La ecología, en Programación Neurolingüística, tiene un significado diferente al que estamos acostumbrados en la cotidianidad. Esta es una palabra que habla de las relaciones mutuas entre organismos y su entorno, es decir, cuidar y proteger el entorno y la convivencia.
Se trata de ser conscientes de lo que nos rodea porque el estado en el que se encuentre el medio en el cual me desenvuelvo me afecta directamente. Si mi entorno está lleno de basura y suciedad, seguramente puedo contraer alguna enfermedad; si mi entorno está desolado, seco y carente de fruto, no tendré el sustento mínimo para abastecer mis necesidades básicas
¿De qué manera estamos afectando nuestro entorno con lo que hacemos, decimos, opinamos, enjuiciamos o decidimos?
Hay conductas que calificamos como negativas o nocivas: el conducir a alta velocidad y correr el riesgo de un accidente que involucre a otras personas, tomar alcohol en exceso o incluso drogas y convertirme en una persona agresiva, fuera de control. Estas maneras de proceder no sólo nos afectan negativamente a nosotros mismos, sino que también perjudican a los que nos rodean. Por lo tanto decimos que esta conducta no es ecológica.
Otra manera de violar la ecología es con nuestros pensamientos. Quizá esta falta de ecología sea la más perjudicial porque, por un lado, a través de nuestros pensamientos negativos nos hacemos daño y afectamos negativamente nuestro desempeño; y por otro lado, porque quizá no somos conscientes que tenemos pensamientos negativos. Estamos tan acostumbrados a decirnos cosas negativas que ni siquiera nos damos cuenta. Nos decimos cosas como: «qué tonto eres», «todo te sale mal», «eres un fracasado», «a ver cuando aprendes a hacer las cosas bien».
Sin embargo, lo que tenemos que tener en cuenta es que las palabras tienen una reacción bioquímica en el cuerpo y nos afectan todo el tiempo. Hay un desgaste, por una parte, en nuestro sistema nervioso y, además, hay una baja en nuestro sistema inmunológico, volviéndonos mucho más propensos a contraer alguna enfermedad.
Por otro lado, va completamente en contra de toda ecología, ya que el repetir un pensamiento con cierta frecuencia se convierte en una aseveración y luego en una creencia. Si usted se está diciendo continuamente que es un fracaso, llegará el momento en que se lo creerá y lo será.
La ecología que más debemos cuidar es la ecología propia. Es necesario desaprender el uso de esos pensamientos que nos obstaculizan y nos limitan, y fomentar un diálogo interno más asertivo. Si logramos una ecología con nosotros mismos, estaremos posibilitados para también ser ecológicos con los demás.
Recuerde, la ecología en PNL es velar por que el sistema que le rodea no sea impactado negativamente por sus acciones, es darse cuenta que sus conductas, capacidades, valores y pensamientos pueden ser utilizados y permanecer en un equilibrio armónico para el bienestar de todas las partes.
Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.
JaManza