Es importante que los colombianos cada día nos enteremos más sobre la riqueza de nuestro país, orgullosamente, es importante resaltar que Colombia ocupa el primer lugar en especies de aves y orquídeas, es el segundo en el mundo con mayor riqueza de plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce, es el tercero en número de especies de palmas y reptiles y es el cuarto en especies de mamíferos. Es así como cada día nuestro país se posiciona, como uno de los primeros en el mundo, con manifestaciones de Arte Rupestre.

El Arte Rupestre es otro argumento más para querer visitar este exótico país.  El arte rupestre definido como trazos, marcas, figuras o símbolos pintados o grabados sobre piedras realizados por nuestros ancestros, es el tipo de arte prehispánico que acuña, plasma y transmite a través de pictografías (dibujos o pinturas) o petroglifos (grabados sobre piedras) signos majestuosos mediante los cuales, diversos pueblos indígenas narraron hechos mágicos convirtiendo estas grandes piedras en evidencias sobre su cosmogonía y economía.

El arte rupestre, es una manifestación cultural de la vida cotidiana, de personajes mitológicos demostrativos de un mundo mágico-religioso, lo gráfico comunica acontecimientos históricos y las imágenes transmiten mensajes visuales. Estas pinturas presentes en todo el país, han pertenecido al mismo lugar donde fueron realizadas por muchos siglos, esto implica la oportunidad de robustecer un verdadero museo al aire libre en Colombia.

Según algunos estudios adelantados por La Comisión Coreográfica, el grupo GIPRI, la Gobernación de Cundinamarca y el ICANH, hoy sabemos que existe arte rupestre en más de 40 municipios de Colombia.

«El arte rupestre, es una manifestación cultural de la vida cotidiana, de personajes mitológicos demostrativos de un mundo mágico-religioso».

Cundinamarca, por ejemplo, es uno de los departamentos con mayor riqueza rupestre, tiene valiosas piezas en Bojacá, Facatativá, Suesca, Sutatausa, Soacha, Sibaté, Bosa, La Mesa, San Antonio, El Colegio, Tibacuy, Sasaima, Macheta, Nilo, Viotá, La Calera, Zipacón, Mosquera Tena y Chipaque.

En la actualidad se está desconociendo muchos detalles sobre las comunidades exactas que lo hicieron, como los años exactos de su creación tanto de las pictografías, como los petroglifos.

Existe una referencia muy amplia, en Cuba, por ejemplo, hay algunas manifestaciones rupestres que alcanzan hasta 2.000 años de existencia, y en el África pueden tener una antigüedad hasta de 35.000 años. Según el Instituto Colombiano de Antropología e historia ICANH, en un estudio realizado por Diego Martínez Celis y Álvaro Botiva, el territorio, de lo que hoy es Colombia, ha venido siendo habitado desde hace mas de 16.500 años, imaginemos el valor histórico que puede tener el país una vez hagamos estudios mas rigorosos en esta área.

 

 

Para conseguirlo, se requiere continuidad en los estudios, difusión de los hallazgos y ampliar el conocimiento de las políticas de preservación, de esta manera, empezamos a darle el verdadero valor de este gran patrimonio, y una vez entendamos lo que tenemos, debemos evitar más daños por agentes bilógicos, físicos, químicos, y los mas nocivos que son los daños humanos, causados principalmente, por desconocimiento.

Es fundamental hacer campañas entre nosotros para buscar más manifestaciones de estas que pueden estar en fincas o sitios abandonados o lugares en áreas rurales donde solemos caminar o pasar el día. Una vez las identifiquemos se hace necesario, capacitarnos para velar por su protección y posteriormente crear estrategias pedagógicas para su divulgación y cuidado.

«Se requiere continuidad en los estudios, difusión de los hallazgos y ampliar el conocimiento de las políticas de preservación, de esta manera, empezamos a darle el verdadero valor de este gran patrimonio».

Todos los colombianos, tenemos la responsabilidad de hacer que este maravilloso museo al aire libre, sea tratado con una adecuada protección y concientización, o si no este gran patrimonio está condenado a desaparecer.