Hace algunos años cuando comenzó a hablarse de economía circular parecía un tema que solo era una moda que muy pocos entendían, pero que sonaba muy innovador si tenemos en cuenta que el pensamiento estaba lejos de ser circular, pero al irse aplicando y revelando los beneficios que para algunas compañías iban más allá de la conciencia, para transcender a lo económico, por fortuna cada día se ha convertido en una realidad más cercana.  El éxito del concepto circular -en el que los recursos restantes de un proceso pasan a ser el provecho de otro-, por supuesto, es cuestión de química. ¿Cómo funciona esta promesa de las industrias innovadoras? Lo más importante es considerar el modelo desde el comienzo de su operación; es decir, que las plantas o centros operacionales de las compañías empiecen a ser concebidas para integrar las unidades productivas, haciendo uso de los residuos y desperdicios de una unidad como materia prima de otra.

El éxito del concepto circular -en el que los recursos restantes de un proceso pasan a ser el provecho de otro-, por supuesto, es cuestión de química. ¿Cómo funciona esta promesa de las industrias innovadoras?

Para explicarlo mejor, veamos con un ejemplo cómo se ha materializado el concepto de la Economía Circular. En BASF hemos desarrollado ChemCycling, un proceso de «reciclado químico» para residuos plásticos que actualmente no se reciclan, como los plásticos mezclados o contaminados. Normalmente los residuos plásticos se envían a vertederos o a incineración con recuperación de energía. Con el reciclaje químico se ofrece otra alternativa y permite que estos plásticos puedan ser utilizados para producir gas de síntesis o aceite de pirólisis mediante procesos termoquímicos. Con este intento de aplicación de Economía Circular  estamos utilizando el residuo plástico como materia prima. De esta forma, creamos valor para el medio ambiente, la sociedad y la economía. Sumamos fuerzas con nuestros socios en toda la cadena de valor para establecer un modelo circular.

Con esta apuesta, quienes hemos implementado este modelo en nuestros procesos hemos lograron reducir costos en varios ítems de la operación, comprobado que el presente y el futuro son circulares. Un dato: según el estudio  “Growth Within: A Circular Economy Vision for a Competitive Europe”, si en Europa se implementaran políticas de Economía Circular, el continente podría ahorrar cerca de 1,8 trillones de euros para el año 2030, a la vez que las emisiones de CO2 se reducirían en un 48 %. Resultados impresionantes, ¿verdad?

Si en Europa se implementaran políticas de Economía Circular, el continente podría ahorrar cerca de 1,8 trillones de euros para el año 2030, a la vez que las emisiones de CO2 se reducirían en un 48 %.

La Economía Circular, entonces más que una teoría de moda que muchas veces suena a quimera, es una realidad sobre la cual muchas compañías basan actualmente su gestión, pues este sistema permite involucrar la innovación y cerrar el ciclo de producción para que la sostenibilidad se convierta en uno de los eslabones más fuertes de la cadena. Se trata de desacoplar el crecimiento económico del incremento en el consumo de recursos finitos. Hagamos química con la Economía Circular y que se convierta en la manera de hacer las cosas y de adelantar de los procesos productivos en las compañías de hoy.

De esta manera las grandes empresas tienen claro que si pretenden perdurar y tener éxito sostenido en el tiempo, deben implementar modelos productivos que garanticen una verdadera eficiencia en el uso de los recursos, así como su aprovechamiento. Esto es precisamente lo que promete la Economía Circular, que más que un modelo económico es un cambio de paradigma que está siendo aplicado por las compañías más innovadoras del mundo en sus políticas y estrategias de crecimiento.

¿Tienes preguntas sobre cómo logramos que los desperdicios de un proceso se vuelvan materia prima de otro o sobre otras aplicaciones de la química en la cotidianidad? Puedes escribirnos a comunicaciones-bcn@basf.com y en nuestra próxima entrada te responderemos.