Es usual que cuando se habla de una compañía con presencia global, se piense que la estrategia consiste en llegar a implementar a un territorio lo que se ha desarrollado de antemano y que dio resultado en su lugar de origen. La realidad no puede estar más lejos, para lograr éxito es fundamental decidirse a escribir una historia local y esto implica comprender la cultura, necesidades, expectativas y atreverse a hacer cosas nuevas conectadas con la realidad del contexto ¡Generar química con el país!
Gracias a la conexión que BASF ha logrado con Colombia, hoy podemos contar una historia de 80 años creando química para un futuro sostenible en el país, y aunque suene redundante, nos permite afirmar que el éxito de una empresa también es cuestión de “química”.
Pero ¿cómo se genera esa química? En nuestro caso, conocer el contexto y las necesidades locales en términos de sostenibilidad, tendencias e intereses de los ciudadanos, ha sido la clave para generar esa conexión, la cual se convierte en pieza fundamental para la innovación y para generar un verdadero impacto en la industria nacional.
Tener “química” con el país genera satisfacciones para una compañía que van más allá del negocio en términos de venta y servicio, también ofrece la oportunidad de crecimiento mutuo.
Si bien nuestra historia en Colombia en sus comienzos fue protagonizada por productos emblemáticos que facilitaron el día a día, como los casetes, limpiadores y pegantes domésticos, que ponían nuestra marca en la mente de cualquier persona, incluso los más alejados del mundo corporativo. En la actualidad evolucionamos para ser precursores de la industria nacional con soluciones que ofrecen a la producción local competitividad y calidad en cualquier mercado.
Una de las mejores muestras es el caso de co-creación que realizamos con la empresa de empaques sostenibles GreenPack, en el que desarrollamos empaques de papel para alimentos con barrera a la humedad de ecovio, nuestro polímero compostable y biodegradable. Además del éxito comercial que significó para esta pequeña industria nacional, fue un proyecto de relevancia regional en términos ambientales, que ocupó el lugar N.13 en la categoría de ‘Manejo de Residuos Sólidos’ en los Premios Latinoamérica Verde.
En este caso fuimos fieles a nuestro propósito global de crear química para un futuro sostenible, pero trabajando en equipo con una empresa colombiana, ofreciendo soluciones de impacto local.
Tener “química” con el país genera satisfacciones para una compañía que van más allá del negocio en términos de venta y servicio, también ofrece la oportunidad de crecimiento mutuo. Pensando en ello, surge otro de los proyectos que nos enorgullece en Colombia, ‘Algodón, fibras del corazón’, modelo de negocio social con el que transferimos tecnología a 200 familias algodoneras para mejorar la eficiencia en sus cultivos y a la vez su calidad de vida. Igualmente, este año consolidamos Sumotech, programa con el que estamos ofreciendo a 400 pequeños agricultores de la comunidad de Pasca en Cundinamarca, instalaciones y formación para que, de forma sostenible, agreguen valor a sus cosechas y puedan acceder a mejores mercados sin intermediarios.
Cuando miramos atrás es claro el aprendizaje. Para que una compañía crezca y se mantenga vigente es fundamental aportar al desarrollo del país que la acoge. La experiencia nos ha demostrado que debemos encaminar nuestra estrategia hacia la comprensión de las necesidades de nuestros clientes, pero sobre todo de las personas, siempre desde la óptica de la innovación, la sostenibilidad y la digitalización, manteniéndonos fieles a nuestro propósito global.
Han sido 80 años en los que gracias a la química hemos crecido junto a Colombia, acompañando a sus empresas en sus creaciones y siendo parte de la vida y la historia de los colombianos. Aun así, lo más importante de estos años ha sido poder aportar al crecimiento del país, a su sostenibilidad y a contagiar de innovación el campo y las ciudades.
¿Tienes preguntas cómo actúa la química en la producción de productos para el cuidado personal o sobre otras aplicaciones de la química en la cotidianidad? Puedes escribirnos a comunicaciones-bcn@basf.com y en nuestra próxima entrada te responderemos.