A primera vista podría pensarse que la decisión de invertir en un “ETN”, como alternativa a un “ETF” con un objetivo similar, se reduce a decidir si asumir el riesgo relacionado con la solvencia de la entidad emisora (cabe recordar lo sucedido a los inversionistas en “ETNs’ de Lehman Brothers en 2008), a cambio de asegurar el rendimiento del índice correspondiente (ver blog anterior).
Pero la decisión no es tan sencilla. Una razón, y al contrario de lo que sucede con los “ETFs” y con los fondos mutuos tradicionales, es que para determinar el cargo de manejo de los “ETNs” no basta con mirar la cifra que aparece en los diferentes portales financieros.
En efecto, se presentan casos en donde ese cargo puede ser variable, y no tan fácil de determinar, dado que se calcula mediante un promedio ponderado del valor del índice, a partir de su fecha de creación; en consecuencia, el emisor puede verse favorecido, gracias a sus ganancias históricas, con el cobro de mayores comisiones en relación con las que tradicionalmente se publican. De ahí la importancia de leer el prospecto y la información adicional suministrada.
Esta y otras razones llevaron hace un par de años al organismo regulador independiente en los Estados Unidos, “FINRA”, a emitir algunas advertencias sobre este producto.
Por ejemplo, algunos emisores han limitado durante algunos períodos la creación de nuevas unidades, haciendo que los “ETNs” correspondientes se negocien con una prima con respecto a su valor intrínsico, la cual en ocasiones ha resultado sustancial. Cuando la situación se normaliza, la desaparición de esas primas puede generar pérdidas importantes para los compradores.
Igualmente, algunos “ETNs” pueden ser redimidos por la empresa emisora antes de su vencimiento. Además, en algunas ocasiones los índices y estrategias utilizados pueden ser bastante nuevos y “sofisticados”, con muy poca trayectoria para que pueda ser evaluado su verdadero comportamiento. Y como no se consideran “empresas registradas de inversión”, no están sujetos a las mismas exigencias legales de los “ETFs”.
Antes de invertir en un “ETN”, al igual que en cualquier otro instrumento financiero, bien vale la pena entender las cláusulas que los rodean.