“Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”.
Proverbio chino.

Los productores del campo —pequeños y medianos— necesitan acompañamiento para desarrollar su ser empresarial. Tarea fácil de narrar, pero compleja de realizar, porque requiere penetrar la inteligencia emocional y el convencimiento propio, para producir cambios de actitud y resultados positivos desde lo individual hasta lo empresarial.

Vale recordar que el 80 % de las unidades productivas agrícolas y apícolas de Colombia no superan las cinco hectáreas. Por otra parte, la realidad del negocio de estos productores del campo indica ganancias mínimas y muchas veces pérdidas. Además, cuando los pequeños y medianos productores comparan el precio de su producto con el que pagan los consumidores finales estallan en frustración, pues en promedio este representa apenas el 15 %.

Si queremos materializar el potencial de Colombia debemos trabajar con los productores del campo con formación, información y pensamiento empresarial solidario, para así superar las barreras que evitan su cambio de actitud, lo cual implica replantear los acompañamientos parciales de corto plazo, que pueden generar cambios pero que son coyunturales y no de fondo. Si queremos superar la pobreza del campo, tenemos que hacer un trabajo integral de largo aliento y alcance.

El recorrido que hacemos por Colombia con los programas de Procultivos ANDI, nos dejan en claro que es mejor enseñar a pescar que regalar el pescado. Ahí la estrategia para el agro: enforcarnos en la productividad, la eficiencia y la empresarización con acompañamiento integral, es decir: en lo técnico-productivo, en el desarrollo humano y en la empresa solidaria. Sin duda un gran desafío que estamos ejecutando, midiendo y verificando en campo, con la excelente noticia de que SÍ es posible.

Independientemente de los cuellos de botella (infraestructura vial, riego, almacenamiento, tecnología y financiación, entre otros), la estrategia debe centrarse en las personas, porque mientras llega lo demás podremos avanzar solo si reaprendemos primero a saber SER, lo cual no es mágico porque es un proceso que toma tiempo, pero desde el mes número 18 de acompañamiento se empiezan a notar cambios, y en las mediciones se obtienen resultados positivos que animan a más mejoras en la producción, en el negocio y en las personas.

Enseñar a pescar transforma y, como dice un sabio, solo una persona que active su poder interior lo transformará todo. Así que vamos para adelante.