“El experto hace fácil lo difícil y el inexperto hace difícil lo fácil” (Hugo F Valderrama).

“Clave es vender la confiabilidad y calidad del mejor producto que somos nosotros mismos” (Hugo F Valderrama).

 

La diferencia en la calidad y velocidad con la cual se lleva a cabo un proyecto o se realiza una tarea depende en mucho de la persona que tenemos frente al mismo.

 

En manos de un aprendiz vamos a tener demoras y re-procesos a causa de la inexperiencia y en general vamos a tener muchos errores y problemas garantizados.

 

En manos de un experto habrá mínimos problemas, buena calidad evidente y la realización estará en una cuarta o quinta parte del tiempo.

 

Lo anterior parece lógico y de sentido común, pero es lo menos practicado porque normalmente se buscan economías que terminan en pérdida de tiempo y dinero y en la conclusión que acabo de describir en el sentido de aprender que debimos colocar un experto desde el principio y que el alto costo inicial se hubiera traducido en menor tiempo y calidad impecable, que a la larga sale igual o más barato y desde luego menos doloroso.

 

Por otro lado, las ventas se dan cuando se hace una tarea con la excelencia del experto unida a la confianza que provee esa persona o empresa frente al cliente, lo que hace concluir que lo vital es generar esa confianza que hace la diferencia.

 

Durante el proceso de venta y una vez se ha cerrado el negocio es la confianza en el líder comercial la que mueve internamente las personas para que todo se organice en torno a proveer la mejor solución y la mejor atención al cliente, partiendo de la buena calidad de la negociación y la capacidad para cumplir lo comprometido. A esto último se le llama venta interna y es mucho más retadora y más exigente que la venta al cliente. Desde luego estoy haciendo referencia a la venta profesional de grandes soluciones en grandes cuentas, pero sirve para ilustrar la importancia de la venta de la propia imagen de confianza que es vital en todo proceso y que es necesario conservar como activo importante para presentes y futuras realizaciones. En últimas la imagen de confianza y confiabilidad o seriedad y cumplimiento es el mayor capital que puede tener una persona o una organización.

 

En manos de los expertos los grandes retos parecen simples y uno se asombra de la claridad y velocidad con la que esas personas o empresas realizan las tareas o los proyectos.

 

Uno contrata a un experto certificado en alguna vocación y desde el primer día se evidencia su accionar.

 

Cuando contratamos una persona que no sabe o sabe poco, desde el principio vemos como nos reporta problemas, limitaciones, dificultades, demoras, conflictos y pareciera que la vida lo atropella porque no tienen capacidad de anticipar ni capacidad de reaccionar. Otra cosa es que nos hagamos los ciegos o no queramos ver lo evidente.

 

Esa característica de los expertos se ve en toda función en la vida diaria.

 

La reflexión que les quiero compartir y dejar está relacionada con esta pregunta médica que hace ver claro el uso de los expertos. Si uno tuviera a la mamá enferma del corazón, la pregunta es: ¿llevarías a tu mamá a un médico generalista o a un cardiólogo principiante?

 

Les dejo la inquietud.