Por alguna extraña razón las personas olvidan con alta frecuencia que tienen en sus manos la fuerza más poderosa que las puede llevar a conseguir lo que se propongan, es decir las puede llevar a tener éxito…La fuerza de voluntad.
¿Qué pasa cuando no avanzamos o no logramos lo que queremos y sentimos que hemos hecho todo el esfuerzo posible y hemos sido juiciosos perseverando con disciplina?
¿Será que estamos obsesionados con un imposible? ¿Será que hemos escogido el camino equivocado?
¿Será que hemos pedido todas las ayudas posibles y hemos conseguido todos los aliados o expertos que necesitamos o hemos querido salir adelante solos?
¿Será que solo con tener sueños, ganas y entusiasmo, no es suficiente?
¿Si la fe también mueve montañas, si estoy convencido, por qué no logro lo que me propongo o lo que deseo?
¿Dónde está la falla en nuestros proyectos en la vida? ¿Como logro volverlos una realidad?
¿Cuando uno observa las personas que han tenido éxito en sus vidas profesionales o artísticas o en los negocios o en los deportes o en el atletismo o en lo espiritual o en lo social que les encuentra como ingredientes comunes?
Sin duda el ingrediente común es la fuerza de voluntad que los blinda y los orienta frente al camino tradicional lleno de espinas como: equivocaciones, tensiones, decepciones, engaños, restricciones, limitaciones, ingratitudes, críticas destructivas, stress, desconfianzas, burlas, caídas, competencia desleal, abandonos, maltratos, ofensas, envidias, obstáculos, retardos, sorpresas desagradables. Lo usual es tener viento en contra y muchísimos desplantes como respuesta. Si no hay fuerza de voluntad el aguante se agota, como se le acaba la gasolina a un auto y hasta allí se llega.
La fuerza de voluntad da el empuje que necesitamos para no desfallecer ante la adversidad.
En el camino que debemos recorrer para lograr nuestros sueños vamos a encontrar carreteras sin pavimento, precipicios al borde, muchas subidas empinadas y bajadas de alto riesgo, vamos a encontrar desvíos, bloqueos, barro, grandes agujeros peligrosos, piedras enormes, puentes caídos, inundaciones, tormentas, incendios, autos detenidos o varados por fallas de todo tipo, límites de velocidad, autoridades pidiendo documentos, semáforos, construcciones y reparaciones de la vía, accidentes, tacos o trancones, curvas, rectas, distribuidores de tráfico, retenes, resaltos, reductores de velocidad etc.
Si uno supiera con anticipación que va a encontrar tantas dificultades y peligros sería posible dudar respecto a iniciar el recorrido…Pero la vida está hecha así. No todo camino es una autopista de 6 carriles en cada dirección y nuestros autos no son Ferrari o similares.
La observación y los aportes que quiero hacer es que a la fuerza de voluntad hay que ayudarle para que no se nos quede en solo fuerza y no avancemos.
Hay que tener la flexibilidad para ir ajustando las metas propuestas, entendiendo cual es la mejor aproximación que realmente podemos lograr en la ruta que hemos establecido en nuestras cabezas, un amigo siempre soñó con trabajar en el extranjero y lo logró pero no exactamente en el extranjero sino con el extranjero. Terminó trabajando siempre con empresas extranjeras sin irse al extranjero. En otras palabras hay que saber usar la fuerza y aplicarla al objetivo correcto (donde es y cuando es necesario) para no desperdiciar el esfuerzo.
Otra ayuda para la fuerza de voluntad es siempre pasar de los sueños a la ejecución, es decir, actuar, hacer. Hay que vencer los temores y los miedos a fallar o al que me dirán y mediante la acción verificar que respuesta obtenemos. Solo actuando encontraremos la respuesta y la orientación correcta para ir corrigiendo nuestro caminar hacia el objetivo. Cuando la respuesta a una acción es positiva, por ahí vamos bien y cuando es negativa puede ser que hay que tener paciencia y volver a intentar más adelante o puede ser que debemos buscar una ruta alterna o desvío temporal porque por donde queremos ir en forma directa el camino tiene un bloqueo, desde luegotambién puede ser una señal que debemos buscar otro objetivo. Lo clave aquí es entender esas señales para no desgastarse por tacos o trancones imposibles de superar en forma directa. Un amigo muy famoso estudió veterinaria y se graduó como médico veterinario, luego se especializó en Estados Unidos y a su regreso le entregó los diplomas al papá y se fue para el monte a componer canciones carrangueras. Hoy día es un ícono muy famoso y conocido como el padre de la música carranguera.
Si voy por una carretera y encuentro un derrumbe que no me deja pasar, me devuelvo un poco y busco una carretera alterna para dar la vuelta por otro lado y evadir el derrumbe…Probablemente me demore más o el camino sin duda sea más largo, pero es mejor que quedarme quieto tratando de resolver por mi cuenta lo imposible. Recuerde: ejecución, acción y hacer son la clave que lleva a la fuerza de voluntad a ser efectiva. Curiosamente a veces para avanzar hay que retroceder un poco, como ocurrió con el ejemplo del derrumbe. Aquí no vale ni tiene sentido alguno el dicho callejero que dice “Para atrás, ni para tomar impulso”, eso desde el punto de vista práctico no aplica. Los autos tienen 4 o 5 velocidades hacia adelante y una de reversa. Sin la reversa se necesita una cuadra larga y sin autos estacionados para poder parquear hacia adelante, mientras que usando la reversa se puede parquear en un espacio reducido en medio de los autos estacionados en una cuadra. Dar reversa es vital en la vida en muchos escenarios, para poder avanzar en el objetivo. Increíble, ¿verdad?
Un amigo quiso llegar a se “gran jefe” en la empresa donde trabajaba y terminó dándose cuenta que si persistía en ese objetivo iba a tardar 15 años o más porque la carrera al interior tenía una larga fila de aspirantes a cargos altos represados por la larga permanencia de los principales jerarcas en sus cargos. Decidió cambiar de empresa y en muy corto tiempo logró su objetivo de ser “gran jefe”. El sueño era realizable pero estaba en el sitio equivocado o por un camino difícil.
Esto último nos lleva a otra ayuda para que la fuerza de voluntad sea efectiva y es que hay que tener la capacidad de adaptarnos a los hechos como se van presentando. Ningún plan es estático. El dinamismo del día a día o del momento exige que vayamos adecuando nuestro paso a las circunstancias. Si voy caminando y comienza a caer una fuerte lluvia con tormenta debo ajustar mi plan en vez de seguir como un robot hacia adelante en medio del riesgo que la tormenta representa. La fuerza de voluntad es el motor que nos mueve pero hay que aplicar algo de sentido común para que sea efectivo el esfuerzo.
Otra ayuda a la fuerza de voluntad es tener en cuenta que necesitamos apoyos y guías de otras personas para seguir avanzando hacia nuestro objetivo. Solos va a ser muy difícil o de pronto imposible. Jugar al valiente en solitario no solo es temerario sino la mayoría de las veces el camino seguro hacia el fracaso. Hay excepciones pero son poco frecuentes.
La fuerza de voluntad es el motor que nos lleva cada día a confiar que podemos lograr convertir los sueños y planes en realidades, es ese famoso “creerse el cuento” o “Creer que se puede” y es también el motor que permite lograr hacer lo que muchos daban como imposible por tener mucho viento en contra. La fuerza de voluntad nos permite visualizar varios pasos adelante porque obliga a pensar en grande, en realizaciones y en la línea del tiempo. La fuerza de voluntad es la que permite la perseverancia y da la resiliencia que necesitamos para lograr saltar los obstáculos e ir encontrando cada vez una nueva salida a los problemas y limitaciones. La fuerza de voluntad es la que motiva a actuar con inteligencia buscando una ayuda o un nuevo camino sin desesperar, así llevemos cientos de veces en el intento.
Todo es posible si se tiene voluntad para hacerlo y si tenemos fe en nosotros mismos.