Cuando empezó el 2012 lo único claro entre los analistas financieros era la alta volatilidad que acompañaría los mercados de acciones y bonos, y debo reconocer que muchos le apostamos a un escenario pesimista. Europa sigue en crisis, la economía de Estados Unidos aún no toma la tracción suficiente y China puede tener un enfriamiento importante en su aparato productivo en cualquier momento. No obstante, los pocos analistas que se aferraron a la idea de un mercado alcista gracias al bajo precio de las acciones, han tenido más éxito.
Mientras en el 2011 cualquier noticia negativa generaba caídas estrepitosas en las accione, en este año, las bajas no han sido significativas y cada vez se configura más y más un escenario alcista y sostenido en el precio de las mismas. El mercado en días de caída bursátil ha mostrado su apetito comprador, lo cual ha permitido estabilizar el precio de los activos en niveles muy cercanos a los del cierre del día anterior.
Esta es una noticia muy positiva para todos. La estabilidad en las bolsas mundiales refleja que los inversionistas poco a poco han ido aprendiendo a vivir con la especulación y el alto riesgo que generan países como Grecia, España, Italia y ahora hasta Francia y Alemania, y las oportunidades bursátiles empiezan a florecer de nuevo. Del mismo modo que ocurrió en el 2010, luego de un terrible 2009.
Aunque aún falta mucho por mejorar, Estados Unidos de a poco empieza a mostrar fortalecimiento económico y China no da luces de un enfriamiento. Lo que nos revive la fe de una recuperación económica.
De ser así, las más beneficiadas serían las empresas financieras y las energéticas. Las primeras porque han sido el sector más rezagado en los últimos años, y de encontrarse fortalecimiento financiero en Europa, sus acciones podrían generar grandes réditos. Por otro lado, cuando se sale de una recesión, la producción industrial se incrementa en una gran medida, lo cual trae como consecuencia un repunte importante en la demanda de energía.
Hasta el momento a las empresas petroleras les ha favorecido los altos precios del crudo, pero no la demanda por sus productos, por lo que una reactivación económica mundial podría potencializar en gran medida las acciones de este sector económico.
No obstante, hay que seguir siendo precavidos y tener siempre a mano mecanismos de cobertura en caso de nuevos brotes de desestabilidad financiera mundial.
@joseluisalayon