En la actualidad hay pocas cosas que resultan más agobiantes que decidir sobre una gran cantidad de opciones. Gracias a la tecnología y a la industria moderna, los productos dejaron de ser únicos para adoptar múltiples versiones y presentaciones, cada una con sus respectivos beneficios y perjuicios. El problema con esto, es que cada vez los usuarios se ven enfrentados a enormes cantidades de información que difícilmente pueden procesar.
Esto sucede con los programas de televisión, donde resulta prácticamente imposible analizar todas las opciones de canales antes de tomar la decisión de cuál ver. Para los amantes de los Juegos Olímpicos fue evidente la impotencia que generaba enfrentarse a decenas de canales con múltiples eventos simultáneos y sentir que seguramente se estaban perdiendo de algún evento importante mientras estaban en un programa determinado.
Por tal motivo es que el precio de la información ha ido en aumento exponencial en la era de la tecnología y que la “minería de datos” se ha convertido en un área de interés prioritario dentro de las empresas y la ciencia. Para nadie es un secreto que el éxito de buscadores como Google o de la marca Apple recae en que logran predecir con un nivel de confianza, que envidiaría cualquier empresa encuestadora, las necesidades y gustos de sus clientes, a tal punto, que al poco tiempo de creado un usuario, las noticias y anuncios vienen clasificados con temas de su interés. Cada vez que se realiza una búsqueda de un viaje, un tipo de restaurante o artista, inmediatamente el buscador selecciona para ese cliente una lista de artistas, eventos o lugares relacionados.
Los software que utilizan estas empresas reciben cientos de miles de datos por minuto de usuarios alrededor del mundo, y han logrado posicionar sus marcas en la cima de los mercados, debido a que han conseguido filtrar la información relevante de sus usuarios entre cantidades gigantes de datos.
Esta habilidad no se ha quedado en estas multinacionales de tecnología, sino que ha permeado en muchas otras esferas, como el deporte por ejemplo. En Estados Unidos existen cientos de empresas encargadas de recopilar datos estadísticos de toda serie de eventos deportivos, que luego les permite predecir el éxito o fracaso de un equipo, jugador o inclusive, la probabilidad de acertar una canasta en basquetbol en cada lanzamiento. Esta información termina siendo muy valiosa para técnicos, dirigentes y hasta apostadores, y por la cual terminan pagando mucho dinero.
Otro escenario donde la compilación de información está cobrando un interés primordial es en los hospitales, donde ya existen programas de computadora, que a medida que pasa el tiempo y más información sobre expedientes médicos es recopilada, se vuelven más y más acertados en proporcionar un diagnóstico de cada paciente. Se habla en algunos casos de un nivel de acierto que supera el 80% de eficacia, cifra que contrasta contra un 30% en promedio que logra un doctor experimentado.
En los departamentos de Policía de Estados Unidos también se hace uso de programas de computadora que les permite a los investigadores identificar patrones de miles de criminales, y con esto prevenir nuevos crímenes o encontrar a los responsables.
De igual forma, la minería de datos en las empresas está permitiendo una mejor segmentación de los clientes. En el sector bancario, por ejemplo, ahora se pueden categorizar los clientes por sus antecedentes de pago e ingresos, por lo que las tarifas de los créditos empiezan a variar entre mejor sea su historial. Así pues, los créditos van a empezar a caracterizarse dependiendo de su información, ya que se podrá incluir primas personalizadas de riesgo.
Es así que muchas empresas tienen en sus bases de datos un enorme valor que muy pocas saben aprovechar y que son la clave para descifrar cómo crear productos personalizados que atraigan y fidelicen a sus clientes.