de pesos a cada uno de los concejales implicados, uno puede deducir que las contralorías y las personerías se han convertido en industrias de la corrupción para hacer plata. De otra forma no se explica cómo puede alguien pagar 100 millones de pesos para hacerse elegir en dicho cargo.
Ahora, si un aspirante paga todo ese montón de dinero para hacerse elegir como Contralor y/o Personero, es porque sabe que en esos puestos puede recuperar o duplicar quizás esa inversión.
¿Pero cómo lo hacen?
¿Será qué cobran por los nombramientos? ¿O será que a su vez sobornan a sus investigados? ¿O abren investigaciones a diestra y siniestra para ver qué pescan en río revuelto?
¿Será que por eso es que nunca avanzan las investigaciones de los contralorías municipales y departamentales, motivo por el cual han tratado inútilmente de eliminarlas en repetidas oportunidades?
Entonces vale la pena preguntarse: ¿Cuánto vale en el mercado de la corrupción hacerse elegir Contralor o Personero? ¿Cuántos contralores y personeros pagaron para hacerse elegir? ¿Cuántos concejales y diputados en Colombia han recibido sobornos y prebendas para elegir a estos funcionarios? ¿Cuántos miles de millones mueve este mercado de elecciones en el país?
¿Hay tarifas diferenciales para ciudades medianas como Neiva (12 millones por concejal) en comparación con lo que pagarían los aspirantes en grandes capitales y pequeños municipios?
Sería bueno que la Fiscalía, la Contraloría y la Procuraduría nos despejaran todas estas dudas. Y que ojalá conformaran un equipo multidisciplinario para destapar de una vez por todas esta olla podrida que, al parecer, se ha extendido a lo largo y ancho del país.
El primer interesado es el gobernador o alcalde respectivamente. Para ocultar sus fechorías. Es una práctica inveterada. ¿Descubrieron el agua tibia…
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