Para ser la mejor cosecha, el blog Cultivando al Ser verifica día a día que en lo más simple están las soluciones. Siempre recordaré la historia que escuché de un coach, acerca de un marido que cada sábado, y durante muchos años, jugaba fútbol y tenía la inevitable discusión con su esposa por restar tiempo a su hogar.

Resignado y con más de 10 años en lo mismo, un sábado camino a casa, en un semáforo un vendedor de flores se acercó a su carro, le ofreció el último paquete al mínimo precio. El esposo evitó perder tiempo y le dio unas monedas, tomó el ramo y se libró rápidamente del vendedor.

Al llegar a casa y abrir la puerta vio a su esposa venir hacia él para el tradicional disgusto. En su mano tenía el ramo listo para botarlo en cualquier lugar, pero su mujer se lanzó, lo abrazó y le dijo: “¡amor me trajiste flores!, ¡gracias mi vida!”. Fue un gran asombro para el esposo porque algo tan simple cambio su historia sabatina.

Hoy los invito a realizar una acción simple: valorar el papel del agricultor en nuestra vida. ¿Cómo hacerlo?: sumándose a la campaña El Agricultor Primero, lanzada en 2016 por Procultivos ANDI. Es una coalición digital para dignificar al productor del campo y reconocer su valor en nuestro existir, pues gracias a ellos nos alimentamos cada día. Tan solo debemos sumarnos haciendo un clic a través de su página web o de sus diferentes redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y su canal de Youtube.

‘El agricultor siempre está presente en nuestras vidas’ es un vídeo que no me cansaré de replicar, por lo cual lo registro una vez más con todo mi amor por los productores del campo.

Se preguntarán y ¿cuál será la solución con en esta acción simple de sumarme a la campaña de El Agricultor Primero? Pues permítanme por favor recordar que los productores del campo son humanos y el saber que son apreciados, valorados y respetados hace que su amor propio se multiplique, generando desde su interior toda la fuerza y ánimo de creer en lo importantes que son y que con su trabajo se pueda transformar la suerte de la economía agrícola de nuestro país.

Puede parecer simple, pero se dice que del amor propio corren ríos de agua viva para transformar y crear lo que aún no imaginamos.

Gracias por su atención, nos vemos pronto.