Cuando conducimos un automóvil estamos expuestos a todo tipo de daño involuntario: abolladuras, arañazos, salpicaduras, heces de pájaros, entre otros.  Aunque no parezca tan relevante, la calidad de la pintura tiene grandes implicaciones para recuperar la belleza del color y protección de su latonería cuando se tienen este tipo de exposiciones, además de minimizar el impacto ambiental durante el proceso de reparación.

En el mercado y en los talleres de reparación generalmente no suelen decir qué marcas o características específicas tiene la pintura a utilizar. Sin embargo, este producto está lejos de ser un genérico, pues de su calidad dependen atributos fundamentales para su vehículo, su bolsillo y el planeta:

 

 

Hoy, el mercado de pinturas ha venido innovando, desde su cadena de producción hasta su presentación final, buscando minimizar su impacto, por medio de atributos menos tóxicos en sus componentes, lo que se traduce en una disminución del “olor a pintura” y, desarrollando prácticas más sostenibles al momento de su fabricación.

BASF direccionan sus esfuerzos en la investigación e innovación de este mercado, logrando soluciones sostenibles a base agua, a través de su marca Glasurit. Esta, como características principales, posee un excelente poder de cubrimiento, reduce casi 90 %, en lo que se refiere a los disolventes, frente a las pinturas convencionales, y además es ecoeficiente, lo que quiere decir que cumple con las leyes medioambientales más exigentes, sin afectar las técnicas habituales de aplicación.

De ese modo, la industria de pintura automotriz contribuye con la sostenibilidad, pero sobre todo el consumidor recibe mejor calidad, mayor protección de color. Así mismo, este tipo de soluciones innovadoras generan mayor eficacia porque las marcas y talleres que las usan toman menos tiempo en la reparación, optimización de los materiales y logran obtener mejores resultados al primer intento.

Lo anterior, se convierte en un mayor bienestar y protección de la salud del profesional de pintura, así como para el usuario final. De esta forma, se evidencia que las decisiones como usuario y consumidor de este tipo de productos son fundamentales para un futuro sostenible.

Se preguntarán ¿Qué tienen de especial estás pinturas? Qué también son cuestión de química. La clave de estas soluciones está en las tecnologías de baja emisión de disolventes, lo que ayuda a reducir las emisiones tóxicas durante la aplicación y el secado de la pintura.  Por eso, ha sido posible desarrollar, en el caso de Glasurit, una gama de soluciones que incluyen bases de color y barnices que se utilizan en talleres de carrocería y en procesos de repintada automotriz profesional. Esto es beneficioso tanto para los trabajadores de la industria como para el medio ambiente y, sobre todo, para usted como consumidor porque los rayones no serán un gran problema a la hora de cuidar y reparar su vehículo.

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