Ser la principal potencia mundial acarrea grandes responsabilidades y sacrificios

Las Guerras Mundiales configuraron el orden internacional para que Estados Unidos se erigiera como el policía de la democracia, los valores liberales y la estabilidad económica. Una tarea bastante grande y sobre todo difícil de mantener para cualquier Estado. Es más, la historia mundial se podría dividir según la potencia de turno, en una constante puja por el poder, donde grandes imperios han surgido y posteriormente han quedado reducido a cenizas. Dinámica que se ha mantenido desde épocas inmemoriales.

Como policía,  Estados Unidos ha mostrado dos caras en su historia reciente. Una buena a cargo de Barack Obama, cuyo carisma es bien conocido a nivel internacional y que es responsable del mejoramiento de la imagen de los americanos, pese a la crisis económica mundial y las incursiones en varios conflictos armados. Sin embargo, ésta no fue suficiente para cumplir con los objetivos propuestos en la arena internacional: El conflicto en Oriente Medio se mantiene, el fantasma de la  crisis económica aún persiste en muchos aspectos, al ambiente interno cada vez se muestra más denso, los costos de sus políticas pesan ahora más que nunca…

Así pues, ahora es el turno del policía malo, en una semejanza de la vieja técnica de negociación – el policía bueno, el policía malo –, a cargo de Donald Trump. Un hombre poco carismático a nivel mundial, rudo y egocéntrico, además de impulsivo; cuyas políticas parecieran ir en contra del sentido común y de la estabilidad mundial. Su ruptura con las políticas medioambientales, su guerra comercial y su postura en el conflicto árabe – israelí y en el conflicto sirio así lo ratifican. Pero increíblemente algunas de sus políticas han mostrado resultados, por lo menos en su balanza comercial, al cerrarse el déficit a US$46.2 bn cuando los analistas esperaban una apertura superior a US$49 bn en abril. Habrá que ver a qué costo, pero por ahora su rol de policía malo está abriendo el camino para cambios importantes.

La pregunta es ¿Servirá está técnica para hacer que el sistema político internacional vuelva hacia los intereses de Estados Unidos o solo es el principio de la caída de la potencia de turno?

@joseluisalayon