La vida trae su encanto con las leyes naturales como las de causa y efecto o la acción y la reacción, “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa”.

La gente olvida que “El que siembra vientos cosecha tempestades”, se la pasan generando olas que luego se les devuelven y los ahogan, cual efecto bumerang.

En general se cumple en vida la famosa frase “Con la misma vara que mides serás medido” o “La justicia cojea pero llega y si no la aplican los seres humanos la aplicará la Majestad Divina”. El punto es que uno piensa que eso va ocurrir en el más allá o en la otra vida y resulta que ocurre es en esta vida y más pronto de lo que pensamos.

La gente no se da cuenta de los males que hace o que ocasiona con sus acciones o con su actitud o con sus palabras que “dañan o dejan heridos o matan” y después se preguntan por qué los demás los atacan o por qué les cierran las puertas o los bloquean o los rechazan o los golpean…La frase típica es “¿Y yo que hice para merecer este trato o esta situación?”…Y la verdad es que muchos no se dan cuenta del mal que causaron porque les sale natural ser malos o malvados y por eso la gente suele llamarlos “malditos” porque parecen poseídos por el patrón del mal.

En las familias, en las organizaciones humanas y en las empresas encontraremos y encontramos los famosos “malditos”, que resultan ser una pesadilla para todos y son tan malvados que terminan adueñándose de la mente y del espíritu de muchas personas que les sirven de títeres informantes y de idiotas útiles para consolidar su permanencia y su dominio, a la vez que aseguran un escudo de protección.

Yo me imagino que Usted estará recordando hechos pasados de los “malditos” que le ha tocado lidiar o estará sintiendo ese dolor de piel que genera saber que los vivió o los está sufriendo en este momento.

Un amigo me compartió sobre un personaje que tuvo en la empresa donde trabaja todavía. Se trataba de un alto ejecutivo internacional que había poseído mentalmente a los altos mandos empresariales y todos ellos lo veían como la octava maravilla, como sucede a un enamorado que ve bellezas y no encuentra defectos en su pareja, pero la realidad sucedía que ese ejecutivo generaba problemas en toda parte, detenía decisiones claves, complicaba cada paso a muchas personas y tenía arrodillada la organización que continuamente perdía negocios y oportunidades y tenía a los clientes tradicionales totalmente insatisfechos, pero el ejecutivo hacia creer que todo el mundo era culpable y él era el salvador y el único sacrificado que trabajaba y producía resultados. Se aprovechaba que los altos mandos poco visitaban los países y en consecuencia solo escuchaban lo que ese ejecutivo les transmitía. Cuando los altos mandos resolvieron visitar los países, hablar con los clientes, con los proveedores y los empleados directamente, comprobaron la terrible realidad y las mentiras que el ejecutivo les había inventado por años y su final no se hizo esperar. La empresa cambió con el pasar del tiempo y logró recuperarse poco a poco. Hoy día va a un ritmo increíble por lo evidente de su crecimiento, de la satisfacción de los clientes, de los proveedores y de los empleados. Parece otra empresa. El ejecutivo que hizo el daño lleva tres años sin conseguir empleo y ya ha agotado todos sus ahorros, está desesperado y no entiende por qué le pasa lo que le pasa.

Como se deduce en  caso de la vida real que narré arriba, sin mencionar nombres para no causar problemas,  la solución llega sola o ayudada pero llega, según encontramos en  la frase con la que inicié este escrito “El que siembra vientos cosecha tempestades”  y en las posteriores que son también famosas como “Con la misma vara que mides serás medido”. La reacción automática a la acción malvada se produce,  aunque es posible que demore un poco en llegar.

Vale la pena recordar que hay otras frases famosas que tienen el efecto bumerang como “Cría cuervos y te sacarán los ojos” o “No hay cuña que más apriete que la del mismo palo” y eso tiene que ver con tratar bien a los demás en todo lugar y siempre y en hacer siempre lo correcto porque el mundo es redondo y la vida da muchas vueltas y más temprano que tarde la ecuación se voltea y terminamos en manos de los que una vez fueron nuestros colaboradores o nuestros aprendices o nuestros compañeros y resultan en un momento dado siendo un cliente clave o un proveedor estrella o simplemente nuestros jefes o las personas que van a responder por nosotros bien sea como referencia o como encargados de nuestro cuidado cuando llegamos a viejos…

Todo lo que sube, con el pasar del tiempo baja y lo importante es haber dejado el camino abonado para cuando estemos a la baja no seamos víctimas de la venganza que alguien ha estado aguardando por años, porque hoy día somos fuertes pero algún día tendremos las debilidades que hoy no mostramos y allí seremos muy vulnerables e indefensos.

Si hemos dejado afecto, admiración y respeto en nuestra historia, lo más probable es que eso sea lo que recibimos de los demás cuando estemos en momentos de debilidad o seamos viejos. Todo se devuelve, lo malo y lo bueno. Seamos cuidadosos de sembrar bondad para cosechar bondad, de sembrar ayuda para cosechar ayuda y así ser la persona que cuando está caída alguien la levanta en vez de pasar por encima nuestro o dejarnos tirados en el suelo. Recuerden que “Del árbol caído todos hacen leña”.

De cualquier manera,  hay remedios muy famosos que también están en el refranero popular y que conviene recordar cuando a uno lo atacan de frente o por la espalda, como “a palabras necias oídos sordos” y “después de la tormenta viene la calma” inexorablemente. Otro refrán conocido es “El que la hace la paga” y eso se cumple más temprano que tarde.

Piense en las personas a su alrededor y en las vivencias que Usted ha tenido. Seguro ha visto cómo algunos alumnos son agradecidos con sus maestros y otros terminan agrediéndolo o maltratándolo a pesar de haber sido bueno y haber dado todo de si para transmitir su conocimiento y experiencia.

Seguro a su mente está llegando alguna historia escuchada o vivida de personas que intencionalmente han generado daño y lo han hecho con maldad o mala intención y con el tiempo Usted ha visto cómo esa maldad se les ha devuelto en forma aplastante.