Un negocio es un negocio, tanto dentro como fuera de Internet. La magia no existe e Internet no es ninguna varita mágica, pero sí es cierto que la Red ha traído consigo una “democratización” de la economía que está permitiendo que empresas más pequeñas y con menos recursos puedan competir con otras más grandes y que en estos momentos asistimos a una auténtica eclosión de modelos de negocio que, gracias a Internet, permiten emprender con menos costes de inversión y con menos riesgos. Y ahora la pregunta es: ¿cuáles son esos modelos de negocio que mejor están funcionando en la actualidad en el mundo online?
La importación/exportación de ideas de negocio
En ocasiones nos puede dar la impresión de que todo o casi todo está ya inventado, pero que esté inventado no quiere decir que necesariamente esté ya explotado. Es decir, hay ideas de negocio que ya están operativas y funcionando muy bien, por ejemplo, en Estados Unidos, pero que todavía no han llegado a otros países.
Éste es el concepto que en su día supieron ver, y muy bien, tres hermanos alemanes, los hermanos Samwer, artífices del gigante del comercio electrónico Zalando y de todo un imperio online basado en importar ideas de negocio que ya estaban funcionando en Estados Unidos para desarrollarlas en Alemania.
Comenzaron creando un clon de Ebay que acabaron vendiendo posteriormente al propio Ebay y, a partir de ahí, se dedicaron a montar tiendas online, sobre todo del sector moda, orientadas a vender en países emergentes, con menos competencia y sin líderes claros de referencia. Estos tres hermanos alemanes han conseguido montarse un auténtico imperio online, pero a menor escala, y con un planteamiento menos ambicioso, se trata de un modelo igualmente muy interesante, ya que mientras que hay mercados y sectores muy saturados en competencia, todavía hay otros muchos por explorar y sin líderes de referencia.
Dropshipping
Es un modelo que comenzó a funcionar muy bien hace un par de años en el mundo anglosajón y que en la actualidad está en plena eclosión en toda Europa. Se trata de una opción muy interesante para quien quiere vender en Internet pero no quiere o no puede asumir, al menos de partida, ni la inversión necesaria en producto, logística y almacenaje ni el riesgo de tener que quedarse con el stock en caso de no conseguir venderlo. En este caso, el dropshipping consiste en montar una tienda online para vender productos de terceros (fabricantes) y cobrar una comisión por venta.
Cada pedido (compra) que se efectúe en la tienda online se deriva directamente el fabricante, que igualmente se encarga de servir el producto al cliente final. Si hay venta, todos ganan, y si no la hay, nadie pierde tampoco. El fabricante dispone de este modo de un canal de venta adicional para dar salida a sus productos y la tienda online no asume riesgos más allá de gestionar adecuadamente la página web y encargarse de que tenga la máxima visibilidad, a base de trabajar a fondo el posicionamiento en los buscadores.
Venta de leads: presupuestos online
Todas las empresas necesitan captar nuevos clientes, pero muchas no saben cómo hacerlo, bien por falta de recursos o falta de conocimiento del medio online. Teniendo en cuenta que los leads (contactos) son el primer paso de una venta, una opción de negocio muy interesante es la captación de dichos contactos para posteriormente vendérselos a empresas del sector.
En este caso, se trataría de crear una página web dirigida a que personas interesadas en un determinado servicio (por ejemplo, una mudanza o una instalación de aire acondicionado) puedan registrarse (dejar sus datos) para que, sin compromiso, se le puedan enviar un presupuesto o varios presupuestos. Dicho contacto se le vende a empresas del sector, que son las que ya se encargarán de enviar el presupuesto solicitado al objeto de intentar vender el servicio en cuestión al potencial cliente.
En cualquier caso se trata de un negocio muy sencillo y sin riesgos que básicamente requiere crear una página web perfectamente orientada a la conversión y asegurarse de que esté bien posicionada en los buscadores de cara a que las personas afines al servicio puedan aterrizar en la misma.
El negocio de la afiliación
Muchas empresas necesitan de los máximos canales posibles para dar salida a sus productos y servicios y en esto se basa el negocio de la afiliación, en crear y posicionar una página web desde donde vender a comisión productos o servicios de terceros relacionados con la temática de la propia web. Es una forma interesante de obtener ingresos pasivos.
Venta directa sin intermediarios
La economía 2.0 tiende a acortar las cadenas de distribución y cada vez son más las pequeñas y medianas empresas que están apostando por vender directamente, sin intermediarios, sus productos. Es una opción por la que cada vez se están decantando empresas relacionadas con la alimentación y, en especial, con la venta de productos hortofrutícolas, para poder controlar mejor los precios y sus márgenes de beneficio.
La especialización
Marcar la diferencia a la hora de vender ya no es una opción, es una obligación y el valor añadido de nuestros productos o servicios es fundamental para poder competir. Aquí es donde entra en juego la especialización, un factor cada vez más decisivo a la hora de conseguir vender este valor añadido.
Es cierto que requiere hacer renuncias, ya que si nos ceñimos a un producto muy concreto, vamos a poder llegar a menos personas, pero lo interesante es que vamos a llegar a las personas que realmente están interesadas en comprar lo que vendemos y que además vamos a tener menos competencia.
Una de las grandes bazas de la especialización es que en la mente de los consumidores inconscientemente cala la idea de que si, por ejemplo, en lugar de vender todo tipo de dulces y pasteles, solo vendemos tartas de queso, serán muy buenas, porque nos dedicamos exclusivamente a esta especialidad.
Plataformas marketplaces
Muchas pequeñas empresas (comercios) no tienen los conocimientos ni los recursos necesarios para abrirse paso y vender en Internet y aquí es donde entran negocios como los marketplaces orientados a vender todo tipo de productos de terceros.
El comercio físico tiene los productos, los da de alta en la plataforma web del marketplace y se desentiende a la espera de que se produzcan las ventas. Por su parte, el marketplace es quien se encarga de gestionar la página web, de trabajar su visibilidad y la de los productos, y de facilitar el proceso de compra. Al igual que en el caso del dropshipping, aquí nadie asume riesgos: si hay venta todos ganan, pero si no la hay tampoco se pierde nada.
@vivirdelared