El mundo y el universo es como es. Punto.

Poco podemos hacer frente al movimiento de los planetas o de las estrellas o de las galaxias.

Nada podemos hacer para detener las olas del mar o para evitar de amanezca o llegue la noche.

¿Qué podemos hacer para evitar un tsunami? ¿Qué podemos hacer para detener un terremoto?

¿Y si viene un huracán que podemos hacer?¿Si hace erupción un volcán, qué podemos hacer?

¿Qué podemos hacer si empieza a llover con rallos y truenos?

Podría seguir haciendo reflexiones respecto a la poca capacidad o ninguna que tenemos para cambiar lo que pasa en el exterior de nosotros.

¿Qué podemos hacer si detectamos que algún fenómeno externo de la naturaleza puede llegar a afectarnos? ¿Correr? ¿Protegernos? ¿Rezar?

La vida no es tan retadora como tener que manejar el impacto de los fenómenos naturales que acabo de indicar, la vida cotidiana es aún más sencilla y lo que pasa en el exterior de nosotros es menos grave y menos potente que la fuerza de la naturaleza o del universo, pero lo que también es claro es que poco podemos hacer para cambiar el mundo al exterior o externo a nosotros.

Las personas son como son, las instituciones son como son, los gobiernos son como son, las leyes son como son y poca o ninguna capacidad tenemos los mortales del común para hacer variaciones o cambios a todo ese ambiente natural que nos rodea en el mundo de hoy.

Muchísimas personas están en este mundo convencidas y creyendo que pueden cambiar lo que las rodea y sufren viendo y viviendo la experiencia que no pueden hacer nada o poco pueden hacer.

¿Como cambio la forma de ser de mi pareja que tiene unas costumbres que no me gustan?

¿Como convenzo a mis amigos que deben pensar como los de mi partido político?

¿Por qué algunos conocidos no son fanáticos de mi equipo de futbol como lo soy yo?

¿Por qué hay gente vegana si la carne es sabrosa?

¿Por qué hay gente que hace tanto ejercicio si es mejor ver películas o jugar videojuegos?

Cada persona es un mundo diferente al mío y me mortifica saber que no les gusta lo mismo que a mi me gusta. ¿Será que los puedo cambiar para que sean como soy yo o como a mi me gustaría que fueran?

La pregunta clave que surge es: ¿Dado ese panorama qué podemos hacer para no sufrir por no aceptar lo que no podemos cambiar y poder dedicarnos a vivir felices?

La respuesta es muy sencilla, acepta el mundo como es y dedícate a vivir tu vida lo mejor que puedas con lo que tienes a tu disposición, disfruta lo que eres y lo que tienes y mejora tus pensamientos sintiéndote feliz con lo que experimentas, malo regular o bueno. El cambio que tienes que hacer es interno, en tu mente, en tus creencias, en tu corazón. Aprende a amar la vida como es, con todos sus sabores.

Las creencias no son leyes, son temas aprendidos directamente de la cultura donde fuiste criado o educado pero no son una ley, son solo eso…Creencias. La prueba es que otras personas de otras culturas creen y opinan diferente sobre un mismo tema y eso confirma que no es una ley sino una creencia, que puede ser modificada a voluntad cuando se quiera. Las leyes nunca cambian, como la ley de la gravedad en la tierra, la gravedad es la misma, independiente que estemos es China o en Estados Unidos o en Colombia e independiente de quien la mida,

Por otro lado, lo único seguro y a nuestro alcance somos nosotros mismos y en consecuencia es altamente probable que logremos modificar y controlar nuestro propio ser, lo demás que es externo a nosotros y lo de los demás seres humanos no podemos hacer nada y no tenemos control.

Si uno cambia la forma de pensar y actuar  o modifica las creencias, el mundo exterior comienza a verse diferente y casi que comienza a florecer positivamente y a resplandecer. En resumen está en nuestras manos decidir si seguimos igual que siempre o hacemos un cambio de fondo al interior de nosotros mismos.

El mejor consejo, casi milagroso, para que dejes de sufrir o de estar en conflicto o de frustrarte y empieces a ser feliz es: “Cambia tú  y todo cambiará” o más fácil, “Tu cambias, todo cambia”