Reconocer los errores pedir perdón por ellos en forma legítima y sincera es la manera más rápida y más efectiva de desactivar una bomba relacional.

No hacer esa fina acción de reconocer y pedir perdón lo más pronto posible deja crecer la indignación del que se siente agredido o agraviado y dar reversa a esa condición con el paso de los minutos o del tiempo se vuelve una acción muy difícil y sus consecuencias suelen ser más dolorosas que las de perder un poco el orgullo y bajar la cabeza frente a una equivocación o un descuido, la mayoría de veces involuntario.

Duele poner la cara y enfrentar los errores y en cierta forma uno llega a sentir que pierde algo de dignidad y gana un poco de humillación, pero es todo lo contrario, en el 99.9% de las veces la acción de pedir perdón o reversar una acción mal ejecutada genera en los demás una valoración de nosotros que supera la que teníamos porque mejora nuestra imagen al ver la nobleza de nuestro actuar frente a una dificultad.

Reconocer nuestros errores es un acto de madurez y no reconocerlos, habiéndolos cometido, es obrar en una forma emotiva, de poco sentido común y con algo de sabor adolescente.

En últimas yo digo que “La reversa o el perdón son el borrador de los errores en la pizarra de la vida”

En mi caso particular, desde muy temprana edad aprendí a tener responsabilidad y aceptar mis errores, incluso en público. He tenido que pedir perdón muchas veces en mi larga vida y la reacción que he observado en la gente es que terminan aplaudiendo mi forma de reaccionar y me han dado más puntos a favor y mayor credibilidad y admiración.

Cuesta trabajo hacer la tarea de decir “Me equivoqué, perdón” o “La culpa fue mía, perdón”, pero el efecto final es realmente increíble porque de verdad la gente ve esa acción como un acto de responsabilidad, integridad y nobleza y borra en el la gran mayoría de los casos el agravio y hasta genera mayor cercanía y admiración.

Solo un par de veces he dado con personas cerradas a todo tipo de excusas o personas que no aceptan que uno se puede equivocar y no aceptan las disculpas o le salen a uno con un cuento que no tiene lógica y sí mucho sentimiento o emotividad que es el famoso “Perdono pero no olvido” que es una frase de cajón que ha hecho carrera en algunas personas, pero que no tiene ningún sentido común, excepto el no perdonar. Si hay perdón hay olvido, como cuando uno tiene una deuda y la paga. La cuenta vuelve a cero…No puede seguir en me pagaste la deuda pero nunca olvidaré que la tuviste…

Las personas que no perdonan ante un pedido de perdón existen pero son personas que o tienen mucha emotividad acumulada, o son de reacciones adolescentes o infantiles o creen que hubo mala fe o mala intención en el acto que nosotros consideramos error o equivocación.

De todas maneras pedir perdón o dar reversa por un error o equivocación cierra el ciclo, al menos de parte nuestra.

Desde luego hay situaciones que dejan cicatrices mentales muy difíciles de borrar porque las consecuencias de nuestro actuar perjudicaron a la otra persona en forma tal que no es posible retornar las condiciones a como estaban antes o como eran originalmente, pero al menos si aparte de pedir perdón o dar la reversa buscamos compensar de alguna manera la falla, tendremos una mejor aproximación a la acción de borrar en la pizarra de la vida algo que escribimos con tinta indeleble.

Se que algunos estarán a favor de esta reflexión y de este método y otros en contra, pero vale la pena arriesgarme porque así salvaré muchas situaciones y condiciones difíciles y guerras o conflictos en las vidas personales o en las vidas al interior de las empresas, que sin esta reflexión e invitación a la acción seguirían existiendo.

Si a alguien no le gustó lo que dije, le pido perdón.