Se habla continuamente sobre la equidad de género laboral en diferentes escenarios, foros, medios y redes, y es necesario seguir haciéndolo si queremos construir conciencia tanto en mujeres como en hombres para lograr una cambio inaplazable que contribuya a que continuemos evolucionando como sociedad. Es un mensaje que necesita persistencia si realmente deseamos transformar las raíces culturales del desbalance presente, lo cual requiere un trabajo consistente y sistemático.

Y me refiero a la equidad, no a la igualdad. Las mujeres y los hombres no somos iguales y ningún ser humano es igual a otro, pero sí tenemos capacidades diversas que nos complementan, lo cual nos sitúa en un mismo plano.

Hace poco me encontré con el caso maravilloso de una estación de tren en India, que es manejada solo por mujeres, quienes han demostrado ser mucho más efectivas en su administración que los hombres. Allí los pasajeros experimentan un servicio más rápido, hay menos filas y mejor aseo, y desde que ellas empezaron a trabajar en este lugar, la estación está siendo más rentable según un informe del Foro Económico Mundial. Algo adicional interesante para destacar, es que en materia de “colados”, ellas capturaron en un mes a 520 personas, mientras que en el mismo mes del año anterior, los hombres solo capturaron a 64.

Es un ejemplo que evidencia nuestra capacidad para desempeñar tareas equivalentes a las de los hombres y la posibilidad de obtener mejores resultados gracias a nuestras habilidades, conocimiento y dedicación, los cuales, por alguna razón, son en ocasiones subvalorados o nos cuesta mucho dirigir la atención hacia ellos, no porque no lo hagamos bien, si no como consecuencia de los estereotipos que aún viven en algunas personas que parecen atrapadas en el pasado. Como en la película Hidden Figures, en donde tres brillantes científicas afroamericanas de la Nasa, que contribuyeron a sacar adelante en la década de los 60 la operación espacial norteamericana, deben luchar para ser escuchadas y tenidas en cuenta a pesar de sus grandes capacidades.

El día en que las compañías se den cuenta del impacto de la equidad de género en los resultados financieros es posible que cambien su posición, pues notarán que esta discusión no es solo acerca de hacer las cosas “correctamente”, y que por el contrario, es también acerca de los negocios y del interés de toda organización por alcanzar mejores resultados.

El Fondo Monetario Internacional asegura que si en Lationamérica aumentamos la presencia de la mujer en lo laboral nuestro PIB per cápita podría incrementarse hasta en un 10%. Y Un estudio de Manpower Group en 15 países, estableció que las compañías con un 25% de mujeres obtienen ganancias más altas y son más rentables en materia de eficiencia. Igualmente, en el sector de tecnología, las compañías dirigidas por mujeres son un 30% mejores en ROI.

Sin embargo, según estudios de la ONU, las mujeres no logramos la equidad laboral y salarial, aparentemente porque somos madres de familia o podemos serlo y debemos cuidar a nuestros hijos. No importa si tenemos mejores niveles de educación que los hombres. Necesitamos cambiar estas creencias.

En mi caso, soy esposa, tengo dos hijos y estoy a la cabeza de un gremio hace 10 años, con resultados muy positivos. Y asimismo hay millones de mujeres en el mundo desempeñando diferentes cargos en todo tipo de compañías con excelentes resultados, incluso, siendo madres solteras, separadas o viudas. ¿Por qué entonces insistir en mantener el status quo?

Afortunadamente ya se están dando los primeros pasos de cambio en algunos países de nuestra región como en el caso de Costa Rica en donde se aprobó la Ley de promoción de la igualdad social de la mujer, según la cual, allá tendrán igualdad salarial en el sector público y privado, bien se trate de un trabajo de igual valor o de puestos diferentes con el mismo valor y cuando sea un mismo puesto o con funciones similares y en una misma empresa.

Por su parte, en Europa, Islandia en 2018 fue el primer Estado en el mundo en declarar ilegal la brecha salarial de género, sin tener en cuenta además la etnia, nacionalidad o sexualidad y las empresas deberán someterse a auditorías para obtener un certificado de igualdad salarial.

¿Y Colombia, para cuándo? #JuntasSomosMás