En su boletín de mayo —el más reciente disponible— sobre el comportamiento de los precios de los insumos agrícolas, la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) revela una caída significativa en los precios de los fertilizantes en Colombia.
“Los precios de los fertilizantes presentaron, en mayo de 2023, la mayor caída en los dos últimos años: -6,71 %”, explica el boletín de la UPRA y agrega que, entre enero y mayo de este año la variación acumulada en los precios es de – 13,7 %, una caída muy importante si se compara con igual periodo de 2022, cuando los precios anotaron un alza de 38 %.
Al desglosar este rubro encontramos que los fertilizantes simples registraron, entre enero y mayo de este año, una reducción de 18,86 % en sus precios, mientras que los compuestos anotaron una caída de 9,33 %, en el mismo lapso.
El boletín de la UPRA —que puede consultar aquí y que es de vital importancia para tomar decisiones y políticas sustentadas en datos y no en percepciones— está en línea con otros indicadores internacionales, como el índice de fertilizantes de América del Norte de Green Markets o el del Banco Mundial, que revelan una tendencia global a la baja en el precio de los fertilizantes.
Vale entonces la pena preguntarse, ¿por qué está disminuyendo el precio de los fertilizantes, tanto en Colombia como en el mundo? Comencemos a contestar esta respuesta a la luz de los factores internacionales, para luego concentrarnos en los que están teniendo lugar en nuestro país.
El Banco Mundial señala que “la disminución de los precios refleja en parte la débil demanda, producto de la reducción del uso de fertilizantes por parte de los agricultores debido a problemas de asequibilidad y disponibilidad”. Una situación que no podemos perder de vista, porque dejar de nutrir los cultivos de manera correcta sería un error costosísimo, que golpearía la productividad de los cultivos y, por ende, la disponibilidad de alimentos poniendo en riesgo la seguridad alimentaria.
El organismo internacional también destaca que la reactivación del uso del gas natural en Europa para producir amoníaco (importante insumo para los fertilizantes nitrogenados), así como las exclusiones hechas en el sector de fertilizantes a las sanciones comerciales impuestas a Rusia por su invasión a Ucrania, han favorecido la reducción en el precio mundial de estos insumos.
Por último, en el escenario internacional cabe destacar que la estabilización de las operaciones logísticas marítimas mundiales y la reactivación de las exportaciones chinas de fosfato diamónico y urea (entre otras materias primas), también favorecen la reducción en los precios de los fertilizantes.
Ahora, al revisar los factores nacionales encontramos dos puntos destacables. El primero de ellos —y de suma importancia— tiene que ver con las 13 plantas de formulación con las que cuenta Colombia. Estas plantas, que abastecen el mercado y exportan a 50 países, fueron determinantes para que en 2022 el precio de los fertilizantes no registrara las alzas estratosféricas que sí se dieron en países del vecindario que dependen 100 % de la importación de productos terminados.
Estas plantas de formulación, sumadas al músculo financiero de las empresas que operan en Colombia, permiten al mercado operar de manera regular y, sobre todo, garantizar el abastecimiento de fertilizantes para nuestros agricultores.
La segunda de las razones que explica la reducción de los precios es la revaluación del peso con respecto al dólar, que comenzó en mayo pasado y que se ha ido prolongando hasta julio. A medida que baje el dólar, las importaciones de materia prima que no se produzca en Colombia se harán más baratas.
En suma, la caída del precio de los fertilizantes es una buena noticia para todos, ya que aliviará las presiones inflacionarias de los alimentos, a la vez que beneficia al bolsillo de los agricultores. Importante, eso sí, hacer un óptimo uso de estas tecnologías para obtener cosechas de calidad, inocuas y suficientes para alimentar al planeta.