“Lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con el corazón”.
Helen Keller.

En el Día Internacional de la Mujer celebremos con el corazón.

Hoy recordé esta frase de Helen Keller, quien desde niña por un quebranto de salud quedó ciega y sorda; ella fue la primera mujer en el mundo que con discapacidad obtuvo su título universitario, fue escritora, oradora y activista política. En una ocasión le preguntaron qué se sentía ser ciega, y ella dijo: “es peor tener vista, pero no visión, porque la vista es la función de los ojos, pero la visión es la función del corazón”.

Este día unifica al mundo para apoyar los derechos de las mujeres en todos los escenarios, como eje fundamental del desarrollo sostenible de los países, por el impacto positivo en el crecimiento económico y en el bienestar social en general.

Hay avances, pero debemos seguir logrando mucho más para mejorar las condiciones de las mujeres, y en la agricultura tenemos mucho por hacer. Según la FAO, las mujeres representan solo el 13 % de los propietarios de la tierra; según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, solo el 7,3 % de las mujeres rurales ha recibido asistencia técnica, entre otros indicadores que demuestran la necesidad de continuar trabajando para posicionar a las mujeres rurales y sus comunidades. Se trata de trabajar con y por ellas.

Procultivos ANDI con sus programas Mentes Fértiles, CuidAgro y proyectos como Manejo Agronómico Disruptivo, ha interactuado con las mujeres rurales en diferentes regiones del país. En total hemos llegado a casi 16.000 mujeres, logrando conocer sus principales necesidades, pero también hemos comprobado la capacidad que tienen de ver con el corazón la vida y el poder inimaginable para edificar y transformar sus entornos.

La interacción de Procultivos ANDI con las mujeres rurales es efectiva, porque usa las prácticas y actividades derivadas de la metodología andragogía, en la que con acción participativa ellas mismas identifican sus principales brechas productivas y se enfocan en superarlas con las Buenas Prácticas Agrícolas. Además, emprenden su ser empresarial con el desarrollo humano propio inspirado en el amor arrollador por sus seres queridos y sus comunidades.

Con las mujeres rurales hemos aprendido que lo más bonito de la vida se siente con el corazón y esa es la fuerza arrolladora para cosechar cada día lo mejor.

Feliz día mujeres rurales, son más valiosas que las piedras más preciosas. Gracias por alimentar nuestros hogares con su gran dedicación.

Un gran abrazo.