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Cuando nos preguntamos, que tienen en común destinos como: Zurich, Andorra, Garrucha, Estocolmo, Praga, Alameda de la Sagra, Medellín entre otros, la respuesta, son sus constantes políticas sostenibles. Claramente son destinos que en los últimos años han trabajado en el fortalecimiento de sus buenas practicas y se han convertido en lugares ejemplo de conciencia socio-ambiental y bienestar.
Estos lugares para ser considerados destinos sostenibles, han trabajado en la implementación de buenos hábitos y técnicas como; la economía circular, la lucha contra el cambio climático, la reutilización del agua, la eficiencia energética, los grandes espacios verdes, la movilidad con bajas emisiones de CO2, el cuidado de reservas naturales (senderos, ríos, humedales, bosques), el reciclaje, el aprovechamiento de recursos y trabajo integrado con comunidades.
Cuando estudiamos sobre el futuro de las ciudades para el año 2050, nos encontramos que la tendencia será en el incremento de “ciudades inteligentes” “destinos verdes”, “territorios sostenibles y saludables” y entendemos la gran oportunidad que tienen muchos pueblos de Colombia que se encuentran sumergidos en una biodiversidad extensa, considerada la tercera más rica del mundo.
Uno de los pueblos ricos en patrimonio medio ambiental, es Quipile, en Cundinamarca. Este municipio de 12.770 hectáreas, de las cuales 9.711 son de protección ambiental y reserva natural, lo que equivale al 76.1% de todo su territorio, esto según el Plan de Ordenamiento y Manejo de las Cuencas Hidrográficas de los ríos Bogotá, rio seco y directos al Magdalena.
Quipile, se encuentra dentro del programa de ecosistemas estratégicos y sostenibles del territorio de las cuencas hidrográficas de los ríos Bogotá, rio seco y directos al Magdalena. Este plan, tiene importantes acciones de reconversión de usos de los suelos que están en conflicto por sub o sobre utilización, recuperación, rehabilitación, restructuración y protección de áreas degradadas y alteradas. El Plan de ordenamiento y manejo de la cuenca concibe el crecimiento verde, para proteger y asegurar el uso sostenible del capital natural, mejorar la calidad y la gobernanza ambiental, según lo afirma Oscar Francisco Acosta Vásquez
Quipile, hace parte de un ecosistema estratégico, y se encuentre dentro de la categoría de áreas protegidas, goza de una protección especial, que sustenta la oferta de la biodiversidad y otros servicios ecosistémicos, ayudando al control de erosión, control de inundaciones, regulación climática, polinización para la agricultura, y mejoramiento de suelos, producción de agua, captura de carbono y recarga de acuíferos entre otros,; esto orientado a la conservación y manejo y protección de sus recursos naturales.
Esta es una gran oportunidad para que muy rápidamente Quipile sea un ejemplo referente mundial de “territorio verde sostenible” un sitio ideal para realizar actividades productivas bajo criterios de sostenibilidad (sistemas agroforestales, tecnificación de la producción de leche, entre otras) junto con acciones de conservación y protección del recurso hídrico de la mano de la generación de actividades productoras sostenibles y rentables para la comunidad. Esto de la mano de capacitaciones que fomenten buenas prácticas, incorporen modelos de granjas sostenibles, en la diversificación de acciones productivas a través de actividades ecoturísticas y de agro turismo, consolidar una economía campesina circular.