La innovación nace de los problemas, y es en estos problemas que encontramos la fuente de inspiración para idear, crear y llevar a la realidad soluciones a los desafíos. Particularmente el proceso de formación de ideas es una etapa esencial. Las ideas surgen de reflexiones sistemáticas y profundas, preguntas que rompen bloqueos mentales y nos abren a nuevas realidades, preguntas que van más allá del sí o no, del bien o el mal, preguntas que explotan a veces en ridiculez y a veces en alegría, preguntas que desobedecen leyes filosóficas actuales, preguntas sin respuestas conocidas, preguntas con infinito.
La innovación en la industria química inicia entonces en la solución de preguntas, desafíos y diseño de nuevos futuros. Se logra moviéndonos de los viejos paradigmas a las nuevas normalidades, Movernos de moléculas productos y soluciones, a modelos de negocio más sofisticados y diferenciales, lo que nos permite salir de la trampa antagónica del precio y saltar al valor.
Innovar implica trabajar en conjunto con cada uno de los actores de la cadena de producción, reconociendo sus áreas de expertos, haciendo que la experiencia de la industria consumidora sea fluida y enfocada en sus mercados, más que en temas operacionales que no son el corazón de su negocio. Un buen ejemplo de esto es la migración que hicimos en BASF, pasando de vender pinturas automotrices a las productoras de automóviles, transitando hacia una facturación por vehículo pintado con una excelente calidad.
Un gran cambio que está empujando a la innovación, es el caminar por un nuevo sendero pasando de soluciones pensadas para las empresas (B2B Business to Business) a ofertas de valor para Ecosistemas ( B2B Business to Ecosystem), esto quiere decir que desde la industria química orquestaremos cada vez más ecosistemas completos que garanticen economías circulares y sostenibles, incorporando actores no tradicionales en nuestro proceso, como organizaciones sociales, academia, gobiernos locales, startups, lclientes de nuestros clientes, el comercio, operadores logísticos, operadores de servicios públicos como el aseo entre un gran listado.
A su vez, con el gran salto cuántico que traen las tecnologías de la llamada industria 4.0 como robótica, IoT (Internet de las cosas), Impresión 3D, Inteligencia Artificial, Redes sociales, Omnicanalidad, se logrará impulsar diferentes oportunidades de innovar en áreas como:
- Desarrollo de nuevos materiales más allá de los laboratorios en un híbrido recién nacido que son las plataformas informáticas de materiales, hija de las ciencias de materiales y las ciencias de la computación.
- Procesos más simples, menos burocráticos, más agiles.
- Mejora en la experiencia del cliente en tres momentos claves: previo al uso del producto (transaccionalidad actual), durante el uso de las soluciones en sus procesos y después de usado- disposición de empaques o productos finales que van al consumidor; aspecto que la industria química debe empezar a incursionar-.
- Diseño de nuevos modelos de negocio disruptivos que van más allá del simple e-commerce, y usan la digitalización para conectar actores y entender los datos para mejorar las ofertas de valor.
Por último, estamos convencidos de que la innovación en la industria química debe enfocarse en la solución de los problemas y principales retos de las industrias y en general de la sociedad, orientando nuestros esfuerzos a desarrollar soluciones que aceleren la circularidad de la economía y el cumplimiento de los objetivos de naciones unidas para el desarrollo. En resumen, dejar un planeta para las nuevas generaciones, mejor de lo que lo recibimos, usando el conocimiento y construcción colectiva en la creación de química para un futuro más sostenible.
¿Quieres saber más sobre cómo creamos química para un futuro sostenible? Escúchanos en nuestro Podcast Cuestión de Química, disponible en Spotify, Apple Podcast y Deezer o escríbenos a comunicaciones-bcn@basf.com