– «¿Qué demonios estás haciendo?», le pregunté al mono cuando le vi sacar un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol.
– «Estoy salvándole de perecer ahogado», me respondió.
Anthony de Mello
En días pasados conocí a una persona que me manifestó su afán de solucionar sus problemas afectivos y financieros de una buena vez. Al preguntarle qué había hecho hasta ahora para terminar con ellos, me respondió que en algún momento tuvo unas cuantas ideas, pero que su mejor amigo le había hecho caer en cuenta de que éstas no eran buenas y nunca iban a resultar.
Luego le pregunté cuáles fueron los argumentos que aquel amigo le había dado y fue allí donde comprendí que todos ellos correspondían a creencias limitantes basadas en supuestos escenarios que jamás ocurrieron. Y lo más triste de todo es que las ideas que esta persona tuvo para cambiar favorablemente su realidad, eran realmente fantásticas.
¿Qué ganaste al no poner en marcha tus ideas? – le pregunté, y ella contestó: – Evité gastar más dinero en algo que no iba a funcionar, evité la vergüenza de volver a fracasar y evité desgastarme física y emocionalmente, de nuevo.
¿Cuántas veces se ha encontrado usted con este tipo de ‘consejos’? ¿En cuántas ocasiones ha dejado de tomar acción por hacerle caso a alguien que supone que nada saldrá bien?
Frecuentemente conozco personas que en su vida no han logrado romper patrones repetitivos donde pareciera que su principal “enemiga” son ellas mismas. Pareciera que cuando están a punto de alcanzar lo que tanto desean, algo hace que pierdan lo ganado, alguien llega a reafirmar esas creencias negativas que tienen o todo queda en planes que luego son olvidados.
Si esto es algo que le sucede frecuentemente, no es “mala suerte”, sino una manera en la que el inconsciente le envía un mensaje. ¿Cuál? En cada caso la respuesta es distinta, pero pueden tenerse algunas pistas revisando lo que llamamos ganancias secundarias.
Las ganancias secundarias son aquellas que recibimos cuando algo aparentemente “malo” o negativo nos ocurre, por ejemplo la atención y cuidado que recibe quien siempre se enferma o lastima, quien acostumbra olvidar cosas o responsabilidades, quien siempre se siente cansado, o en nuestro caso, cuando algo o alguien nos frena para tomar acción y terminamos pensando en que “fue mejor así”.
Evite a todos estos malos consejeros. Agradézcales por su intención y evalúe si sus argumentos son lo suficientemente valederos como para evitar tomar acción al respecto y alcanzar lo que siempre ha soñado.
Reconociendo sinceramente lo que “se gana” cada vez que “se pierde”, es como llegará el momento en el que usted podrá decidir si verdaderamente quiere quedarse en esa situación o cambiarla a su favor. No tome la realidad de la otra persona como la suya y tenga en cuenta que el nuestro es un mundo lleno de posibilidades de triunfo.
Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que logre lo que quiere.
JaManza