Los ingredientes básicos o fundamentales para iniciar una relación o para mantenerla, aparte de las ganas, la voluntad y el mantenimiento diario de la cercanía, deben ser la confianza y la transparencia.

 

Si quieres construir una familia, busca una pareja que comparta tus ideales y esté cercana a tus valores o principios personales, pero asegúrate que es confiable al 300% y cerciórate que contigo siempre sea transparente, directa y sincera.

 

No puedes y no debes iniciar una relación profunda o cercana si no ves o no puedes confirmar la confiabilidad y transparencia de tu pareja, socio, colaborador o empresa

 

Construir una relación es como construir un edificio o un puente gigante, ambos necesitan buenas bases para que no se vengan abajo al menor descuido o al momento de mayor exigencia.

 

Las relaciones de socios o las relaciones con empresas o con personas o en los negocios o en el diario caminar deben establecerse sobre bases firmes, claras, transparentes, confiables y duraderas o de lo contrario en el futuro vas a sufrir muchas decepciones y vas a tener muchas sorpresas desagradables y te vas a sentir defraudado y engañado como ser humano que eres.

 

Tomate el tiempo necesario para verificar los antecedentes y las referencias de la persona o de la entidad con la que quieres relacionar, en eso no te apresures y sin eso no te comprometas, o si ya diste un paso y encuentras que no hay confiabilidad ni trasparencia, aplica la reversa sin vergüenza alguna y con la mayor diplomacia pero con la mayor frialdad posible. Es mejor parar o dar reversa que embarcarse en una ruta que solo conduce a un doloroso abismo sin fondo.

 

A lo largo de la vida he encontrado que me  he equivocado y me he relacionado con empresas (afortunadamente pocas) con las que tuve una relación difícil por trato, porque decían mentiras y por incumplidas. Eran empresas fachada que al conocerlas más en detalle eran un perfecto desastre y muy peligrosas. Tuve que ingeniarme la manera de salir de ellas tan rápido como fue posible. La mayoría de esas empresas fueron clientes con los que perdí dinero.

 

Con los socios fui más cuidadoso y solo un par me fallaron en forma importante. Dolió descubrir que manejaban lado A y lado B y el lado B era horrible y peligroso. Salí bien librado en un caso y en el otro el final fue grave porque perdí mucho dinero y un poco de dignidad que luego rescaté gracias a mi buena historia de vida profesional.

 

Contratando gente he tenido éxito cientos de veces y por fortuna he fallado pocas veces en la selección. Cuando he descubierto que contraté a la persona equivocada he tomado acción rápidamente para evitar daños al interior de las empresas, pero los malos colaboradores generan dificultades y conflictos, aparte de retardar el logro de las metas planteadas. Sale costoso equivocarse, por el tiempo que se pierde y por la inversión en lo que se le paga a la persona durante el tiempo de vinculación y por la indemnización para sacarla.

 

En el caso de las relaciones de pareja, el problema de equivocarse no solo trae pérdida de tiempo y dinero sino que puede sumar otros agregados que afectan la paz interior y dejan cicatrices en el corazón. Los engaños en las relaciones personales son muy dañinos y muy dolorosos cuando vienen de la pareja o de una amistad.

 

Usa al máximo la intuición, los oídos y la vista antes de comprometerte en un paso vital. Vale la pena un mínimo análisis previo de verificación, con las emociones y las ganas puestas en un refrigerador por unos pocos días. Usa tu percepción, mira alrededor de la institución o de la persona y deduce por sus relacionados cual es su presente y cual puede ser su futuro.

 

¿Es una persona o una empresa de la que mucha gente u otras entidades hablan bien y la recomiendan? ¿Verificaste que dice siempre la verdad y es digna de confianza? ¿Exploraste la historia y es buena?

 

Les dejo esas tres preguntas que les ayudarán a confirmar si vale la pena seguir adelante con la relación personal, empresarial o societaria o por el contrario es necesario parar o  dar reversa.