Los mercados mundiales hacen frente a un fenómeno, cuya probabilidad de ocurrencia hace poco más de un año era mínima: un precio del petróleo por debajo de 50 USD el barril. Este evento llena actualmente los encabezados de los principales medios de comunicación alrededor del mundo, dado que aún son más las preguntas que suscita en términos de política, economía y finanzas; que las respuestas que tienen los economistas y expertos. Y es que la importancia de los llamados ‘Petro-dolares’ es vital en el mundo actual, donde muchos países centran su poderío en tales recursos, como es el caso de los países del Medio Oriente, o simplemente dependen de su estabilidad para mantener su economía en auge, como China, y puede que este hecho configure en el mediano plazo una nueva estructura en la arena internacional.
Así pues, países con un alto grado de industrialización verán mejoras en sus márgenes de rentabilidad, ya que el costo de producción podría caer significativamente. Se especula que en algunas industrias donde los costos de transporte y uso de combustible son altos, las utilidades podrían subir en más de un 10%. No obstante, la otra cara de la moneda muestra economías comoVenezuela con reveses importantes, ante una caída sustancial en los ingresos del país, dada su alta dependencia del preciado líquido, junto con mercados como el ruso y el iraní. Lo que seguramente va a significar reducciones en las calificaciones de riesgo de estos países y hasta cese de pagos de sus deudas, como ya se prevé en el vecino país, de no mejorar pronto los precios.
Por otro lado están las empresas del sector energético. Estados Unidos emprendió hace varios años un proyecto para obtener su independencia energética, y las empresas petroleras encontraron en el ‘fracking’ una excelente alternativa para ello. Bajo el actual escenario de precios, el ‘fracking’ se volvió ineficiente por sus altos costos, frente a un precio del petróleo por debajo de los 50 USD el barril. De esta forma, la economía americana tiene un respiro por menores costos en el combustible, pero gran parte de sus empresas petroleras se verán fuertemente golpeadas, dado que una de sus líneas de producción se tornó ineficiente, y muchas de ellas aún mantienen elevadas obligaciones financieras por su implementación. De la misma forma, se espera que las empresas canadienses estén dentro de las más afectadas a nivel mundial, junto con las compañías transnacionales encargadas de servicios petroleros, dado que las inversiones en exploración y explotación de petróleo van a bajar significativamente.
No obstante, y ante tanta incertidumbre que genera estos precios del crudo, el Banco Mundial estima que el efecto global es positivo en el mediano plazo, ya que el impulso que tendrían países importadores como India, Indonesia y Sudáfrica podrían elevar la producción mundial en un 0.5%, a pesar que los países exportadores de mayor dependencia verían reducciones en sus PIB entre un 0.8% y un 2.5%, de mantenerse la tendencia actual del mercado.
Escenario más probable
Se espera que los precios del petróleo se mantengan bajos durante el 2015, ya que la oferta de este compuesto está en aumento y la demanda ha mostrado restricciones por el enfriamiento de algunas economías. Además, los países de la OPEP se muestran más interesados en mantener sus cuotas del mercado que en negociar reducciones en sus niveles de producción, como es el caso de Arabia Saudita. A esto también hay que agregarle que los conflictos socio políticos en países productores como Libia no han significado disminuciones en la producción mundial de crudo.
Este panorama no debería afectar en mayor medida a países como Arabia, dadas sus elevadas reservas internacionales que le sirven de colchón por un tiempo prolongado, en contraposición a países como Venezuela que ya muestran efectos nocivos en su mercado y en su equilibrio macroeconómico. Por lo que los precios del crudo van a afectar fuertemente la arena política internacional, donde las naciones no alineadas con Estados Unidos parecieran ser, por ahora, las más vulnerables.
Así pues, las relaciones entre las principales potencias mundiales y los países productores de crudo van a determinar la evolución de este mercado, en un juego político y económico que dejará grandes ganadores y perdedores, y en los mercados financieros mundiales una alta volatilidad.
@joseluisalayon