¿Alguna vez había notado que todo es cuestión de química? La química es más que una ciencia que estudian unos cuantos para experimentar combinaciones explosivas. En realidad, gracias a ella es posible innovar y descubrir nuevas y mejores maneras de hacer las cosas, proteger el medio ambiente, generar calidad de vida, entre otros factores.  Es posible que esto le suene a un discurso más, pero la realidad es que cada año la química trae consigo mayor bienestar, calidad en bienes y servicios, protección, entre otros aspectos que impactan de manera positiva a las personas, las empresas, las ciudades y el país.

En el caso de Colombia fueron varios los logros que, por cuestión de química, trajeron innovación y desarrollo.  Fuimos, por ejemplo, escogidos como la sede para el lanzamiento mundial de Belanty, una solución desarrollada para los cultivos de arroz. Los arroceros de Tolima, Huila y los Llanos Orientales fueron los primeros en todo el mundo en probar la efectividad de este ingrediente activo que busca un control más seguro y efectivo de las enfermedades de este cultivo.

Sin duda, este año estuvo marcado por el aumento de consciencia en temas como la sostenibilidad, la protección del medio ambiente, reflejados en aspectos que van desde los bioplásticos compostables, el reciclaje, la aditivación de la gasolina hasta los cosméticos con componentes orgánicos. Definitivamente todo es cuestión de química.

Así mismo, desde BASF hicimos parte de la solución en el problema de desechos con Ecovio, un polímero compostable que de alta eficiencia. Junto con la compañía nacional GreenPack desarrollamos en conjunto empaques para alimentos con barrera de este material. Esta innovación obtuvo el puesto 13 en la categoría de ‘Manejo de Residuos Sólidos’ de los Premios Latinoamérica Verde, una de las vitrinas más influyentes de la región que reconoce a los 500 proyectos ‘verdes’ de mayor impacto en la región.

La química también es cuestión de personas

Sin duda, este año estuvo marcado por el aumento de consciencia en temas como la sostenibilidad, la protección del medio ambiente, reflejados en aspectos que van desde los bioplásticos compostables, el reciclaje, la aditivación de la gasolina hasta los cosméticos con componentes orgánicos. Definitivamente todo es cuestión de química.  Sin embargo, pensar en una química que tenga un impacto directo en la calidad de vida de las personas se convirtió en un gran referente para la industria y especialmente para BASF.

Así, una de las grandes iniciativas que marcaron un hito este año fue Sumotech.  Este gran proyecto que adelantamos con cerca de 400 pequeños agricultores de la comunidad de Pasca en Cundinamarca, busca adaptar los sistemas productivos de los trabajadores, para que de manera sostenible mejoren la productividad, la calidad de la producción de sus cultivos y puedan acceder a mercados de mayor valor.  En 2019 demostramos que la química puede ser sostenible y que la innovación crea una química única con nuestros públicos.

Por esta época, las personas reflexionan sobre cómo les fue durante el año. Abren el papel que guardaron en enero con sus objetivos, tachan aquellos que alcanzaron y hacen promesas por los que se quedaron sin cumplir. Las empresas actúan de manera similar. Este es el momento en que se miden los cambios positivos y negativos, las metas alcanzadas y se evalúa en lo que se debe seguir trabajando.

En BASF sucede algo similar. En este tiempo evaluamos la química que tenemos con nuestros clientes, la química que existe con los productos que se desarrollan con nuestros insumos y el impacto positivo que una industria responsable genera en nuestro entorno. Al ver todo lo que logramos sentimos que este 2019 fue especial. Cumplimos 80 años en Colombia e inauguramos en el occidente de Bogotá el laboratorio de cocreación para insumos de dispersión y aditivos para pinturas. Sin duda, fue un año en el que aportamos a la química de Colombia.

¡El 2020 también nos emociona! Llega con más fuerza “Algodón, Fibras del Corazón”, un proyecto que beneficiará a 200 agricultores y sus familias de los departamentos del Tolima y Córdoba. Es un modelo de negocio social que busca, además de trasferir tecnología  a pequeños agricultores algodoneros,  mejorar su calidad de vida a través de mejores ingresos y mayor eficiencia en sus cosechas. Este es tan solo un ejemplo de todo lo que viene.  Vamos a estar más cerca de la vida de las personas en la ciudad y el campo, en el país y en el mundo, para traer mayor bienestar y convertir nuestro entorno en un lugar más sostenible. ¿Lo ve? Todo es cuestión de química.

¿Tienes preguntas sobre cómo logramos que los desperdicios de un proceso se vuelvan materia prima de otro o sobre otras aplicaciones de la química en la cotidianidad? Puedes escribirnos a comunicaciones-bcn@basf.com y en nuestra próxima entrada te responderemos.