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Desde cuando la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia por la inminente expansión global del SARS-CoV2 y ante la escasa evidencia de efectividad de algún tratamiento farmacéutico para la enfermedad producida por el coronavirus (COVID-19), el desarrollo de una vacuna se constituyó rápidamente en la opción y esperanza del mundo para regresar a la normalidad. Esta solución parece apremiante ante la dramática caída del 15% del PIB nacional (El Tiempo, 2020) y frente a un desplome económico gigantesco comparable, según algunos analistas, con la gran depresión de 1929 (Clavijo, 2020).

Sin duda, la toma de medidas de contención y mitigación para enfrentar la crisis sanitaria, social y económica ha representado desafíos complejos para la política y los actuales gobiernos. Las decisiones nos han tocado a todos, aunque con consecuencias e impactos muy distintos, que no han sido resueltos de manera efectiva. Como en muchos otros casos, la realidad pone de manifiesto que nuestras estructuras sociales, dadas por el modelo económico imperante, han determinado la población en la que el virus se propagado con mayor crueldad. Como lo demuestra el análisis realizado por el Grupo de Investigación en Macroeconomía Universidad de los Andes “el virus viene atacando con especial ferocidad a los renglones socioeconómicos más vulnerables. Es decir, la incidencia misma del virus está siendo regresiva, afecta más y con mayores impactos a los más pobres.”(Universidad de los Andes, 2020).

Estas conclusiones nos hacen pensar que las “soluciones” ante el SARS CoV-2 deben considerar los aspectos estructurales sociales y económicos, los cuales determinan el curso de la pandemia y sus consecuencias en la vida cotidiana. De allí que, en medio de la dramática competencia por la creación y producción de la vacuna, este la necesidad de considerarla un bien común; al menos un bien público global con acceso real para aquella población más agredida por el virus; es decir, la mitad de la población mundial, que corresponde al número de personas que viven en la línea de pobreza (World Bank, 2018), esta población debería tener garantía de acceso a la vacuna.

Si bien, actualmente existe el mecanismo COVAX Facility (también conocido como Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19), éste no garantiza el acceso para los países y poblaciones de menores ingresos. Y, en su lugar, COVAX deja la incertidumbre sobre su alcance en la consecución de un “precio justo” para la vacuna. Ante este panorama, organizaciones como Médicos Sin Fronteras han expresado esta preocupación pues el mecanismo no ha mostrado tener capacidad de contención ante los poderes de la industria farmacéutica (Médicos Sin Fronteras, 2020).

El mecanismo COVAX Facility es una propuesta desarrollada por la Alianza para la Vacunación, conocida como GAVI (por sus siglas en inglés) conformada por un consorcio entre la OMS, el Banco Mundial, la Fundación Bill y Melinda Gates, empresas farmacéuticas y algunas organizaciones de la sociedad civil. Así, GAVI tiene como objeto mejorar el acceso a vacunas para los países en desarrollo, con intermediación entre la industria farmacéutica y los Estados para que, con mecanismos innovadores de compra, se logren precios accesibles a las vacunas (Gavi, s. f.). Es decir, GAVI, promotor de COVAX Facility, tiene una orientación exclusivamente mercantil y por tanto, busca que las negociaciones sean rentables para ambas partes.

Para el caso del COVID-19, COVAX permitiría que los Estados se adhieran para adquirir un 20% del lote mundial de producción (un primer porcentaje) y así apalancan el financiamiento en la etapa de investigación y desarrollo de la vacuna. Es decir, la industria farmacéutica dispondría de manera anticipada de esos recursos, que son recursos públicos de los Estados. Y por su parte COVAX le garantiza un mercado fijo post-producción con la condición de que el valor de la vacuna se acerque a su costo de producción.

De acuerdo con Apuzzo y Kikpatrick: “Para fines de 2021, el Mecanismo tiene como objetivo adquirir 2000 millones de dosis de vacunas que hayan pasado la aprobación regulatoria y / o la precalificación de la OMS. Estas vacunas se entregarán por igual a todos los países participantes, en proporción a sus poblaciones […] A medida que las dosis de los candidatos seleccionados estén disponibles, el Centro puede suministrarles dosis de vacuna suficientes para inmunizar al 20% de su población.” (Apuzzo & Kirkpatrick, 2020).

La negociación de COVAX se basa en los llamados Compromisos anticipados de mercado (AMC), que consisten en contratos vinculantes usados para garantizar mercados una vez el producto se ha desarrollado, en aquellos casos en los que ese desarrollo resulta muy alto para el sector privado ante la incertidumbre de un mercado a largo plazo(Cernuschi et al., 2011). Es el caso de las vacunas y otros medicamentos para enfermedades huérfanas. GAVI ha usado este mecanismo para lograr la producción y distribución de alguna vacunas, especialmente es conocido el piloto para la vacuna del neumococo en países de ingresos bajos; en esta experiencia, a través de donaciones y de copagos por parte de los países, GAVI pudo recaudar 1.500 millones de dólares y así logró incentivar y poner en competencia a la industria farmacéutica para el desarrollo, producción y distribución de la vacuna del neumococo (Aibar, 2006). Actualmente, existe un duopolio para esta vacuna y se reconocen errores gravísimos en el AMC piloto para la vacuna de neumococo, entre ellos el hecho de que GAVI pagó un precio mayor por dosis de vacuna al realmente necesario para incentivar la participación de las compañías farmacéuticas. Esto se basó en un enfoque que no fue lo suficientemente cauteloso para contar con la información sobre los costos reales incurridos por las corporaciones farmacéuticas (Médicos Sin Fronteras, s. f.); situación que no cambiará en la producción de una vacuna para la COVID-19, entre otras cosas porque confiar en la transparencia de la industria farmacéutica en cuanto el sistema de costos es un sueño muy lejano hasta tanto no se entre en profundidad y rigor en el asunto de la propiedad intelectual (secreto comercial, monopolio de mercado), pero sobre todo porque el ACM que actualmente se está configurando se hace a puerta cerrada y con grandes asimetrías de información. Nos preguntamos entonces si COVAX debe estar basado en un sistema de ACM, cuando primero, se tiene asegurada la demanda y, segundo, cuando lo que se requiere es exhortar a la industria para la definición de precio justo para garantizar el acceso real y global, develando el sistema de costos de producción.

Entre las potenciales vacunas que ya están siendo probadas figuran las desarrolladas por AstraZeneca, CanSino Biologics, Pfizer y BioNtech, Johnson & Johnson, Merck, Moderna y Sanofi; dentro de este selecto grupo, Pfizer expresó abiertamente que no tiene la intensión de cobrar por la vacuna un precio igual al costo de producción, por el contrario sería su producto estrella para recuperar algunas perdidas de la compañía (La República, 2020); por su parte, es altamente cuestionable que exista ese grado de apropiación de los recursos públicos sin más, el caso de AstraZeneca es paradigmático en este sentido, pues el desarrollo de la vacuna tiene una clara financiación pública por parte del gobierno británico; de llegarse a probar la efectividad y seguridad de la vacuna de AstraZeneca y teniendo en cuenta el financiamiento público, ¿sería realmente de  AstraZeneca esta vacuna?. El SARS CoV-2 es una amenaza global, más de la mitad de la población requeriría la vacuna, ¿no es esta una demanda suficiente para lograr superar los costos de inversión?

Sin duda alguna, la COVID-19 es una oportunidad para abrir en profundidad la discusión sobre la posibilidad de que una vacuna se convierta en un bien común, no solo porque se trata de una pandemia de afectación global, sino por una noción de justicia, de humanidad, de invitación a repensarnos como sujetos sociales que tiene un espacio común.

Lorena Mesa Melgarejo

Enfermera, Mg Salud Pública, Ms Economía de la Salud, PhD Salud Pública.

Docente, Maestría en Salud Pública – Facultad de Economía – Universidad Santo Tomás.

 

Referencias

Aibar, E. (2006). Los instrumentos financieros para el desarrollo de nuevas vacunas. http://gtt-vih.org/book/print/2065

Apuzzo, M., & Kirkpatrick, D. D. (2020, abril 1). Covid-19 Changed How the World Does Science, Together. The New York Times. https://www.nytimes.com/2020/04/01/world/europe/coronavirus-science-research-cooperation.html

Cernuschi, T., Furrer, E., Schwalbe, N., Jones, A., Berndt, E., & McAdams, S. (2011). Advance market commitment for pneumococcal vaccines: Putting theory into practice. Bulletin of the World Health Organization, 89(12), 913-918. https://doi.org/10.2471/BLT.11.087700

Clavijo, S. (2020, mayo 20). Gran Depresión I (1929) Vs. ¿Gran Depresión II (2020)? La República. https://www.larepublica.co/analisis/sergio-clavijo-500041/gran-depresion-i-1929-vs-gran-depresion-ii-2020-3009612

Gavi, the Vaccine Alliance. (s. f.). Recuperado 18 de agosto de 2020, de https://www.gavi.org/

La República. (2020, julio 29). Pfizer anunció que prevé una demanda duradera de la vacuna covid-19 por varios años. https://www.larepublica.co/globoeconomia/pfizer-anuncio-que-preve-una-demanda-duradera-de-la-vacuna-covid-19-por-varios-anos-3037849

Medicos Sin Fronteras. (s. f.). COVID-19 Vaccine Global Access (COVAX) Facility: Key considerations for Gavi’s new global financing mechanism. Médecins Sans Frontières Access Campaign. Recuperado 18 de agosto de 2020, de https://msfaccess.org/covid-19-vaccine-global-access-covax-facility-key-considerations-gavis-new-global-financing

Médicos Sin Fronteras. (2020, junio 23). La vacuna contra COVID-19 debe venderse a precio de coste: Más vidas, menos beneficios. Médicos Sin Fronteras. https://www.msf.es/actualidad/la-vacuna-covid-19-debe-venderse-precio-coste-mas-vidas-menos-beneficios

Tiempo, C. E. E. (2020, agosto 15). Radiografía de la histórica caída de la economía por la pandemia. El Tiempo. https://www.eltiempo.com/economia/sectores/coronavirus-en-colombia-efectos-de-la-caida-del-pib-en-el-segundo-trimestre-de-2020-529784

Universidad de los Andes. (2020). El patrón socioconómico del COVID. El caso de Bogotá. (Boletín N.o 23; Nota Macroeconímica, p. 4). Universidad de los Andes. https://economia.uniandes.edu.co/component/booklibrary/478/showCategory/102/Nota%20Macroecon%C3%B3mica

World Bank. (2018). Casi la mitad de la población mundial vive con menos de USD 5,50 al día. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2018/10/17/nearly-half-the-world-lives-on-less-than-550-a-day

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