Por: Alexander Camargo M.
En el mundo actual debemos tener la capacidad de adaptarnos a los constantes cambios en el ambiente económico. El avance de la tecnología en los últimos años nos obliga a evolucionar a ritmos vertiginosos, por lo que la gestión del riesgo es un aspecto crítico, que hace la diferencia entre el éxito y el fracaso.
En este ambiente turbulento navegamos los proveedores de aseguramiento, es decir, los auditores, en un trabajo que no es muy visible cuando los resultados de la empresa auditada son satisfactorios. Sin embargo, cuando se presentan resultados desfavorables, los usuarios de los estados financieros en su búsqueda por resarcir las pérdidas miran hacia el auditor.
En este último caso se presentará entonces una brecha entre los servicios de aseguramiento y las expectativas de los usuarios de los estados financieros, que en el estudio del año 2020 se clasificó como:
Visto desde estas perspectivas revisemos el caso Silicon Valley Bank (SVB):
1. KPMG auditó los estados financieros de SVB y emitió, el 24 de febrero, una opinión sin salvedades sobre los estados financieros y sobre la efectividad del control interno al 31 de diciembre de 2022. Luego de emitido el informe de auditor, dos semanas después, la situación del banco comienza a ser crítica. Se observa una brecha del conocimiento, pues la responsabilidad del auditor va hasta la fecha en que emite su informe y, por lo tanto, no existiría una responsabilidad atribuible al auditor.
2. Sin embargo, se han presentado situaciones que sugieren que la firma deberá responder: (i) una opinión limpia sobre el control interno, pese a que el cargo principal de la gestión del riesgo no estuvo vacante durante buena parte del año 2022; (ii) cómo fueron abordadas la gestión del riesgo de tasa de interés y liquidez, y porqué no fue considerado un asunto critico de auditoria; (iii) cómo se aseguró la independencia de la firma con un cliente de más de 9 años (en la práctica las salvaguardas fueron apropiadas). Responder estas preguntas nos ubicará en la brecha de rendimiento.
3. El SVB es un banco especializado en el sector tecnológico, un entorno que, como ya hemos dicho, es sinónimo de una moneda de dos caras: oportunidad y riesgo. Lo que nos ubica en la brecha de la evolución y nos invita a pensar en cómo debemos modificar las actividades que realizamos cuando nos enfrentamos como auditores a estos sectores.
CP Alexander Camargo M.
Contador público, CFCS “Especialista Certificado en delitos financieros”, especialista en Control Interno de la Universidad Militar Nueva Granada, con Maestría en Gestión Integral del Riesgo de la Universidad Externado de Colombia (pendiente tesis). Con más de 25 años de experiencia en procesos de aseguramiento y consulta en empresas de diferentes sectores de la economía, adquirida en firmas internacionales de auditoría, KPMG y CROWE. Actualmente CEO de C&G Auditores y Consultores Ltda.