En el artículo anterior, mencioné que nuestras conductas tienen mucho que ver con la manera en la que codificamos el tiempo, y que el concepto de línea del tiempo establece una relación entre éste y el espacio (ubicación).

 

Muchas veces hablamos en metáforas acerca del tiempo, por ejemplo «el pasado quedó atrás”, “el futuro se abre ante mí», etc. El mérito de Richard Bandler, uno de los iniciadores de la Programación Neurolingüística, consiste en haber observado que esa forma de hablar corresponde a una codificación espacial del tiempo en nuestro cerebro, lo que quiere decir que situamos las imágenes mentales de nuestros recuerdos o de nuestro futuro en un determinado orden que corresponde a la cronología de los acontecimientos de nuestra propia existencia.
Existen dos grandes tendencias para elaborar nuestra línea del tiempo. La primera es ubicar mentalmente el pasado atrás de nuestra cabeza y el futuro delante de ella, teniendo el presente en el lugar donde se encuentra ésta. Estas personas están asociadas o «dentro del tiempo» y viven esencialmente en el presente y en el futuro próximo, ya que esto es lo que tienen frente a ellas, pues el pasado no lo ven, o lo recuerdan poco.
La segunda manera más común es ubicar una línea enfrente de nosotros, donde el pasado se encuentra a la izquierda, el presente al frente y el futuro a la derecha de su cabeza. Estas personas están disociadas del tiempo, ya que pueden tener una mayor visión de su pasado, presente y futuro, pueden planificar y reflexionar con más facilidad.
También pueden existir líneas del tiempo combinadas que suben, bajan, dan curvas, se enrollan en sí mismas. Estas variaciones son el reflejo de los períodos fuertes de su vida. Así que la línea del tiempo personal refleja las creencias de la persona y representa su vida.
La manera gráfica de hacer una línea del tiempo es fácil: Tome un papel y un lápiz. En el centro ponga un círculo que represente su cabeza. La parte de arriba del papel representa el frente y la parte de abajo del papel representa la parte de atrás. Ahora haga el mismo ejercicio que se le sugirió en la primera parte, pero ahora gráficamente:
– Recuerde su desayuno hace 5 años; dese cuenta dónde lo ubica con respecto a su cabeza y plásmelo en el papel con un punto.
– Recuerde su desayuno hace un año, y haga lo mismo.
– Recuerde su desayuno hace una semana y ponga un punto en el papel.
– Recuerde su desayuno del día de hoy y plásmelo en el papel.
– Piense cómo será su desayuno dentro de una semana y márquelo en el papel.
– Piense cómo será su desayuno dentro de un año y haga lo mismo.
– Ahora piense en su desayuno en 5 años y también márquelo con un punto en el papel.
Una los puntos que dibujó y descubrirá su propia línea del tiempo. No importa como sea, así es actualmente y es el resultado de sus experiencias y el manejo que le ha dado a cada una de ellas.
Para reorganizar su línea del tiempo, y tratar de evitar conductas que no le sirven, haga lo siguiente con la ayuda de un guía que le lea lentamente y que haga una pausa entre un punto y otro, el siguiente ejercicio mientras usted lo trabaja:
1. Cierre sus ojos y viaje como si flotara por su pasado. Dese cuenta por lo menos de 3 acontecimientos importantes que hayan sucedido en su vida. Recuérdelos. A los agradables ilumínelos, y a los desagradables quíteles luz, todo esto respirando profundamente.
2. Ahora trate de mover con la respiración, cada vez que exhale, su línea del tiempo del pasado, con estos recuerdos iluminados, póngala delante de usted, al lado izquierdo de su cabeza y alargue esta línea de su pasado hasta donde usted considere necesario hacerlo.
3. Cierre nuevamente sus ojos y empiece a flotar por su futuro, e imagine algo que quiera lograr. Piense ahora en 2 pasos que tenga que hacer para lograrlo: piense en el primero, luego en el segundo y por último en su meta a lograr. Ilumine perfectamente el camino que ha de caminar para llegar, y su meta visualícela perfectamente tal y como la quiere. Si puede agrandar la imagen, hágalo.
4. Ahora otra vez trate de mover con su respiración, cada vez que exhale, su línea del tiempo del futuro, perfectamente iluminada, poniéndola del lado derecho de su cabeza y estírela hacia la derecha y un poco hacia arriba, donde la pueda ver con los pasos a seguir y que tiene que dar para lograr la meta que acaba de visualizar, y déjela que siga hacia delante y se pierda en el horizonte.
5. El siguiente paso es ver hacia la izquierda su línea del pasado, y hacia la derecha la del futuro. Con su cabeza al frente y cerrando los ojos, abra un espacio justo delante de usted, entre su pasado y su futuro, y coloque su presente a la altura de su nariz. No deje que estas líneas se junten al frente. Siempre hay que tener su ‘aquí y ahora’ presente.
Trate de probar esta nueva línea del tiempo en su vida. Sus recuerdos póngalos a su izquierda; sus proyectos, sueños y metas a su derecha, y deje un espacio al frente para su presente. No se preocupe si estas líneas se mueven un poco, sólo intente tener una visión panorámica de su codificación mental sobre el tiempo. La ventaja que tendrá al alinearla al frente, sin que su cabeza esté dentro de ella, es que su visión sobre el pasado, el presente y el futuro será más amplia y con una mayor capacidad de análisis.
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JaManza