Venados, criaturas mágicas y místicas que hacen culto a la dulzura y la delicadeza, especies que nos conectan con la ternura y nos remontan a la niñez, recordándonos escenas memorables de cuentos de hadas, algunas llevadas a pantallas como: la película Bambi, la cual, bajo la dirección de David Hand y producción de Walt Disney Productions, nos llevó a adorar estos seres y nos creó la fantasía infantil de querer abrazarlos y tenerlos cerca de nosotros.
Estos seres que además de suavizar el alma y ganarse nuestra admiración y respeto, han sido considerados por varias culturas, como ‘animales sagrados’; en la península de Yucatán, México, por ejemplo, la civilización Maya alabó a los venados como dioses, y los relacionaron con fenómenos meteorológicos, especialmente con la lluvia y, por consiguiente, con la fertilidad.
Su comportamiento social ha despertado gran curiosidad y por esto han sido tema de algunos estudios, como fue el caso de Ángela Andrea, Camargo Sanabria de la Universidad Nacional de Colombia, quien señaló las diferentes particularidades de su habitad y explicó los diferentes comportamientos que tienen a lo largo de sus vidas y la posición jerárquica que asumen. Según Camargo, el venado, es una de las especies de la fauna silvestre más carismáticas y una de las criaturas mágicas que por su inteligencia, belleza y majestuosidad fueron parte importante de la cosmovisión e inspiración de un sin número de leyendas, mitos y tradiciones de nuestra rica cultura precolombina, y, además, una parte importante del sustento material de los pueblos originarios.
La conducta de estos animales varia radicalmente según el sexo, en la vida silvestre de los venados, el individuo de alto rango es el macho y es quien domina sobre un miembro subordinado, que es la hembra. Según estudios realizados por Timothy Edward y J. Alfonso Ortega, en su libro ‘Ecología y Manejo de Venado Cola Blanco’ El comportamiento más común en los machos es la agresión, mientras que en las hembras es más común es el acicalamiento y el comportamiento de alerta. Las hembras y los machos adultos, se encuentras separados y utilizan diferentes hábitats, con excepción a las temporadas de apareamiento, los cachos de los machos no son usados como armas contra los predadores, son usados durante el tiempo de reproducción, cuando pelean para engendrar con las hembras y estos mutan cada año.
Uno de los venados más admirados por su imponencia y belleza es el ‘Venado Cola Blanca’, (Odocoileus virginianus) mamíferos originarios de América, que se encuentran desde el oeste y el sur de Canadá, los Estados Unidos de América, México, América Central, Bolivia, las Guayanas, el norte de Brasil y Colombia.
Los venados cola blanca son los mas nerviosos y tímidos que otras especies de venados y tiene la característica que mueven la cola de lado a lado. Ellos podrían consumir más de 160 especies diferentes, siendo el Ramoneo y las Herbáceas las que constituyen la mayor porción de la dieta alimenticia. El venado de cola blanca es una especie de menor tamaño, los machos son más grandes que las hembras, con un peso que varía según la ubicación. Se extienden de 60 a 100 libras y las hembras pueden tener de 40 a 70 libras.
Los venados son muy ágiles y pueden alcanzar velocidades hasta 30 millas por hora, por el bosque, posee glándulas odoríferas alrededor de los ojos, en la frente y en las patas, las que conjuntamente con la orina utiliza para comunicarse, marcar el territorio, atraer al sexo opuesto y como señal de peligro. Cuando se siente amenazado, corre con la cola levantada para ponerse a cubierto, se cree que el destello blanco actúa como señal visual de alarma para otros ciervos.
Colombia, por ejemplo, cuenta con registros arqueológicos del venado cola blanca que señala que estas criaturas vivieron en estas tierras desde hace 12.000 años, lo que lleva a constituirla como una especie de alto valor cinegético para el mundo según, lo señala el estudio realizado por la Universidad Nacional, ‘Ecología, uso, manejo y conservación del venado cola blanca en Colombia’. Sin embargo, pese a su invaluable valor, estas especies se están viendo gravemente afectadas y su población se esta reduciendo considerablemente por la fragmentación, la destrucción y degradación del hábitat, la interacción con especies domésticas, y la sobreexplotación derivada del uso indiscriminado de las comunidades rurales y la cacería furtiva, como lo señala Hugo Fernando López Arévalo en su estudio sobre los venados de la Universidad Nacional.
Los países como Colombia, donde contamos con la fortuna de tener estos animales míticos, necesitamos fortalecer redes para la conservación de la diversidad biológica e implementar estrategias para la conservación de esta especie, debemos hacer un llamado a diferentes gobiernos para que apoyen su conservación y acudir a ONGs para solicitar apoyo y evitar que estas especies desaparezcan.
Hay que hacer un llamado a organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente – PNUMA, y solicitar que en su Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), en el que se tiene como propósito promover la conservación de la biodiversidad y el aprovechamiento sostenible de los servicios ambientales para que cree estrategias de conversación de los venados, ayude a sembrar arboles nativos para su alimento, ayude en las estrategias para prohibir la casa y apoye en educación y conciencia en comunidades donde aún no han visto la gravedad de algunas malas prácticas.
Finalmente, de esta situación se deriva la necesidad urgente de instrumentar diversos elementos de las técnicas de ‘bienestar animal’ y ‘enriquecimiento ambiental’ en favor de las especies.