Por: CP Alexander Camargo M. CEO de C&G Auditores y Consultores Ltda. Colaborador de Auditool

En los dos últimos años, se han visto cambios importantes en la forma como se desarrollan las actividades en las Empresas como consecuencia de las medidas tomadas por los Gobiernos para gestionar los riesgos contra el COVID-19. En la práctica se ha observado que dichos cambios han incrementado el riesgo inherente del fraude.

En normas como la NIA 700, la cual reglamenta el dictamen del auditor independiente y requiere al Revisor Fiscal indicar dentro de sus objetivos, los siguientes:

Fraude

El triángulo del Fraude, modelo utilizado para explicar los factores que hacen que una persona llegue a cometer fraude. Consta de tres componentes que, juntos, llevan a un comportamiento fraudulento:

Presión (Motivación)

El entorno actual puede dar lugar a presiones cuando existe un riesgo de empresa en marcha, incluida la presión para cumplir con los convenios de deuda.

Los planes de apoyo gubernamental conllevan sus propios riesgos de fraude, por ejemplo, reclamar deliberadamente pagos por licencia del personal cuando el personal todavía está trabajando, o dificultades en los cálculos para establecer el cumplimiento de los requisitos para tomar las ayudas del gobierno.

Oportunidad (Poder)

Puede haber oportunidades de fraude con el aumento de trabajo remoto. Los empleados y la gerencia pueden centrarse en mantener los ingresos, desarrollar flujos de ingresos alternativos y solicitar e implementar esquemas de apoyo gubernamental. Es posible que los controles internos no funcionen de la manera en que se hace habitualmente, y un mayor número de controles internos se operarán de forma remota.

La actividad sospechosa o inusual que puede indicar fraude puede ser aún más difícil de detectar por la administración y por los auditores.

Racionalización (Actitud)

Se caracteriza por la capacidad de quien decide hacer el frauden, justificando dicho acto con total coherencia y congruencia con su código de ética personal.

Dicho actor normalmente posee una actitud y conjunto de valores que le permite conscientemente tomar la decisión de cometer el fraude, mostrándola de una manera beneficiosa, para lo que el sujeto racionaliza que lo que está cometiendo no es un delito grave, o que si lo es, este es menor y plenamente justificable y necesario.

Revisor Fiscal

Cuando el Revisor Fiscal evalúa los riesgos de fraude y realiza las pruebas de manera remota, puede haber dificultades adicionales. Por lo tanto, el Revisor Fiscal debe evaluar la capacidad de sus procedimientos de auditoría para detectar irregularidades y fraudes.

Estos procedimientos de respuesta al riesgo de fraude dependerán de los riesgos identificados, pero puede incluir:

 

CP Alexander Camargo M

Contador Público, CFCS “Especialista Certificado en Delitos Financieros”, Especialista en Control Interno de la Universidad Militar Nueva Granada, con Maestría en Gestión Integral del Riesgo de la Universidad Externado de Colombia (Pendiente Tesis). Con más de 25 años de experiencia en procesos de aseguramiento y consulta en empresas de diferentes sectores de la economía, adquirida en firmas internacionales de auditoría, KPMG y CROWE. Actualmente CEO de C&G Auditores y Consultores Ltda.

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