Sí, el común de los mortales somos cada vez más proclives a comprar online, pero aún lo somos mucho más a consumir todo tipo de información en Internet, a buscar orientación, a pedir consejo y recomendación,… Antes de comprar, la gran mayoría siempre buscamos informarnos antes para confirmar nuestra decisión final. Y, al mismo tiempo, muchas compras no previstas en principio germinan a partir de un buen contenido y/o de la conexión que se haya podido establecer con una determinada marca.


En definitivas cuentas, es innegable que, de la mano de la web 2.0, vivimos en la era del contenido y que un blog es una de las mejores herramientas a nuestro alcance para poder ganar visibilidad, para que nos conozcan, provocar interés, para dar una nueva dimensión a nuestras empresas, para conseguir más tráfico, fidelizar clientes, conectar y generar una comunidad entorno a nuestros negocios, y un largo etcétera.


¿Cómo deberías orientar tu blog de empresa?


Sin embargo, uno de los mayores errores de muchos negocios a la hora de incorporar un blog a sus estrategias de marketing online es la de centrarse en lanzar contenidos que caen de lleno o que rayan en el autobombo comercial y en la propaganda pura y dura de sus productos.


Esto no quiere decir que una empresa no pueda utilizar su blog para hablar de sus productos, pero siempre hay que tener en cuenta que debe hacerse de forma no agresiva y buscando en cualquier caso la utilidad de la información que vayamos a aportar.


El mensaje es: sí, tenemos este producto y te estamos hablando de él con la intención de que lo compres, pero sobre todo te hablamos de qué te puede aportar este producto y por qué lo puedes necesitar. No vale únicamente contar que ese producto es lo mejor de lo mejor y que nuestra empresa es la mejor del mundo. Se trata de demostrarlo y de orientar la información del producto hacia el objetivo de la utilidad y la experiencia de uso.


No obstante, tampoco se trata de cerrarse a aportar información sobre nuestros productos, aunque sea desde el punto de vista de la utilidad, es más que eso: tendremos que centrar nuestros esfuerzos en ofrecer información interesante sobre todo aquello que pueda interesar a las personas que forman parte de nuestro “target” o público objetivo, las que hoy, mañana o dentro de un mes podrían comprarnos.


En resumen:


– Adapta tus contenidos a los intereses de tu público y apuesta por la calidad. Tu blog debe seguir una estrategia para que pueda servir a tus objetivos.

 

– Habla de tus productos sin venderlos de forma agresiva y desde el punto de vista de su utilidad.


– Busca conectar con tu audiencia: conócela a fondo; empápate de sus necesidades, intereses e inquietudes; interactúa; sienta las bases de una relación que, cuanto más sólida sea, más beneficios te aportará. Cuida y mima a tu comunidad. La comunicación siempre debe ser bidireccional, si no lo es entonces está fallando algo.


– Aprovecha para humanizar tu negocio y tu marca. Haz que te conozcan no solo por lo que vendes sino también por quién eres y qué haces. Una marca es mucho más que un nombre y un logotipo y un blog te permite mostrarlo. Sé cercano, que tu público objetivo tenga claro que detrás de tu marca hay personas.


– Analiza y toma nota para poder mejorar: a través de un blog (también de las redes sociales) puedes obtener información muy valiosa sobre cómo es tu público (clientes y potenciales clientes), qué le interesa y qué necesita. Mide, analiza y toma buena nota de todo para poder aplicar las mejoras pertinentes no solo en tu blog sino en tu negocio en general.


¿Un blog es para todo tipo de negocios?


Aunque al principio pueda parecer que un blog es una herramienta que se puede implementar mejor en unos sectores que en otros, al final si nuestro negocio vende algo, para que sea viable, tiene que haber alguien a quien le interese ese algo, que lo necesite. Ése es tu público objetivo. Y a ese público objetivo hay temas que le interesan, que le gustan y que le preocupan. Ahí entra tu blog, sea tu negocio del tipo que sea.


Vamos a ver este tema con varios ejemplos de negocios de sectores distintos y que han implementado con éxito un blog en sus estrategias para poder hacernos mejor una idea de cómo deberíamos orientar nuestros blogs de la forma adecuada:


La Mejor Naranja
: éste es un caso que me gusta mucho porque ilustra perfectamente cuáles son esas buenas prácticas que se deben trabajar para poder conseguir sacar provecho de un blog. Es un negocio online que se dedica a vender naranjas, mandarinas, limones, etc., desde el campo a tu casa en 24 horas y que tiene un blog muy cuidado en el que toca distintos temas, con los cítricos siempre en el centro y desde el punto de la salud, la nutrición, la belleza o el bienestar. Por ejemplo, desde qué beneficios te puede aportar un zumo de naranja hasta cómo hacer una tarta casera de limón o cómo realizar una mascarilla de belleza a base de mandarina.


Germaine Goya
: es la página web de un centro de estética que también tiene un blog muy bien orientado a sus objetivos. Su estrategia se basa en crear contenidos regulares y de calidad que informan y dan respuestas de utilidad a los temas que en un momento dado pueden interesar o preocupar a las personas que, dentro de su “target”, son receptivas a los tratamientos que ofrece el centro.


Natur Market
: es una tienda online de productos naturales y parafarmacia que también ha sabido implementar estratégicamente  un blog en su negocio. Hablan de salud, bienestar y belleza, de beneficios, de posibles problemas y soluciones y hablan también de los productos que venden pero siempre desde el punto de vista de su utilidad, del valor que aportan los ingredientes naturales, etc.


Los negocios con blog venden más


No es ciencia ficción, un blog te puede realmente ayudar a vender más, a conseguir nuevos clientes y a fidelizar a los que ya tienes pero, como ya hemos visto, no todo vale, hay que definir bien nuestra estrategia para que pueda servir a nuestros objetivos y tampoco ocurre de la noche a la mañana (o al menos, no es lo más normal).


El blogging es una estrategia que requiere paciencia, constancia y regularidad, además de calidad, y que quizá no ofrece resultados directos a muy corto plazo, pero que en el medio y largo plazo es capaz de garantizar resultados mucho más sólidos y consistentes.