Cinco meses de confinamiento por la pandemia de la Covid-19 hemos completado los colombianos en lo que vamos del año, lo que nos ha llevado a ser protagonistas de una de las peores crisis económicas del país en los últimos tiempos, esta situación que día tras día nos genera incertidumbre y dudas lleva a preguntarnos ¿Qué seremos el día después de mañana? ¿Cómo ayudaremos a la reactivación económica? ¿Cuál será nuestro rol en la recuperación? ¿Dónde estarán las oportunidades? y ¿Cómo será nuestro rediseño como seres humanos para atender las nuevas realidades?
Sentimientos encontrados son los que aparecen cuando queremos aceptar la realidad que estamos viviendo, por un lado buscamos ser optimistas y resilientes acudiendo a todas nuestras técnicas de aceptación y desapego. Pero por el otro, vemos el lado crudo de la pandemia, escuchando a los medios de comunicación informando las devastadoras cifras de una economía cada vez más debilitada, datos que desde nuestra propia realidad y desde la solidaridad nos atropella y afecta a todos.
¿Cómo recuperarnos rápidamente cuando escuchamos las recientes cifras del Dane que señalan que el Coronavirus ha desembocado en efectos colaterales en nuestra economía? Nos estamos acercando a un nivel de Producto Interno Bruto (PIB) similar al de la crisis del 2013 y descendimos un 15,7% respecto al mismo periodo del 2019, una baja en el sector artístico y de entretenimiento de un 37,1%, en cuanto al comercio, transporte, alojamiento y restaurantes de un 34,3%, en la industria de la construcción una baja de 31,7%, y como si no fuera poco tenemos una tasa de desempleo de 19,8%.
Pese a varias proyecciones, el verdadero impacto hasta el momento no lo podemos dimensionar, pero a medida que va pasando esta calamidad, nos hacemos más conscientes de las repercusiones que puede tener en Colombia y sus grandes efectos que puede tener en lo humano, económico, social y político.
Cada vez, se hace más frecuente una vida de noches solitarias, viernes sin amigos y domingos sin abuelos, es desmotivante el cierre de las puertas de nuestros lugares favoritos que habíamos visitado desde siempre, es nostálgico ser testigos de la venta desmedida de corros de amigos y conocidos, ver familias perder sus apartamentos y locales comerciales.
Sin embargo, los efectos reales de lo que pasará con la economía durante esta pandemia, sólo empezarán a ser evidentes en el 2021 o incluso 2022 cuando se revelan cifras oficiales post-pandemia.
Siendo un poco pesimistas, es probable que tengamos escenarios de rebrotes y nuevas cuarentenas por lo que nuestro país podría vivir un déficit fiscal, esto multiplicará las quiebras de más empresas, lo que nos llevaría a una recesión brutal y prolongada como lo señala el economista Eduardo Lora, según él, este escenario tiene una probabilidad del 70% de que se dé resaltando que nos deberíamos preparar desde ya para afrontarlo.
Si bien, muchas situaciones se salen de nuestro alcance y la incertidumbre no permite una normal planificación, potenciar nuestra dimensión humana, si depende de nosotros. Si pensamos que los países potencian las empresas, y las compañías son conformadas por personas, entonces fácilmente concluimos que miembros sólidos y empoderados facilitarán una recuperación del país.
Entonces, debemos ahora encargarnos de esta situación que está en nuestras manos. Para empezar los colombianos debemos dejar los miedos, y entrar en un cambio de tendencia, debemos dejar de lastimarnos y tenerle desconfianza al mañana y más bien, proyectarnos y crear habilidades para salir de todo lo que nos estanca, debemos tener sentido autocrítico y darle espacio a la intuición a través del aumento de conciencia.
Necesitamos hacernos más sólidos y capaces a través de una escucha activa, conectarnos más con el silencio y así permitirnos escuchar los mensajes de nuestra sabiduría interior, capacitarnos para afinar nuestra intuición, y es fundamental aquietar la mente y escucharnos a nosotros mismo con verdadera atención.
Si logramos esta auto conexión, estaríamos entrando a un mayor nivel de evolución, y de esta manera, realmente podríamos generar cambios, si esta conciencia se hace masiva seremos muchos colombianos mentalmente fuertes, generando una colectividad creativa, empoderada y con más herramientas para recuperar el país.
La recuperación económica será aún más rápida si debilitamos la compasión y fortalecemos la acción, esta fuerza humana se facilita aún más si la aplicamos en este país tradicionalmente valiente y resiliente que tiene bastante experiencia de levantarse de las adversidades.