¿Alguna vez ha dicho o ha escuchado a alguien decir algo como “Odio que me hablen de que hay que pensar positivo” o “Qué ingenuo ese tipo, siempre pensando que todo va a estar bien. ¡Es un fanático!”? Pues este tipo de juicios no tienen nada de raro ni de malo.
Lo que pasa es que esta teoría de sonreír siempre y ver el lado bueno de las cosas ya está tan trillada que a mucha gente le caen mal los pensadores positivos. Y ¿por qué pasa esto? Precisamente porque en la sociedad se ha generado una falsa idea de lo que es ser un pensador positivo.
Yo, hace algunos años, me consideraba un pensador positivo. En esa época lo consideraba algo absolutamente necesario para mi supervivencia, porque estaba sumido en la bancarrota y las cosas no estaban saliendo justamente como yo quería.
Fue así como llegué a la conclusión de que ser pensador positivo tiene un problema y es siempre creer que las cosas van a estar mejor, pero rara vez se tiene la iniciativa de armar un plan de acción para mejorar aquellas cosas que consideramos que están mal.
El pensar positivo, en nuestros días, está mal interpretado porque se cree que solamente pensando positivo las cosas van a mejorar. Es por ello que prefiero cambiar la versión que se tiene de un pensador positivo, por la de un ACTOR POSITIVO.
Y no quiero decir con esto que no se deba pensar compulsivamente en lo que se quiere, todo lo contrario, tenga en cuenta la importancia de pensar siempre en lo que quiere, NUNCA en lo que no quiere. Pero al mismo tiempo, comprenda que si en algún momento de su vida quiere un resultado distinto al que está obteniendo, eso requiere de un proceso y de ACCIONES CONTUNDENTES que cambien esa realidad.
Cuando la mente piensa en algo que quiere y lo considera importante, y además actúa y siente que eso que está haciendo es importante, le está dando automáticamente la orden a su inconsciente de que busque los medios necesarios para que aquello se vuelva tangible.
Un pensador positivo se queda en la etapa más fácil, que es cambiar de un estado que le genera preocupación, incertidumbre y tristeza, a un estado en el que todo está bien. Sin embargo, es necesario utilizar este nuevo estado de tranquilidad para tomar acción. Es allí donde está la verdadera clave para alcanzar lo que queremos.
Por último, tenga en cuenta lo siguiente: Tanto el pensador positivo como el actor positivo pueden tener la misma buena intención, pero seguramente será el segundo quien alcance la plenitud.
Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.
JaManza