Con respecto a un portafolio, una asignación táctica consiste en efectuar cambios significativos, y muchas veces frecuentes, entre las diferentes clases de activos, como acciones domésticas e internacionales, renta fija, commodities, inversiones alternativas, finca raíz y monedas extranjeras; se basa en una evaluación del comportamiento esperado en los diferentes mercados.
Lo contrario sucede con una asignación estratégica, bajo la cual se mantiene, a través del tiempo, una mezcla predeterminada de esos activos. En mercados de largo plazo al alza, son innegables las bondades que esta última ofrece.
En búsqueda de protección contra la volatilidad y las fuertes caídas de los últimos tiempos, no debe sorprender el creciente interés por instrumentos que utilicen políticas tácticas. El mundo de los ETFs no se ha quedado dormido, mostrando un notorio flujo de recursos hacia fondos activamente administrados, especialmente en renta fija.
Bastante más moderado ha resultado este fenómeno en renta variable. Uno de los que ha logrado reunir mayores activos es el fondo “Cambria Global Tactical” (GTAA).
Mediante el uso táctico de algoritmos cuantitativos, busca rentabilidades independientemente del entorno económico (retornos absolutos), con una volatilidad inferior a la del índice S&P 500. Para ese efecto, dispone de cerca de cien ETFs, que cubren prácticamente toda la gama de activos.
Sin ni siquiera intentar hacer pronósticos, invierte solamente en aquellos fondos cuyas acciones se encuentran por encima de ciertos promedios móviles (que no son divulgados por la firma emisora).
Creado en octubre de 2010, maneja activos por solo $65 millones de dólares (el SPY, que invierte de acuerdo con el el S&P 500, maneja $104.000 millones). Sus resultados a la fecha no son demasiado llamativos: su rentabilidad en los últimos doce meses ha sido de 5.3%, contra 23.8% para el S&P 500. Tampoco son muy favorables al compararlos con índices más apropiados, como el de “asignación moderada” (10.9%), o el de “riesgo moderado” (14.8%) que ofrece la firma “Morningstar”. Claro que el período disponible es demasiado corto para sacar conclusiones, más aún en fondos donde se requiere de ciclos completos.
En gran parte, el problema se asocia con la crisis en Europa al final del año pasado, que llevó a muchos mercados a negociarse por debajo de sus promedios históricos. Abocado a mantener gran parte de los recursos en caja, el fondo quedó muy mal parado al iniciarse este año la recuperación en muchos sectores.