Por: Nahun Frett – MBA, CIA, CCSA, CRMA, CPA, CFE
República Dominicana
Colaborador de www.auditool.org
Red Global de Conocimientos en Auditoría y Control Interno
Durante el desarrollo del Curso Taller Smart-Audit (Auditoría Inteli-Gente), que impartí in-house, recientemente, para el equipo de auditoría interna de una prestigiosa organización del sector financiero de Perú, un auditor se me acerco durante una pausa y me pregunto:
¿Cuál es el tipo de fraude más común?
Le respondí, sin dudar un segundo, que en mi opinión el tipo de fraude que más frecuentemente afecta a cualquier organización es:
La malversación de activos
La malversación implica el robo o el uso indebido de los activos de una organización (por ejemplo, desvío de ingresos, robo de existencias o inventarios, fraude en la nómina). Los activos de una organización, tanto tangibles (por ejemplo: efectivo o inventarios) como intangibles (por ejemplo: derecho de autor o información confidencial), pueden ser objeto de malversación por parte de empleados, clientes o proveedores.
La organización debería asegurarse que existan controles implementados para proteger tales activos. Los esquemas más comunes incluyen malversación por parte de:
Empleados:
-Creación de y pago a proveedores ficticios.
– Pago de facturas sobrevaloradas (infladas) o ficticas.
– Facturas por bienes no recibidos o servicios no realizados.
– Robo de inventarios o utilización de activos de la organización para beneficio personal.
– Reporte de gastos falsos o sobrevalorados (inflados).
– Robo o uso de información confidencial de la organización.
Empleados en colusión con proveedores, clientes o terceras partes:
– Pagos de facturas sobrevaloradas (infladas) o ficticias.
– Emisión de notas de crédito sobrevaloradas (infladas) o ficticias.
– Facturas por bienes no recibidos o servicios no realizados.
– Precios o entregas preferenciales.
– Manipulación de licitaciones, sorteos o proceso de adjudicar contratos.
– Robo o uso de información confidencial de la organización.
Proveedores:
– Pagos de facturas sobrevaloradas (infladas) o ficticias.
– Despachos incompletos / con faltantes o sustitución por bienes de menor calidad.
– Facturas por bienes no recibidos o servicios no realizados.
Clientes:
– Reclamos falsos por bienes dañados o devueltos así como por despachos incompletos.
La proteccion contra estos riesgos requiere no solamente de controles de protección física sino también de controles periódicos de detección, tales como: conteos físico de inventarios y reconciliación del auxiliar con la cuenta correspondiente del mayor general. Recuerde que un perpetrador de fraude astuto tendrá en cuenta estos controles y diseñara un esquema de fraude que evite o se oculte de ellos.
Para finalizar, recuerde que:
“Lo único que necesita para que triunfe el mal es
que los hombres buenos no hagan nada”
Edmund Burke, estadista y filósofo británico.
Los auditores internos tenemos el compromiso de frenar las conductas inapropiadas, convertirnos en un dique de contención, en una barrera protectora; a través de promover la integridad y transparencia en todos los niveles de la organización. Indiscutiblemente que para combatir los graves problemas de fraudes que afectan a todas las entidades, tenemos la responsabilidad de contestar el llamado:
“El lugar más caliente en el infierno está reservado para quienes,
en un período de crisis moral, se mantienen neutrales”
Dante, poeta, prosista, teórico de la literatura, filósofo y pensador político italiano.
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Del Autor: Nahun Frett, es un reconocido conferencista especializado en temas sobre auditoría interna, gestión de riesgo, gobierno corporativo, cambio organizacional, liderazgo y auto-evaluación de control. Motivador nato de equipos multidisciplinarios de auditoría interna, ampliamente solicitado para dictar conferencias y proveer capacitación en cursos, talleres y seminarios. Colaborador de Auditool.
Publicado en el Blog de Nahun Frett – http://nahunfrett.blogspot.com