Esta vez, el aniversario por la fundación de la Capital Musical de Colombia en 1550 por Andrés López de Galarza, se da en medio de una serie de sucesos que me parece valioso reconocer.

La ciudad de los ocobos no solo es capital musical porque así se le ha denominado durante muchos años, sino debido a que durante lo corrido del presente año se han realizado cerca de nueve grandes eventos musicales que han sido registrados por los medios nacionales. En esta ocasión, por primera vez la capital musical registró su marca.

Ibagué, goza del quinto lugar de la tasa de desempleo, entre las trece principales ciudades del país, y del octavo lugar, entre las 24 principales ciudades, según el Dane, luego de ocupar el primer lugar por cerca de 15 años. Eso, es un buen regalo para la ciudad.

Actualmente, la capital tolimense ha empezado a generar una serie de condiciones tributarias y de infraestructura, que sumadas a lo estratégico de su ubicación, la empiezan a posicionar como centro de inversión. Ejemplo de ello son las numerosas compañías que han ampliado su presencia, entre ellas Carrefour.

Las vías empiezan a ser recuperadas en distintos sectores de la ciudad, de la mano del plan de embellecimiento que incluye la obra del corredor cultural. Una enorme apuesta para conectar las entidades culturales y turísticas del centro de la ciudad.

El futuro de Ibagué

Los proyectos que se vienen adelantando en la región garantizan un futuro promisorio para la capital tolimense: el túnel de La Línea, La Doble Calzada Bogotá-Girardot, la Zona Franca en la vía Bogotá, el Terminal de Carga, el Centro Logístico, el Corredor Cultural, el Panóptico de Ibagué, y otro buen número de grandes proyectos que se

están terminando.

En estas circunstancias, no queda duda de que están pasando cosas en la ciudad. De que por primera vez hay un plan de desarrollo claro de mediano y largo plazo. Por primera vez hay proyectos que transforman el área urbana. Por primera vez la capital musical pasó a ser una marca registrada y una razón para que los colombianos la visiten en cualquier momento del año y se enamoren de sus noches encantadas de ocobos y bundes.