Esto que les voy a compartir viene de una profunda reflexión que he hecho con base en las observaciones de todos los días y de caer en cuenta que frente a nuestros ojos desfilan cuenteros especializados en distintas disciplinas y campos de la vida, echando sus maravillosos cuentos encantadores y convincentes por lo fascinantes y enamoradores, que termina uno asimilándolos y textualmente ”comiéndose o tragándose el cuento” para luego darlo como un hecho irrefutable de fantasía hecha realidad en nuestras mentes.

Suena divertido, pero la verdad de todo eso es que son puros cuentos…Y nada más.

Muchos de esos cuentos generan creencias que la gente da por hecho que son verdades absolutas y casi leyes o principios en sus vidas.

Un ejemplo típico de los cuentos que acabo de mencionar está en las creencias religiosas. ¿Cuantos miles de creencias religiosas hay en el mundo?…Y cada cual cree que su religión es la verdadera y las demás son mentiras o son falsas y hasta se hacen matar por esas creencias porque para ellos son verdades absolutas que no admiten discusión. Dicen que son revelaciones irrefutables que alguien recibió y que no tienen ni necesitan prueba científica…Vienen de muy arriba y punto. Alguien creó todas esas historias y se las atribuyen a profetas o a iluminados o a la divinidad y no admiten discusión alguna…Y desde luego las respetamos y no vamos a entrar en conflicto por eso.

Otro caso se encuentra en la política de cada uno de nuestros países, cada corriente crea unas tesis y con base en ellas consigue unos seguidores que adhieren, como si estuvieran enamorados, es decir casi ciegamente, a esos principios y de allí en adelante los establecen como su verdad, asunto irrefutable y en consecuencia están dispuestos a hacerse matar por convicción y consideran a todo el que no comparte sus principios y visión como un enemigo o contrario a su causa.

Por esas razones, que acabo de mencionar,  es que no se aconseja hablar de religión o de política porque se corre el riesgo de terminar en una pelea o en disgustos que rompen relaciones entre amigos o familiares u organizaciones  o naciones.

La humanidad descubrió hace mucho tiempo atrás que crear cuentos es un asunto vital y al decir cuento no estoy haciendo referencia a los cuentos infantiles, ni menciono la palabra en forma despectiva, más bien la uso como un tributo a algo vital, estoy hablando de cuentos para adultos y en eso han surgido en la historia cuenteros famosos que llegan a ser tan convincentes que son capaces de llevar la gente en un colectivo a cometer locuras o lograr hazañas casi increíbles.

Los cuenteros individuales crean historias creíbles para su pequeña audiencia y los convencen de sus realidades que en verdad son fruto de la imaginación, todas armadas inteligentemente para conseguir algún beneficio personal como puede ser: dinero, amor, admiración, ayudas, referencias, puestos, posición, poder, acelerar progreso en algún campo, obtener regalos, influencias, dañar o mejorar la imagen de otros o su reputación,

Es famoso en algunos países decir que un joven le echó el cuento a una joven o al revés.

Echar el cuento ocurre no solo en las relaciones personales entre parejas, también un cuento bien echado permite ascender en una empresa, un cuento bien echado consigue aprobar un proyecto, un cuento bien echado consigue patrocinios, un cuento bien echado consigue fans, un cuento bien echado logra una venta…Un cuento bien echado o bien estructurado consigue lo que se quiera, no hay límites. Un cuento largo bien echado se vuelve una novela y puede convertirse en “Best Seller” o hacer ganar a su autor un premio literario, un cuento bien echado puede ser una canción que se hace famosa, por cuentos bien echados se casan las parejas, se arman las sociedades, se construyen alianzas etc.

Ahora pregúntese donde se ubica Usted respecto a los cuentos que la humanidad ha contado, cuenta y contará, ¿Usted no come cuento y no cuenta cuentos? ¿Usted no come cuento y cuenta cuentos? ¿Usted come cuento y no cuenta cuentos? ¿Usted come cuento y cuenta cuentos?

En resumen, arme sus cuentos y aprenda a contarlos para que verifique que lo que le he contado es verdad.