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Diez años atrás, se preguntaba el periodista Walter Updegrave cómo el congreso de los Estados Unidos, en medio de grandes problemas en el tema de seguridad social, podía seer tan eficiente en el manejo de los planes de retiro de sus funcionarios. En efecto, escribía, sería el último sitio donde a un individuo desprevenido se le ocurriría buscar ayuda al respecto.
Sin embargo, son de lo mejor que se ha podido diseñar. ¿El secreto? Simplicidad y bajísimos costos (0.05% sobre activos). Involucra tres fondos indexados de acciones. El primero, invierte en las grandes empresas de su país. El segundo, en sus medianas y pequeñas empresas. Y el tercero, en las más importantes compañias internacionales.
Incluye además, un fondo de bonos que abarca los diferentes matices, y, finalmente, uno especializado en instrumentos de corto plazo, para efectos de liquidez.
Se mezclan de acuerdo con el perfil de cada individuo, y listo, un excelente plan, adecuadamente diversificado, que ofrece a largo plazo las mejores posibilidades de lograr un buen retiro. Imprescindible, claro, que el ahorrador se abstenga de saltar frenéticamente de un fondo a otro.
Se requiere adicionalmente un pequeño esfuerzo final: a medida que se acerca la edad de retiro, aumentar gradualmente el porcentaje en el componente de renta fija, sacrificando rentabilidad en aras de una menor volatilidad.
Afortunadamente, el vertiginoso crecimiento de los “ETFs”, (fondos cuyas acciones se negocian en bolsa), y la consecuente disminución en sus costos, permite que cualquier individuo pueda hoy en día adoptar estrategias con costos progresivamente más favorables.
Creados en 1993, sus activos alcanzaron la cifra de cien billones de dólares en el 2002 (tres ceros menos que los nuestros). En el 2011 llegaron a 1.000 billones, y hoy en día superaron hace rato los 2.000 billones en los Estados Unidos. A nivel mundial, la cifra alcanza los 3.000 billones de dólares.
¿Cuáles son las implicaciones para un ahorrador extranjero?
Pues en el tema de comportamiento se ha demostrado que para la toma de decisiones, los seres humanos nos caracterizamos por tomar atajos mentales, carentes de lógica, basados en creencias y nociones demasiado arraigadas, que se originan en el proceso de evolución.
Uno de esos sesgos es la tendencia de un inversionista a limitar su portafolio a inversiones domésticas, ya sea por su familiaridad con ellas, o quizás porque por patriotismo desarrolla expectativas demasiado optimistas.
Pero si uno se pone a pensar, no solamente nuestras pensiones están demasiado ligados a la economía local, sino también nuestros ingresos y nuestros otros activos.
Y como ampliamente se ha demostrado, una adecuada diversificación además de reducir la volatilidad de un portafolio, permite adicionalmente la posibilidad de obtener mayores retornos.
Retomando el tema de los congresistas, el primer fondo podría ser el “SPY”, con activos de $197.000 millones de dólares, y un costo de manejo de 0.09%. Está invertido en las 500 empresas más representativas del mercado en los Estados Unidos.
El segundo podría ser el “IJH”, con $29.000 millones de activos y un cargo de manejo de 0.12%. Está invertido en 400 empresas de mediana capitalización.
El tercero podría ser el “EFA”, con $59.000 millones de dólares y un cargo de manejo de 0.33%. Está invertido en 932 empresas.
Para la parte de renta fija, podría ser el el “AGG”, con $40.000 mil millones de dólares y un cargo de manejo de 0.08%. Está invertido en cerca de 5.500 bonos
Y si se desea agregar exposición a los mercados emergentes, podría considerarse el fondo “VWO”, con $40.000 mil millones en activos y un cargo de manejo de 0.15%. Está invertido en cerca de 4.000 empresas.
Para ilustrar la incidencia de los costos, cabe un ejemplo.
Una inversión de $100.000 al 10% annual durante 30 años (tiempo que se adecúa a un plan de retiro) crece a $959.000 si el costo anual es de 2%. Pero si el costo es de 0.5%, la inversión alcanza los $1.500.000.
Así como el interés compuesto es el aliado más poderoso de una inversión, igualmente juega por el lado de los costos.