Por: Marta Cadavid. CIE AF, CAMS, CFE, AML
No es un secreto que las áreas y equipos de cumplimiento están tomando más fuerza; de hecho, organizaciones con estructuras menos complejas o pequeñas y medianas empresas están más abiertas y conscientes de incluir profesionales expertos que ayuden a la organización a alcanzar sus objetivos alineados con las regulaciones o comulgando con la norma.
Así mismo, se acentúa con fuerza en el área de cumplimiento la administración de las relaciones entre los empleados y la organización, donde dicha administración pasa de ser una actividad más del área de recursos humanos y se convierte en un factor fundamental y estratégico para alcanzar el éxito organizacional a través del mejoramiento del clima laboral en un ecosistema transparente de colaboración y meritocracia.
El buen liderazgo corporativo se clasifica como uno de los factores más convenientes para atraer nuevos empleados y mantener los actuales; condición que conlleva a un mejor desempeño laboral, crecimiento profesional y satisfacción personal. Son muchos los desafíos que los líderes de las empresas deben enfrentar cada día en el dinamismo económico e industrial de incertidumbre actual, pero sí es claro que teniendo el recurso humano ideal se reduce la brecha de errores en la operación y por consiguiente actos indeseables.
Para muchos, el ranking mundial de los países con mejores indicadores de felicidad puede ser romántico o incluso el ranking de las mejores empresas para laborar puede ser una falacia, pero algo en común tienen ambas clasificaciones y está definido como la satisfacción personal, lo cual tiene un impacto directo con el comportamiento ético orientado a una visión más ambiciosa para lograr el éxito empresarial.
En efecto, un empleado que laboralmente esté satisfecho y vea un futuro próspero en la organización, es un colaborador comprometido con los valores y en consecuencia con la estrategia y creación de valor. Sumado a lo anterior, el tono a la cabeza y el ejemplo que los líderes demuestran a sus empleados también influyen para que los mismos sientan que cualquier esfuerzo personal justifica y es tenido en cuenta. Es decir, la sinergia entre los empleados y los líderes de la organización hacen más fácil las tareas de cumplimiento cuando están alineados en la ética y transparencia.
Por el contrario, un ecosistema laboral hostil, tóxico o negativo sólo acarrea frustración y resentimiento en sus empleados creando el hábitat perfecto para los actos deshonestos y las conductas criminales; situaciones que tienen como resultado el deterioro del área de cumplimiento y corrosión del valor de la organización al poner mayor esfuerzo en tiempo y personal. Un empleado resentido, decepcionado, ofendido o frustrado por la carencia de liderazgo tendrá baja productividad, poco compromiso, y buscará la mejor manera de sacar provecho de la empresa incluso sabiendo que navega en las aguas grises de actos antiéticos.
Así las cosas, existe una relación directa entre la satisfacción laboral, el ambiente de control y el área de cumplimiento que de ser bien administrada ayudará a las organizaciones a lograr sus objetivos más rápido, crear mayor valor y por ende excelente reputación. A mayor entendimiento del ser humano, mejor será la gestión de los empleados y mayor competitividad de la organización.
Marta Cadavid, Equipo NOFRAUD.
Colaboradores de Auditool