Hace algún tiempo escuché a un gran escritor decir que no hay necesidad, por grande que parezca, que justifique inventar una excusa. «Tus amigos no las necesitan y tus enemigos no las van a creer de todas maneras, entonces para qué darlas.»

Sin embargo, todos los días sé de gente que es feliz dando excusas por todo. Excusas por llegar tarde, por olvidar citas pendientes, por no cumplir con las obligaciones, por no hacer suficiente ejercicio, por no haber alcanzado el éxito económico deseado, por sufrir de exceso de peso…

Partamos de la base de que todas las excusas buscan justificar algún tipo de acción mediocre o no-acción que hemos cometido o estamos cometiendo. Y hay una en especial que es de las más comunes y mortíferas para cualquier ser humano, esta es el ‘no sé’.

La semana pasada me encontraba oyendo una entrevista a una eminencia en el campo de la neurología y la neuropediatría, el doctor Carlos Medina Malo, y en ella decía que el cerebro está concebido como un órgano que tiene el fin principal de hacer preguntas, para llenarse de información y formación.

Al pensar en información y formación, las preguntas son una parte esencial de nuestro ser y la gente muchas veces las pone, erróneamente, en un segundo plano.

Cuando usted o yo éramos niños, formular preguntas era nuestra especialidad. Y es más, todo lo que aprendíamos era gracias a los cuestionamientos que nos hacíamos, aún sin hablar.

Pero siempre llega un día en el que preguntar mucho se vuelve ‘malo’, y es allí donde aparece el ‘no sé’ como respuesta rápida y válida para algunos. Sin embargo, tenga en cuenta que el ‘no sé’ tiene un doble error, pues, primero que todo, no sirve para nada, y segundo, automáticamente anula de forma definitiva la posibilidad de encontrar una respuesta a aquello que le cuestiona.

Es necesario que usted elimine de sus posibilidades el ‘no sé’ como respuesta, así de verdad no sepa. Lo invito a que cambie ese ‘no sé’ por un ‘en este momento no encuentro la respuesta’ o ‘estoy buscando la respuesta’. De hacerlo así, el mensaje que recibe su inconsciente es el de que efectivamente está buscando una respuesta.

Cuando usted decide que quiere aprender algo y lo hace sin una intención específica, muy probablemente lo que aprenderá será muy poco. En cambio, cuando usted le otorga un propósito concreto a aquello que decidió aprender, obtiene un resultado de eficiencia completamente diferente. Otórguele una intención definida a cada pregunta que surja y verá que el aprendizaje será mayor y la solución, mejor.

Si usted olvida preguntarse correctamente, genera el escenario propicio para concluir que las cosas son difíciles, complicadas o imposibles, las cuales son respuestas incluso peores que el ‘no sé’.

Esto acaba por limitar completamente sus posibilidades y hacer que usted evite buscar una solución para aquello que consideró difícil, complicado o imposible.

Por último, recuerde que con las respuestas que usted da a sus preguntas, está en capacidad de aumentar o empobrecer las posibilidades de solución a sus problemas, y alcanzar o no lo que siempre ha soñado.

Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que logre lo que quiere.

JaManza