He reflexionado muchas veces y he visto en la experiencia de otras personas y en la mía, que los grandes cambios suelen ser dolorosos, mientras se viven o mientras se está dando el proceso, pero a la larga resultan muy refrescantes o cuando la transformación ya se ha realizado, pasa la angustia y el sufrimiento y entra uno en una condición de vivir la nueva ruta y recorrer ese nuevo camino.
No toda la gente hace cambios radicales en sus vidas, pero muchos aceptan ese tipo de retos y otros se ven forzados a hacerlo.
Un ejemplo típico de un cambio radical es la persona que trabaja para una empresa y le proponen un cambio de ciudad o de país, generalmente unido a un cambio de oficio. Todo nuevo! Todo distinto!
Otro caso es la persona que sufre una persecución en su país y para proteger su vida tiene que abandonar su patria e incluso su identidad, asunto que hace que tenga que cambiar de oficio de costumbres y como decimos al comienzo de esta reflexión, cambiar de vida.
En forma cercana tuve la oportunidad de evidenciar un cambio inevitable. Mi madre había empezado a perder la vista del ojo izquierdo y luego casi simultáneamente comenzó a perder la vista del ojo derecho, ambos por problemas de Glaucoma. Aunque la operaron para cambiarle la “tubería interna” de los ojos y así bajar la presión interna, después de la quinta cirugía en cada ojo, el asunto no aguanto más y mi madre quedó ciega totalmente. Durante todo el proceso de pérdida paulatina de la visión y las cirugías, mi madre se quejaba mucho y vivía preocupada y asustada. Sin embargo, cuando la ceguera fue definitiva, los miedos de mi madre se esfumaron y sus quejas desaparecieron. Mi madre ciega resolvió aprender a defenderse en su nueva condición y en ese sentido comenzó a disfrutar el escuchar la radio y escuchar la televisión, le gustaba que le leyeran noticas y cuentos o historias, aprendió a llamar por teléfono y a movilizarse en su habitación, hasta que el tema de los ojos no fue más un tema de conversación, ni de mortificación.
Hablando del caso de la persona que cambia de país y de oficio, de un momento a otro se encuentra con cero familia y cero amigos o conocidos y con una hoja de vida totalmente en blanco. Tiene que empezar como recién nacido y aprender las nuevas costumbres del país donde reside y adaptarse a su nuevo medio de vida. Buscar un empleo o un oficio o un emprendimiento es algo más que retador en un ambiente desconocido, si es que se trató de un traslado forzado por una condición de vida o muerte. Si fue un traslado de empleo, el reto es alto pero se simplifica porque hay algo de patrocinio y hay trabajo.
Qué tal los que quedan en sillas de ruedas después de un accidente? A ellos les cambia la vida dramáticamente. Qué haría Usted si le pasara algo así?…Espero que no le ocurra…Pero adaptarse al cambio de vida y plantear una nueva ruta donde todo es nuevo es el esquema correcto a seguir. El pasado glorioso no existe. Hay que vivir el presente y aprender a disfrutarlo y a valorarlo. Seguir pensando en lo que fuimos y en lo que tuvimos no ayuda a avanzar un milímetro hacia adelante. Cuando uno acepta con dignidad su nueva condición, cualquiera que sea, inicia un nuevo camino y avanza en la construcción de una nueva esperanza y un nuevo sueño, que en ultimas es nuestra nueva realidad.
Una vez hablé con un alto ejecutivo que acababan de despedir de una multinacional donde había estado trabajando por más de 30 años. Cuando hablamos, él todavía sentía que era vicepresidente de la multinacional y la realidad es que a su edad y en su condición no era más que un desempleado con poca opción de volver a conseguir vinculación laboral. Desde luego había recibido un buen arreglo económico a su salida, pero lo que él no captaba era que debía iniciar una nueva vida, porque la que tuvo por más de 30 años se le acabó. Su condición laboral era entonces: Desempleado con baja probabilidad de conseguir empleo y sin planes diferentes. Estaba a 3 años de poder solicitar una pensión. Retador, verdad?
Un cambio de vida típico se ve cuando uno sale de la universidad en busca de un empleo o de una oportunidad de generar ingresos con base en lo que estudió. Este es un cambio tan natural y en una época donde uno está dispuesto a todo, que mucha gente ni lo nota. Los que más lo aprecian son los que tienen dificultad para ubicarse o conseguir qué hacer. El caso frecuente de la persona que estudió una ingeniería en una universidad poco conocida y luego no tuvo más remedio que iniciar un emprendimiento consiguiendo un taxi y volviendo el transporte su negocio y su vida.
Y qué me dicen de la persona que de un momento a otro queda viuda? Es un cambio de vida bien complejo, sobre todo si le quedaron hijos pequeños, deudas a granel y un profundo dolor en el alma! Qué hay que hacer después de la pérdida? Después de llorar? Hay que arrancar una nueva vida…La anterior dejó de existir y hay que construir un nuevo camino con entusiasmo y con valentía, hay que sobreponerse a la situación y comenzar de cero o de menos algo, pero hay que hacerlo a la mayor brevedad. Pasa el cambio y deja uno de quejarse y sufrir, para entender que hay otras opciones y que la vida nos coloca retos que más temprano que tarde tenemos que aprender a valorar y llegar a disfrutar, a la luz de nuestras nuevas condiciones y nuevos logros.
Yo se que en sus mentes deben estar presentes en este momento otros cambios de vida que han tenido que experimentar bien sea en persona o han estado cerca a quienes los han vivido. Encontrarán que siempre hay el mismo patrón. Un inicio con miedo, sufrimiento, queja, nostalgia, depresión, inseguridad y luego una condición donde la reflexión frente a la nueva situación hace generar un nuevo plan de vida y con ella unos nuevos retos, nuevos sabores, nuevas ilusiones, nuevos frentes, nuevas alternativas, nuevas vivencias, nuevos logros y desde luego nueva vida!
Yo he tenido la oportunidad de vivir un buen número de cambios de vida y todavía me esperan más. Cuál es mi actitud frente a esos cambios?…Asumo el reto con valentía…Al principio experimento miedo a lo desconocido o miedo a la perdida de lo que hasta el momento he tenido y mucho dolor, pero reflexiono rápido y con buena velocidad hago planes para mi nueva situación y la enfrento con gallardía. La vida es un continuo “nacer, vivir y morir” en muchísimos aspectos y en últimas, a eso vinimos al mundo.
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