La creciente demanda de insumos agrícolas puede llegar a ser uno de los mayores retos para las empresas involucradas en toda la cadena de suministro. Sin duda, la importancia de trabajar de la mano del agricultor, aterrizando sus necesidades mediante la recolección de datos para aprovechar todas las oportunidades en el sector, es fundamental para que puedan expandir su negocio con una producción más rentable.
Es en este punto en el que la química hace parte del proceso, contribuyendo a construir un futuro sostenible. Desde la industria se trabaja para generar valor agregado y esto se logra únicamente trabajando en conjunto con los actores mencionados. Por medio de la mejora de cultivos, gracias a la modificación genética, el uso de drones para la aplicación de productos que protegen los campos, se promueve una producción más eficiente y segura para el consumo, logrando satisfacer una demanda de alimentos que cada día va más en crecimiento.
Expertos como María Fernanda Nossa, líder global de clientes para soluciones agrícolas en BASF, afirma que las necesidades identificadas son comunes entre las regiones, aun cuando los perfiles de los agricultores, cultivos y estaciones climáticas son diferentes: aumentar la productividad mediante la optimización de costos, adoptar nuevas tecnologías y hacer un mayor seguimiento del producto son algunos de los retos que se resaltan. Lo anterior, abre la oportunidad de encontrar soluciones transversales y casos de éxito que puedan servir de espejo para poner en práctica de manera cruzada.
Entonces, ¿Cómo trabajar de la mano con los diferentes actores para dar respuesta a estas necesidades? Sin duda, lograr entender los objetivos de las empresas de tecnología, de biológicos, y soluciones digitales, es el inicio para reconocer que el camino es comenzar a desarrollar ideas bajo hechos y datos de comportamiento del consumidor, con el fin de construir perfiles muchos más detallados, que permitan optimizar las inversiones a favor de los requerimientos del campo a nivel global. Desde BASF, por ejemplo, la compañía está orientada a construir, no a partir de lo que se cree se conoce del campo, sino de lo que realmente exige el día a día del agricultor.
En las próximas décadas, el sistema de producción agrícola tendrá una transformación acelerada para ofrecer alimentos saludables y asequibles a una población en rápido crecimiento. Sin embargo, ese sistema deberá mitigar su impacto en el planeta, por medio de soluciones químicas, para que las generaciones futuras puedan prosperar. Esta transformación estará impulsada por el llamado a una mejor productividad, con alimentos cultivados de manera más sostenible, generando valor para la sociedad, el medio ambiente y ayudando a los agricultores a seguir fortaleciendo el trabajo más valioso de la tierra.
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