La idea en esta ocasión ha sido mirar qué podemos aprender de la historia, la cual siempre deja algunas buenas lecciones. En países avanzados todo lo referente a los mercados financieros está recopilado y analizado; lo difícil es filtrar tanta información. Lo contrario sucede en nuestro medio. En este aspecto las entidades financieras, la academia, los medios han brillado por su ausencia, por lo menos en cuanto a su divulgación.
No se trata de predecir el rumbo que habrán de tomar los mercados, cosa bien difícil de hacer. Además esos cambios no son, de lejos, la razón primordial para modificar un portafolio. Al hacerlo, se termina echando por la borda planes correctamente trazados. Reaccionar ante esos giros normales tiende a ser problemático porque de lo que hoy se está hablando no es ya lo que va a influenciarlos.
El hecho es que en términos generales las acciones llevan ya un año subiendo y más de uno se quedó colgado de la brocha al tomar posiciones defensivas en medio de la crisis. Prueba de eso es que en Estados Unidos $385 mil millones de dólares fueron a parar a fondos de renta fija en el último año, contrariamente a lo que sucedió con los fondos de acciones (datos de Fidelity) En 2008 y 2009 éstos sufrieron retiros por cerca de $240.000 millones de dólares
A partir de 2009, los inversionistas norteamericanos invirtieron $33.000 millones de dólares en fondos internacionales, ignorando las acciones locales debido al pobre desempeño que venían mostrando. (Rentabilidad anual de 0.5% en cinco años a diciembre 31, contra 13% en los países emergentes) Como siempre, y al menos por ahora, no resultó la decisión colectiva más sabia.
Tampoco es de extrañar que el flujo hacia las acciones empiece a aumentar a medida que los intereses suben, época que no es la más propicia para la renta variable. Definitivamente no hemos sido muy exitosos cuando se trata de anticiparnos a los hechos.
Lo bueno es que el nivel de precios de las acciones no enciende en este momento ningún tipo de alarmas: según los últimos análisis aparecidos en los medios, la relación precio/ganancias de las empresas norteamericanas que integran el índice S&P 500 está alrededor de 14 con respecto a las utilidades proyectadas para el próximo año. Muy cerca de su promedio histórico de 14.3 en los últimos 140 años.
Además, durante 2009 las empresas se concentraron en reducir sus costos de operación, lo cual se ha traducido en capitales de trabajo más sólidos y mayor capacidad para aumentar sus ganancias. Podría esperarse que se animen pronto a aumentar sus gastos de inversión, dividendos y recompra de acciones, todo lo cual es positivo para el mercado de acciones.
Las respuestas a las preguntas sobre historia, correspondientes al último blog, son:
1. a. Entre 1937 y 1942 (época de la segunda guerra mundial) el índice cayó 60%. Bastante cercana a la caída de 57% entre octubre de 2007y marzo de 2009. (Datos de Bloomberg, ISI, MARE, publicados por Fidelity)
2. d, según acabamos de ver. El promedio de todas las caídas es de 37%.
3. e. La recuperación que se produjo en 2009 (65%) es la segunda más alta. Le sigue de cerca la de 1982 con 58%, originada en parte por la guerra entre Irán e Irak de 1979 que redujo el suministro de petróleo con la consecuente inflación. El promedio es de 46%.
4. b. (obviamente no tenemos aún datos para la recuperación actual) El promedio en dos años es de 57%. Las mayores ganancias después de una fuerte caída tienden a producirse en la primera fase, aunque la subida generalmente se extiende durante el segundo año pero de una forma más moderada. Como es imposible predecir en qué momento ha de comenzar el mercado alcista, unos entran demasiado temprano (le sucedió a Warren Buffet, quien se ha lamentado) y otros cuando ya es tarde, desaprovechando gran parte de la subida. Esos movimientos, contraproducentes la gran mayoría de las veces, tendrán efectos nefastos sobre los resultados a largo plazo.
5. c, tal como ya vimos.
6. c. Históricamente, dos años después de una grave crisis la pérdida acumulada ha sido de solo 5%. La historia no está del lado de aquellos que salen corriendo después de verse afectados ni de quienes entran nuevamente cuando ya es demasiado tarde. Exceptuando épocas con valorizaciones absurdas (aunque el mercado puede seguir subiendo irracionalmente durante períodos prolongados), la fórmula más prudente para quien posee un portafolio bien diversificado, de acuerdo con su edad, objetivos y perfil de riesgo, es dejarlo quieto y evitar dar rienda suelta a instintos primarios.
7. d. Las empresas de baja capitalización, por lo general las más afectadas durante una crisis, se recuperan primero a medida que disminuye la aversión al riesgo. La recuperación promedio de las empresas pequeñas durante el primer año ha sido 48%; la de las empresas grandes de 32% (de acuerdo con investigaciones de Standard & Poor’s.) Como sucede en el tema de inversiones, los últimos muy frecuentemente serán los primeros.
8. c. Contado a partir de 1949, durante el segundo año de una recuperación las empresas de baja capitalización han subido 22% mientras que las grandes lo han hecho en un 15%.
9. La respuesta es e.
10. La respuesta es d.
11. La respuesta es d.
12 La respuesta es b.