Nadar a favor de la corriente es de sentido común pero pocas personas lo practican en escenarios diferentes de un rio.
Hay algunas ocasiones en que conviene nadar en contra de la corriente a pesar que el desgaste sea notable. Todo depende del objetivo que se quiere lograr. Si uno va en una lancha con motor fuera de borda puede ir donde guste, a favor o en contra de la corriente, es decir, ir en contra de la corriente necesita motor potente, si uno no tiene ese motor, lo mejor es ir a favor de la corriente.
Si nadar a favor de la corriente nos lleva a una catarata por la cual caeremos, conviene ver si para cruzar el rio hay que caminar río arriba y luego si nadar a favor de la corriente cruzándolo en diagonal, pero si no es posible caminar rio arriba hay que medir las fuerzas para nadar contra la corriente y lograr cruzar antes que caigamos por la catarata. Situación y decisión compleja, riesgosa y extrema, sin un motor que nos ayude.
Pero si no hay catarata a la vista, lo mejor es dejarse llevar por la corriente y cruzar en diagonal para llegar al otro lado y luego caminar rio arriba si es que se quiere devolver.
Cualquiera que sea el objetivo, es mejor pensar y hacer un plan que lleve a aprovechar la corriente, lo más que se pueda. Siempre es mejor fluir…
El ejemplo típico para tener en cuenta es cuando uno va en un velero en el mar o en una laguna y está soplando el viento. Si uno orienta correctamente las velas y maneja en forma adecuada el timón puede llegar o ir donde necesite, no necesariamente en la dirección para la cual va el viento. Esto es inteligente.
Curiosa condición, ¿verdad?
En otras palabras, el ingenio puede llevar a usar a favor el viento en contra. Desde luego hay que percibir el viento para donde va y en consecuencia diseñar como aprovechar ese fluido para que nos ayude a llegar donde queremos ir.
Otro tanto pasa en el arte marcial llamado Aikido donde se usa la fuerza del contrario a favor nuestro, es decir, entre más fuerza tenga el atacante más le devolvemos en nuestra contundencia hacia él. Es un arte marcial noble porque neutraliza al oponente sin dañarlo, manteniendo un total dominio de sí mismos en un ambiente de paz y de respeto.
Por otro lado, en los aviones cuando se despega o se aterriza debe ser con viento en contra o viento a la cara del avión. La aviación nació del uso ingenioso de ese principio, el viento en contra. Un ejemplo clásico son las cometas o volantines o papalotes que vuelan cuando hay viento en contra.
¿Han oído alguna vez que hay gente que sigue las corazonadas? Es gente que tiene antena o mejor dicho, gente que tiene una elevada percepción de los mensajes del universo, que no son otra cosa distinta a energía. La gente que tiene ese don o esa capacidad de guiarse por corazonadas solo está siguiendo la corriente o científicamente hablando sigue los pulsos de energía que le indican si algo que va a hacer es lo correcto o por el contrario debe evitarlo, ellas siguen una especie de radar que les avisa con un simple si o no si el camino a tomar es el correcto. Aquí también se tiene un ejemplo claro de lo que significa aprovechar la corriente a nuestro favor. Desde luego muchas personas no tienen o no han desarrollado ese don de las corazonadas o no creen en eso y con frecuencia se estrellan contra el mundo en sus decisiones, porque no fluyen o no usan la corriente a su favor.
La corriente también puede ser una luz en la oscuridad, la luz al final del túnel, el amanecer, una vela prendida en medio de la noche oscura, prender un bombillo en un cuarto oscuro, el encendido de un motor o el encendido de un auto, el bombillo rojo o el verde de un semáforo, una luz amarilla intermitente, la corriente también es lo que hace que nos demoremos y lleguemos tarde a un vuelo y lo perdamos y luego vemos en las noticias que nos salvamos de un desastre aéreo y de la muerte. La corriente también es la oportunidad que se nos presenta para un nuevo trabajo o un nuevo amigo o un nuevo negocio.
En resumen, inteligente es saber qué se necesita de la corriente o el fluido o la fuerza o la intuición, para el objetivo que queremos lograr y en consecuencia estar más alerta o más despiertos para identificarla y usarla a nuestro favor.