Viene a dictar la certificación internacional para aprender a hablar en público. Desde el 29 hasta el 31 de julio de 2016, hotel estelar la Fontana. La certificación está dirigida a empresarios, políticos, emprendedores, periodistas interesados en aprender los secretos de la oratoria. Francisco Yañez considerado como el Coach de los conferencista 2015 por la Global Quality Gold Award, llega al país por segunda vez para transmitir a los empresarios los secretos del éxito como orador. El presidente de la Asociación de Conferencistas Hispanos dice que Colombia es uno de los lugares más hermosos de todos los países que ha conocido.
Ser un peor orador es el primer paso para convertirte en un gran orador, dice parafraseando a los grandes maestros.
Es autor de varios libros entre ellos el bet seller “WIN 35 winning strategies from todays leading entrepreneurs.” Su último libro: “Un gran cambio”. Se ha especializado como Coach en los temas del cambio profundo. Ha trabajado con empresas como la productora de televisión Natgeo, la multinacional Disney entre otras compañías internacionales impartiendo procesos de cambio profundo. Yañez viene acompañado del también orador Iván Martz, quien funge dentro de la Asociación de Conferencistas Hispanos como coordinador de la “certificación internacional para hablar en público”, que se realizará este fin de semana en Bogotá en el hotel estelar la Fontana desde el viernes 29 hasta el domingo 31 de julio del 2016. La certificación es organizada por la firma colombiana en Contexto SAS y está dirigida a políticos, empresarios, emprendedores, medios de comunicación, entre otros interesados en dominar el arte de hablar en público.
En diálogo exclusivo, con Portafolio.co, Yañez, habló sobre su vida, las dificultades que vivió antes de convertirse en una figura de reconocida trayectoria. Su camino como conferencista no estuvo lleno de rosas. Afrontó necesidades y hambre con su familia, hasta que el triunfo tocó su puerta. Jamás dejó de creer en su sueño. Trabajó como albañil, lavaba carros. Pero mientras se ganaba la vida haciendo estos oficios entrenaba su mente, su cuerpo y su alma para convertirse en un orador internacional, siempre conectado con Dios. Se veía viajando por el mundo y hablando ante multitudes. Dice que la visualización, fue una de las herramientas poderosas que lo llevó a conquistar su propia cúspide. Lleva once años impartiendo charlas en foros y escenarios mundiales. Capacita como mentor a miles de personas como empresarios, políticos, escritores, maestros y conferencistas en el arte de la comunicación de influencia. Entre los que se cuenta a presentadores de televisión como el cubano, Ismael Cala, ex-presentador hasta hace apenas un mes de CNN, quién hoy es uno de sus buenos amigos.
¿Cómo comenzó su carrera como orador?
Todo apareció de la nada. Estando en una conferencia, cuando era empresario me vino una especie de flash. Sentí que mi misión era hablarle a la gente como conferencista para ayudarle a tener una vida mejor. Dios tocó mi corazón. Empecé a verme viajando por todo el mundo y ayudando a miles de personas. Mi esposa no lo veía, pero cuando conversaba con ella, le contaba emocionado mis visualizaciones. En esos instantes me ganaba la vida, lavando coches y trabajando como albañil.
¿Por qué resultó lavando carros y trabajando como obrero de construcción? Estudie diseño gráfico. Era empresario. Vendí mi empresa, para ir tras mi sueño de conferencista. No, obstante, las cosas no salieron bien. Caí en bancarrota. Durante dos años, pasamos por situaciones angustiantes. No tenía como darles de comer a mis hijos. Un día mi hijo de seis años, me dijo llorando que tenía mucha hambre, que no entendía porque pasaba eso. Ese día le prometí que nunca más volvería a sentir hambre. No fue fácil. Tuve que aprender a empezar desde cero. Vencer mis miedos. Atreverme. Golpearle al vecino y ofrecerme para lavarle el carro. Nunca perdí la esperanza. Toque muchas puertas. Pero ninguna se abría. Las cosas, no se daban por más que lo intentaba. Hasta que un día me dije: – sabes, Dios tú y yo somos multitud-. Mi fe empezó a crecer y esa fuerza se transformó en un milagro.
¿Cómo fue su primera conferencia?
Esa experiencia no la he contado nunca. Yo era un don nadie. Cuando me llamaron para dictar una conferencia a un grupo de 900 personas, empresarios de multinivel de una empresa llamada el Despertador. La conferencia era en Portland, Oregón, Estados Unidos. Iba a sustituir a un famoso. Las personas que me contrataron habían quedado de recogerme en el aeropuerto. Pero no llegaron. La nieve se los impidió. Así que me llamaron para que cogiera un taxi que me transportará al hotel. No tenía ni un centavo en mi bolsillo. Bueno, me dije: me voy caminando. Camine durante muchas horas hasta la madrugada. Nevaba mucho. Llegué congelado al hotel. Cuando amaneció, estaba afónico. Fueron instantes de angustia. Vivía el momento deseado, pero con la adversidad más grande, me había quedado sin voz. Llegué al sitio de la conferencia bastante preocupado. No sabía que iba a hacer. Tome el micrófono, pero no salía ni una sola palabra. Solo un ruido parecido al que emite el pato Donald. Cuando faltaban pocos minutos para empezar la conferencia me voltee y le hable a Dios: le dije- yo nací para ser orador-. Eso es algo que voy a hacer muy bien y lo más bonito que tú sabes, señor es hacer milagros, dame mí voz. Es imposible, imaginar que yo le dijera a Dios lo que tenía que hacer. Creo que fui tan intenso con él que se sintió agarrado de las patas. El señor me escuchó. De repente mi voz empezó a fluir. Al final de la conferencia el público completo se volcó sobre mí, me abrazaron tan fuerte que durante 15 días estuve adolorido de los apretones. Había soportado tanto dolor y frustraciones que necesitaba un poco de amor. Ese día lo recibí del público. Sabía que esa era mi vocación y haría cualquier cosa para volver a hacerlo.
¿Cuántos países ha recorrido? He viajado por distintos lugares de hispanoamérica, Estados Unidos, y Europa. He conocido gente linda, pero quizás el lugar más bonito es Colombia. ¿Cuál es el secreto para ser un buen orador? Lo primero que hago es conectarme con Dios, conmigo mismo y con el amor. Cuando tu misión es ayudar a otros, es algo mágico. Hay una energía poderosa en la comunicación cuando hablas con el corazón y conectas con el amor. Eso se irradia en el escenario. La preparación juega un papel primordial. Esto significa mantenerse en constante evolución, visualizar, prepararte interiormente, ser una persona calidad en fin…
¿Cómo se prepara actualmente?
Ha evolucionado bastante mi forma de prepararme. Hay que tener mentores, libros, sino estás en constante preparación estas fuera del mercado. Pero quizás lo más importante es estar conectado con Dios y con uno mismo y con las vivencias cotidianas para tener la capacidad de rediseñarse en cualquier momento.
¿Quién es Iván Martz y cómo se conoció con el maestro Yañez?
Trabajaba en una compañía del sector médico, en redes de mercadeo y productos de nutrición. Era el encargado de organizar los eventos masivos. Hicimos un evento y contratamos a Francisco. A mí también me encantaba eso de los micrófonos. Un día el maestro me dijo que era hora de pensar en tomármelo en serio como mi forma de vida. Sin embargo, la comodidad de recibir un sueldo me impedía tomar la decisión. El maestro me dijo que cuando estuviera listo lo llamará. Después de un año lo llamé. Como mi mentor, me puso a trabajar en muchos retos personales. Hoy somos grandes amigos y trabajamos algunos proyectos juntos como la certificación para hablar en público. Tenemos una relación profesional de mucha confianza.
Usted viene a dictar junto con Iván Martz la certificación internacional para hablar en público. ¿Qué encontrarán los participantes durante esta certificación?
Herramientas claves para una comunicación eficaz. Cuando nos comunicamos correctamente podemos influir sobre miles de personas. Hemos creado siete reglas de oro que las impartimos durante la jornada. Lo que se van a llevar es la inspiración para hacer del hablar en público una verdadera vocación. En nuestra certificación lo que más nos importa es trabajar con la persona, es un espacio de renovación interior. Para poder ser un buen líder de influencia, primero hay que ser un gran orador. Lo que hacemos es capacitar a las personas en el arte de la comunicación de influencia.
La pregunta del Coach: giovannafuentes@yahoo.com
¿Sueñas con convertirte en un gran orador? ¿Cómo te preparas para lograrlo?
¿Te has entrenado con mentores de talla internacional?.
Mayor información para inscripciones sobre la certificación internacional para hablar en público. www.conferencistas.org/certificaciones/bogota.